RUTA HISTÓRICA POR LA VILLA DE RIÓPAR (ALBACETE)

Guía de una ruta histórica por la villa de Riópar (Albacete), por Carlos Javier Garrido García.

Vistas desde Riópar VIejo.

PRESENTACIÓN

La villa de Riópar se sitúa en la provincia de Albacete, en la región natural e histórica de la Sierra de Segura, en las Cordilleras Béticas. Es, por tanto, una zona de montaña caracterizada por el relieve accidentado y un clima de montaña con temperaturas contrastadas y altas precipitaciones, y situada en la cuenca del río Mundo, afluente del Segura.

El término Riópar deriva del término latino “Rivus Oppae”, es decir, “Río de la Zorra”. La villa cuenta, según datos de 2017, con 1.391 habitantes, vive en gran parte del turismo rural, asociado a su patrimonio histórico-artístico y natural (con especial mención al Nacimiento del Río Mundo) y a la existencia de servicios hosteleros de calidad. El desarrollo turístico ha permitido frenar en cierto modo el éxodo rural masivo que sufrió la localidad, que contaba con 3.063 habitantes en 1940.

Vamos a centrar nuestra visita en los dos grandes atractivos históricos del municipio: por un lado, Riópar Viejo, primitivo núcleo urbano abandonado y que actualmente acoge una villa turística, y, por otro, la Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz, en torno a las cuales surgió la actual localidad.

RIÓPAR VIEJO

Orígenes

Como se ha indicado, es el núcleo originario de la localidad. Está situado en una meseta de acceso escarpado, de fácil defensa. A sus pies se sitúa el yacimiento neolítico de La Marija, perteneciente al Bronce Final.

La presencia romana queda atestiguada por el hallazgo del denominado “Tesorillo romano de Riópar”, consistente en 364 monedas que se conservan en el Museo Arqueológico de Albacete.

La «Reconquista»

El dominio musulmán acaba en 1213, cuando Alfonso VIII, tras haber ocupado Alcaraz, hizo lo propio con Riópar, estableciendo en el mismo un concejo independiente hasta que en 1256 la localidad fue entregada al Concejo de Alcaraz como aldea dependiente del mismo.

El señorío de los condes de Paredes de Nava

En 1477, y tras enfrentamiento entre el marqués de Villena y Rodrigo Manrique, comendador de Segura y primer conde de Paredes de Nava, en el marco de los cuales la localidad de Riópar llegó a sufrir un asedio de varios meses, esta fue entregada, junto con Cotillas, al Conde de Paredes.

El señorío de la localidad pasó al conde de Navas de Amores en 1746.

La sujeción al señorío hizo que la villa sufriera un acusado proceso de crisis socioeconómica y despoblación. Así lo muestran los datos que aporta el Catastro de Ensenada, realizado en esta localidad en febrero de 1753.

El Catastro de Ensenada (1753)

Según los datos de Ensenada, la localidad contaba con unos 60 vecinos o familias, es decir, aproximadamente 240 habitantes. De ellos, la mayoría se concentraban en la localidad, mientras que 4 familias lo hacían en casas de campo.

Había 68 casas, “las treinta de ellas habitables, veinte derrotadas y maltratadas y las diez y ocho destruidas y con necesidad para su subsistencia de muchos reparos”, situación que muestra la crisis ya citada.

La economía local descansaba en la agricultura. En el término municipal había 3.300 cuerdas o fanegas sembradas, de las que 1.000 eran de regadío, 1.700 de secano, 200 de matorral, 100 de viña y 300 eran dehesas pertenecientes a los propios concejiles. Predominaba una agricultura de subsistencia, siendo los principales cultivos el trigo, la cebada, el centeno, las legumbres, el cáñamo y algunos frutales.

El sector secundario se centraba en la transformación de cereales, existiendo un molino harinero en el río de la Vega, propiedad del Concejo, y 5 hornos de cocer pan. La artesanía se limitaba a la existencia de un sastre.

El sector servicios estaba poco desarrollado, como no podía ser de otro modo en una economía subdesarrollada de subsistencia. Así, el comercio se limitaba a la existencia de 5 arrieros, indicando que no había tiendas, panaderías ni mesones, no existiendo ni comerciantes ni tenderos. En cuanto a los servicios, no había Hospital, siendo el único servicio sanitario un cirujano (Francisco Beltrán Toro), al que el Concejo daba una ayuda anual de 100 reales para el desempeño de su oficio. En cuanto a la educación, había un maestro de primeras letras (Ignacio Morcillo) que compatibilizaba su empleo con el de sacristán de la Iglesia.

La polarización social era destacada, aunque estaba atenuada por la emigración. Así, había en la localidad 9 familias de jornaleros y 8 de pobres de solemnidad, suponiendo el conjunto de ambos grupos el 28’3 % de la población total.

Tras el establecimiento de las Reales Fábricas en 1773, que veremos en el siguiente apartado, la población se empezó a desplazar hacia lo que actualmente se conoce como Riópar o Riópar Nuevo.

Riópar en el «Diccionario» de Madoz (1849)

A mediados del siglo XIX, el Diccionario de Pascual Madoz, de 1849, indica que la localidad, dotada de ayuntamiento, pertenecía al partido judicial de Alcaraz. Estaba situada “en la cúspide de un elevado cerro cortado de difícil y áspero acceso, su clima es frío y poco sano”.

La población ascendía a 196 vecinos o familias, unos 784 habitantes, mostrando estos datos el crecimiento registrado desde 1753 gracias a las fábricas. Había en la localidad 190 casas, incluidas la casa consistorial, la cárcel, la Iglesia Parroquial del Espíritu Santo (servida por un cura y un sacristán) y una escuela de instrucción primaria, que era frecuentada sólo por 30 alumnos, además de “las célebres mina y fábricas de cobre y zinc”.

En cuanto a las características del terreno municipal, el Diccionario indica que “fertilizado por el río Mundo y otro riachuelo que viniendo de Alcaraz desagua en él, es de buena calidad; participa de quebrado y llano; comprende buenos montes poblados de encina, roble, marojo, tejos, pinos, acebos y avellanos, con diferentes arbustos”.

Uno de los principales problemas de la localidad era la incomunicación, calificando a los caminos, tanto locales como los que se dirigían a La Mancha, Valencia y Murcia como “en mediano estado”. Además, no había servicio de correos, ya que “se recibe y despacha en la cabeza de partido”, es decir, Alcaraz.

La economía se basaba en el sector primario, destacando la producción de “trigo, cebada, centeno, avena, maíz, patatas, frutas, legumbres, seda, leñas de combustible, maderas de construcción y buenos pastos con los que se mantiene ganado lanar, cabrío, vacuno y asnal; hay caza de perdices, conejos, jabalíes y corzos”.

El sector industrial se limitaba a “3 molinos harineros, un batán, el laboreo de las minas y el trabajo en las fábricas”.

El comercio era muy escaso, exportándose de la localidad el “sobrante de frutas y ganados y producción de las fábricas”, e importándose “los artículos que faltan”. La descripción que el Diccionario hace de las fábricas la veremos más adelante.

El plano de Riópar Viejo en 1885

En el plano de la localidad realizado en 1885 y que se conserva en el Instituto Geográfico Nacional, se puede apreciar la Iglesia (manzana 1) y el caserío, que coincide básicamente con el actual.

Plano de Riópar Viejo en 1885. Instituto Geográfico Nacional.

Llama poderosamente la atención su extensión, muy limitada para los casi 200 vecinos existentes. Hay que tener en cuenta que buena parte de los mismos se asentaba en Fábricas, en las cortijadas dispersas por el término y en aldeas como la de Casa de la Noguera, de la cual tenemos también un plano de 1887 en el Instituto Geográfico Nacional.

Plano de la aldea de Casa de la Noguera en 1887. Instituto Geográfico Nacional.

Riópar en el siglo XX

La crisis de las Fábricas desde finales del siglo XIX, por el progresivo agotamiento de las minas, hizo que la localidad sufriera una regresión demográfica, que invierte su tendencia en las décadas de 1930 y 1930, como podemos ver en la gráfica adjunta, procedente de Wikipedia.

Evolución demográfica de Riópar, 1900-2005. Fuente: Wikipedia.

La Guerra Civil española (1936-1939), como no podía ser de otro modo, afectó a la localidad.

Tras el estallido del golpe de Estado en julio de 1936, se inicia en el bando republicano un proceso revolucionario, que empezó a afectar a la localidad en octubre de 1936, tal y como informa la Causa General. Ese mes “profanaron la Capilla de San Juan Bautista”, situada dentro del complejo de las fábricas, “rompieron las imágenes, quemando objetos de madera y destruyendo otros de metal destinados al culto”. Del mismo modo, se iniciaron los actos de represión contra personas de derechas, aunque no se llegaron a cometer asesinatos. Así, a 10 personas de ideología conservadora “les obligaron a cavar” y a “tres Guardias de oficio… les bañaron la cabeza en un pilar y les obligaron a decir por las calles cosas en contra de su honor”. Por otra parte, en el terreno económico, “se hicieron saqueos en casas de individuos de derechas, de cereales y otros efectos”; “se impusieron multas de 100 a 5.000 pesetas” a 33 personas y a la “Industrial Metalúrgica de San Juan de Alcaraz”; y se incautaron 8 coches, cuatro de ellos a la citada “Industrial”.

El 10 de enero de 1937 fue profanada y saqueada la Iglesia Parroquial del Espíritu Santo, en Riópar Viejo, y el 2 de julio de ese año se produjo la única muerte violenta ligada al conflicto en la localidad. La víctima fue Amadeo González Marset, obrero metalúrgico de 24 años, que apareció muerto con heridas de arma de fuego en la Plaza del Conde de Velle. Era militante del sindicato CNT, por lo que su muerte quizás se debió a los enfrentamientos internos entre anarquistas y marxistas, tan frecuentes en la retaguardia republicana.

Una vez acabada la Guerra, la localidad alcanza su máxima población en 1940, sufriendo a partir de entonces un agudo descenso demográfico, como podemos ver en la gráfica ya citada. El descenso demográfico se debió al éxodo rural, especialmente intenso en los años 1950-1970 junto con la crisis y cierre definitivo de las fábricas en 1996. En este periodo se completa el traspaso de la población desde Riópar Viejo a l entorno de las Fábricas. De hecho, Riópar Viejo quedó totalmente despoblado, muriendo su último habitante en 1999.

A partir de entonces, los restos de la localidad son restaurados, convirtiéndose en una villa turística ya en el siglo XXI. Precisamente, el desarrollo de las actividades turísticas permitió frenar la sangría demográfica, pasando la población a estabilizarse, tal y como se puede apreciar en la gráfica. Sin embargo, en los últimos años la población ha vuelto a bajar, debido al envejecimiento demográfico. Esto deja claro, en mi opinión, que el desarrollo turístico no es capaz, por sí solo, de frenar el despoblamiento rural.

Puntos de interés histórico-artístico en Riópar Viejo

Los principales puntos de interés en Riópar Viejo, aparte de su situación topográfica y magníficas vistas son los restos del recinto amurallado, los restos del antiguo cementerio (situado dentro del recinto amurallado y con algunos enterramientos recientes) y extramuros la Iglesia Parroquial del Espíritu Santo, de estilo gótico y datable en el siglo XV.

Restos de las murallas medievales de Riópar Viejo.

“FÁBRICAS” O RIÓPAR NUEVO

Orígenes

La actual localidad de Riópar tiene su origen en el establecimiento de las fábricas en el siglo XVIII. De hecho, la denominación tradicional de este núcleo de población, que se mantiene a nivel popular incluso en la actualidad, es la de “Fábricas”.

El establecimiento de las fábricas de zinc y latón tiene su origen en el reformismo económico llevado a cabo por la nueva dinastía borbónica en el siglo XVIII, especialmente intenso durante el reinado de Carlos III (1759-1788). Uno de sus objetivos fue el fomento de la artesanía a través del establecimiento de manufacturas reales.

En este marco es en el que se produce en 1771 la visita a la localidad del ingeniero austríaco Juan Jorge Graubner, atraído por la noticia de la existencia en la localidad de una mina de calamina, mineral del que se extrae el zinc, que en aleación con el cobre da lugar al latón.

Con estas noticias, el rey Carlos III decidió fundar, mediante Real Cédula de 19 de febrero de 1773, las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz, en la actual población de Riópar, y la de San Jorge, situada junto al río Mundo y las minas, en lo que ahora se conoce como El Laminador. Precisamente, en 1781 se creó la Presa del Laminador, cuyas aguas se empleaban en mover la maquinaria, aumentando la producción.

Las fábricas quedaron bajo administración real hasta el 31 de diciembre de 1821, en que fueron cedidas a Josefa Fernández de Figueras. En 1846 se formó la Sociedad “Compañía Metalúrgica de San Juan de Alcaraz”.

Las Fábricas en el «Diccionario» de Madoz (1849)

Tres años después de la creación de la Compañía contamos con la descripción que de las instalaciones hace el Diccionario de Pascual Madoz en una entrada dedicada a la “mina y fábricas de zinc y latón denominadas de San Juan y San Jorge y conocidas generalmente con el nombre de Fábricas de San Juan de Alcaraz”.

Indica Madoz que se situaban “al Sureste de la villa de Riópar, y a la distancia de ¼ de legua”. Seguidamente ofrece una descripción de las instalaciones fabriles, que podemos cotejar con el plano de las mismas de 1886 que se conserva en el Instituto Geográfico Nacional.

En cuanto a las fábricas de San Juan, indica que “luego que se baja de la población [de Riópar] se encuentra una ferrería abandonada, que fue del ex infante Don Sebastián… Como a un tiro de fusil se halla el primer establecimiento de las fábricas, en el que se elaboran cazos y toda suerte de casquería, como braseros, chocolateras, etcétera, conteniendo además habitaciones para los operarios; a la izquierda de este establecimiento, hay otro donde se hacen calderas y casquería de cobre; sigue luego una acera de edificios en línea como de 200 varas, que sirven para almacén de carbón y casas de operarios, hasta llegar al que ocupan la Dirección y sus empleados con buenos almacenes y varios establecimientos, entre ellos fraguas, tornos y otros; es magnífico edificio casi cuadrado, con un gran patio en el centro, y en medio de él una fuente de aguas potables, su fachada principal que está al Sur, tendrá unas 50 varas de longitud; desde la puerta del edificio hasta la que conduce al patio, hay un cobertizo en el que se colocan las tiendas todos los domingos en cuyo día se celebra mercado; a la derecha se encuentran la entrada a las oficinas y parte alta del edificio ocupada por la Dirección, hallándose también las habitaciones de los empleados, formando el todo un corredor hasta llegar al costado del Norte que lo forma la iglesia (dedicada a San Juan Bautista) y una oficina para fundir casquería y piezas de pequeño calibre; al fin de la galería hay una bajada para el patio, y entre la iglesia y la indicada pieza, una puerta que conduce a un molino harinero, al martinete de hacer calderas, y a otras habitaciones destinadas a almacenes de madera; hállase también dentro de este edificio un horno de pan cocer; delante de la puerta principal se ve una explanada, y al otro lado diez pequeñas casas, una posada de escasas comodidades, y un poco más retiradas otras tres o cuatro casas también reducidas, una gran huerta arbolada y una fuente cuyas aguas solo se aprovechan apara abrevar los ganados; desde este punto principia un camino, al principio áspero, y luego llano y delicioso, formado por una alameda de olmos, plátanos y otros árboles, que conduce al departamento llamado el Laminador”.

El plano de las Fábricas en 1886

En el plano de las Fábricas de San Juan de Alcaraz de 1886 que se conserva en el Instituto Geográfico Nacional, se puede observar cómo estas se dividían en tres complejos: San Rafael, con talleres de fundición, almacén de maderas y viviendas de operarios; San Juan en sentido estricto, con las oficinas, Iglesia de San Juan Bautista, habitaciones del Director, escuelas y casa-comercio; y San Carlos, con el taller de quincalla y almacenes, la balsa de la quincalla y el taller de cartuchos.

Plano de las Fábricas de Riópar en 1886. Instituto Geográfico Nacional.

El Laminador

Describe también Madoz el Laminador, del que contamos también con un plano del Instituto Geográfico Nacional para cotejar la descripción. Indica Madoz que el Laminador contaba con “un edificio suntuoso en el que se elaboran planchas de zinc, cobre rojo y amarillo, se tira el alambre, se blanquea y devana, todo por medio de una máquina que impulsa una sierra para maderas; se refina el zinc, y se fabrica latón; frente a la puerta principal de este edificio, en la cerca que forma su gran plaza, se ve otra puerta que conduce al establecimiento donde se extrae el zinc, a la fábrica de crisoles, a los almacenes de metales y depósito de combustibles; esta oficina se halla al pie de la montaña en que está la mina de zinc, origen de los demás establecimientos”. Además, indica que “para las operaciones de la fundición, hay dos pares de hornos, el uno contiene 50 crisoles y el otro 60”.

En El Laminador, el mapa de 1885 del Instituto Geográfico Nacional indica la existencia de talleres de fundición, talleres de laminería, oficinas y viviendas de operarios, almacenes y taller de carpintería.

Plano de El Laminador en 1885. Instituto Geográfico Nacional.

Las minas de calamina

En cuanto a la mina, Madoz indica que “el mineral más abundante es la calamina o carbonato de cal”. Estaba formada por un conjunto enmarañado de galerías subterráneas, pero un derrumbe de las mismas hizo que la Compañía abriera “una zanja de grandes dimensiones, en cuyas paredes se ven algunas galerías a diferentes alturas”. Describe también Madoz las condiciones laborales de los mineros: “los obreros están a jornal, unos a 4 y otros a 5 reales; por la conducción de 100 arrobas de mineral desde la mina al punto en que se sortea la mena, se pagan 6 reales y por rebuscar una arroba y conducirla al mismo punto, 10 maravedíes”.

De Fábricas a Museo

Como ya se ha indicado, las Fábricas cerraron definitivamente en 1996. El 6 de julio de 2010 las Fábricas de Sam Juan de Alcaraz fueron declaradas Bien de Interés Cultural y en el antiguo complejo de San Carlos se estableció un museo, que es en la actualidad el principal foco de interés histórico-artístico de la localidad.

Las Fábricas de Riópar en 1889 según un grabado publicado en la revista «La Ilustración Española y Americana».

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

  • Archivo General de Simancas, Catastro de Ensenada, Respuestas Generales, Libro 471, fols. 374-399.
  • Archivo Histórico Nacional, Fiscalía del Tribunal Supremo, Causa General, caja 1015, expediente 68.
  • Archivo de Instituto Geográfico Nacional, Cartoteca, mapas de población.
  • Fuster Ruiz, Francisco: “Las Fábricas de Riópar: pioneras de la industria metalúrgica española”. Al-Basit, 2 (1976), pp. 51-88.
  • Madoz, Pascual: Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Tomo XIII. Madrid: Imprenta del Diccionario, 1849, pp. 490-491.
  • Vera Prieto, Marta: Patrimonio Industrial y Musealización: Fábricas de San Juan de Alcaraz (Riópar, Albacete). Tesis Doctoral. Cuenca: Universidad de Castilla La Mancha, 2015.
  • Wikipedia.

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PRESENTACIÓN DEL LIBRO «SILES DURANTE LA CRISIS DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN Y LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1920-1931)»

Presentación del libro «Siles durante la crisis del sistema de la Restauración y la dictadura de Primo de Rivera», de Carlos Javier Garrido García.

Cartel de presentación del libro.

El jueves, 21 de marzo de 2019, a las 18’30 horas y en el salón de actos del IES «Doctor Francisco Marín» de Siles, se llevará a cabo la presentación del nuevo libro de Carlos Javier Garrido García, que analiza los últimos 11 años del reinado de Alfonso XIII en Siles y, en general, en la Sierra de Segura.

Este periodo está marcado por la crisis del sistema político de la Restauración, que se había establecido en 1874 tras el Sexenio Revolucionario. La crisis llevó al monarca y a los grupos dominantes a establecer un régimen dictatorial que frenara el crecimiento de la oposición, comandado por el general Primo de Rivera. La dictadura terminó fracasando, lo que llevó en el corto plazo al hundimiento de la monarquía, proclamándose la II República en 1931.

El libro, publicado en la Editorial «Leones del Agua», consta de 140 páginas. Analiza el periodo anterior a la II República, el cual, junto a la Guerra Civil y la Posguerra, ya fue analizado por el autor en otro libro publicado el año pasado en esa misma editorial: «Siles y el partido judicial de Orcera durante la II República, la Guerra Civil y la Posguerra (1931-1950)».

Libros de Actas municipales de Siles, principal fuente documental del libro.

ÍNDICE DEL LIBRO:

INTRODUCCIÓN

LA CRISIS DEL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN

La España de la Restauración

Turnismo político y caciquismo en la provincia de Jaén y la Sierra de Segura

Situación demográfica y socioeconómica

EL AYUNTAMIENTO DE SILES DURANTE LA CRISIS FINAL DE LA RESTAURACIÓN (1920-1923)

La alcaldía de Ramón Blanco Aguilar (abril-junio de 1920)

La alcaldía de Genaro López Quijano (julio de 1920-abril de 1922)

La alcaldía de Isaías González Serrano (abril-junio de 1922)

La segunda etapa de Genaro López Quijano (junio de 1922-septiembre de 1923)

LA DICTADURA DE MIGUEL PRIMO DE RIVERA (1923-1930)

España bajo la dictadura de Primo de Rivera

La incidencia de la dictadura de Primo de Rivera en la provincia de Jaén

Los cambios en el poder local: la fracasada lucha contra el caciquismo

Siles y la Sierra de Segura durante la dictadura

EL AYUNTAMIENTO DE SILES DURANTE LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA

La nueva corporación de Casildo Garrido Gallego (septiembre de 1923- marzo de 1924)

La alcaldía de Manuel Vélez Garrido (marzo de 1924-febrero de 1930)

DE LA DICTADURA A LA II REPÚBLICA (1930-1931)

EL AYUNTAMIENTO DE SILES ENTRE LA DICTADURA Y LA II REPÚBLICA

La nueva alcaldía de Genaro López Quijano (febrero-marzo de 1930)

La alcaldía de Juan José Serrano Muñoz (marzo de 1930-abril de 1931)

CONCLUSIONES

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE ESPAÑA A TRAVÉS DE SUS CONSTITUCIONES Y DE SU EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA

Conferencia sobre la Historia Contemporánea de España vista a través de las Constituciones aprobadas en las distintas épocas y de la evolución socioeconómica del país, desde el Antiguo Régimen a la actualidad, por Carlos Javier Garrido García.

Encierro en el Siles de la Posguerra. Fuente: «Recuerdos del Ayer y Siles». Úbeda: El Olivo, 1999.

El pasado día 4 de diciembre de 2018 realicé en el salón de actos del IES «Doctor Francisco Marín» de Siles (Jaén) una conferencia destinada al alumnado de Bachillerato, Ciclos Formativos y 4º de la ESO para conmemorar el Día de la Constitución.

El objetivo de la conferencia era explicar la Historia Contemporánea de España desde el Antiguo Régimen a la actualidad, ejemplificando la evolución política con las distintas constituciones y proyectos constitucionales registrados en esta época (como las de 1812, 1837, 1845, 1855, 1869, 1873, 1876, 1931 y 1978) y explicándola a través de la evolución demográfica y socioeconómica de España.

Para ilustrar esta evolución utilicé datos del ámbito vivencial del alumnado, es decir, datos demográficos y socioeconómicos de la localidad de Siles. Esta localidad de la Sierra de Segura es un buen ejemplo de los principales condicionantes de la Historia Contemporánea española: el tradicional subdesarrollo y polarización social, y el carácter desequilibrado del desarrollo registrado desde la década de 1960. Todo ello provocó una fuerte conflictividad social e inestabilidad política y el establecimiento de unos regímenes políticos con fuertes caracteres oligárquicos y con graves contradicciones internas.

Con todo ello, pretendía que el alumnado entendiera la complicada situación actual, marcada por las consecuencias de la crisis económica iniciada en 2008, lo mismo que los cambios políticos de anteriores épocas que estuvieron condicionados o provocados por cambios o determinantes socioeconómicos, causa y efecto de los mismos.

Si desea descargarse el PPT de la Conferencia, en PDF, pulse aquí: PPT Conferencia Constitución 2018

LA GUERRA CIVIL EN UN PUEBLO DE LA ALPUJARRA ALMERIENSE: BENÍNAR (1936-1939)

Historia de Benínar (Almería) durante la Guerra Civil (1936-1939), por Carlos Javier Garrido García.

Vista general del desaparecido pueblo de Benínar.

INTRODUCCIÓN

El periodo de nuestra historia iniciado con la proclamación de la II República en 1931 y que acabó con el establecimiento de la Dictadura del general Franco es, sin duda, uno de los más apasionantes, de ahí que la producción historiográfica a él asociado tan sólo sea parangonable a la de la II Guerra Mundial. La bibliografía sobre el periodo que nos ocupa es inmensa, aunque me atrevería a recomendar una obra de Preston en la que, aparte de ser una adecuada síntesis, se incluye además un interesante ensayo historiográfico que puede servir de guía y primera aproximación (PRESTON, 2006: 333-364).

El marco geográfico estudiado en este trabajo es la desaparecida localidad alpujarreña de Benínar, origen de mi familia política, que me va a permitir analizar cómo afectó la guerra en las pequeñas localidades alejadas de los focos de la gran política.

Las fuentes utilizadas para este trabajo han sido tanto bibliográficas como documentales. En cuanto a las primeras han sido de uso imprescindible las obras dedicadas a la II República, Guerra Civil y primer franquismo en la provincia de Almería, conteniendo algunos datos sobre Benínar. Entre ellas, hay que destacar sin duda las obras de Rafael Quirosa-Cheyrouze sobre la Guerra Civil en la provincia, la de Eusebio Rodríguez sobre la represión de posguerra y la de Antonio Sánchez sobre la depuración franquista del magisterio almeriense. No hay que olvidar tampoco las aportaciones de Tapia Garrido sobre el conflicto en la Baja Alpujarra, Benínar incluido (TAPIA GARRIDO, 2000: 517-528).

Por lo que se refiere a las fuentes documentales, la principal ha sido la Causa General, custodiada en el Archivo Histórico Nacional (CAUSA GENERAL), recopilación de información dirigida por el Fiscal del Tribunal Supremo sobre los sucesos de la retaguardia republicana, especialmente la represión, y realizada a partir del Decreto de 26 de abril de 1940 con el objetivo de justificar la represión franquista y el mismo régimen. Una información, por tanto, mediatizada por la ideología de los vencedores, hecho que hay que tener en cuenta. Por otra parte, he usado las bases de datos de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica del sindicato CGT (www.todoslosnombres.org) y de la Fundación Pablo Iglesias del PSOE, en este caso las Biografías del socialismo español (www.fpabloiglesias.es).

Este artículo ha sido publicado en la revista «Farua. Revista del Centro Virgitano de Estudios Históricos», nº 22 (2019), pp. 49-56.

SITUACIÓN SOCIAL DE BENÍNAR

Al final de la época morisca, en 1568, Benínar tenía 20 vecinos, unos 80 habitantes, todos ellos moriscos. La rebelión de estos entre 1568 y 1570 supuso la despoblación del lugar (TAPIA GARRIDO: 286). Las tareas de repoblación con cristianos viejos se iniciaron en 1574, asentándose en la localidad 11 vecinos, es decir, la población quedó prácticamente reducida a la mitad, correspondiendo a cada vecino una “suerte” compuesta por 7’5 marjales de riego, 6 fanegas de secano, 1 fanega de viña, 5’5 olivos, 3’5 higueras y 1 casa (TAPIA GARRIDO: 305-306).

Esta nueva población supuso el origen de la estructura social que predomina en la Edad Moderna y Contemporánea, al significar la concentración de las principales propiedades del pueblo en unas pocas familias. Así, el posterior crecimiento de la población en los siglos XVII y XVIII hizo que la población excluida fuera creciendo. Muestra de ello son los datos que aporta el Catastro de Ensenada en 1751 (CATASTRO DE ENSENADA). Para entonces la localidad contaba con 45 vecinos, de los que 12 ó 13 residían en cortijos, sumando 212 habitantes. Es decir, con respecto a 1574 se había cuadriplicado la población, lo que había deteriorado hasta niveles extremos la estructura social de la localidad, más aún teniendo en cuenta que entre esa fecha y 1751 no se detecta un aumento apreciable de la superficie cultivada (TAPIA GARRIDO: 306). Así, para entonces había unos 40 jornaleros en Benínar, los cuales debido a “la miseria y pobreza de este Pueblo, no tienen en qué trabajar todo el año, por lo cual salen de él a los Pueblos más inmediatos a buscar donde trabajar”. Por otra parte, al informar sobre los “pobres de solemnidad”, se indica “que esta villa es toda de pobres, o la maior parte, que por razón de bejez o de accidentes habrá de solemnidad tres o quatro”.

El posterior crecimiento demográfico del siglo XIX no haría sino empeorar la situación. Así, en 1846 los habitantes de la localidad eran 538 (MADOZ: 221-222) y en 1857 ascendían a 1.006 (TAPIA GARRIDO: 483), un fuerte crecimiento que se puede deber a la inmigración atraída por el desarrollo de la minería del plomo en la Sierra de Gádor. Sin embargo, la minería se estanca a partir de 1874 (TAPIA GARRIDO: 532-533), y lo mismo hace la población de Benínar, situándose en 982 habitantes en 1900 y no dejando de descender a partir de entonces (TAPIA GARRIDO: 495), llegando a 953 habitantes en 1930 y 800 en 1940. Es decir, acabada la minería, la población de la localidad, mayoritariamente jornalera, se vio obligada en parte a la emigración, que funcionaría como válvula de escape de la tensión social. Sin embargo, no la eliminó totalmente, aflorando con toda su fuerza a raíz del fracaso del golpe de Estado de julio de 1936. 

EL INICIO DE LA GUERRA

La polarización política característica de la España de los años 1930 parece que no había llegado a Benínar si nos atenemos a los informes de las autoridades franquistas de la posguerra. Así, indicaban que con anterioridad a la guerra “no ocurrieron hechos que alteraran el orden ni hubo atropellos a personas y propiedades”, y que “no hubo propaganda ni excitaciones a la violencia” por parte de las izquierdas, mientras que por parte de los individuos de derechas “no hubo actos de participación en pro del Movimiento Nacional por adoptar el vecindario una actitud pasiva” (CAUSA GENERAL: 12-14). Sin embargo, los hechos acaecidos al iniciarse la guerra demuestran lo contrario.

El golpe de Estado iniciado en el protectorado de Marruecos el 17 de julio de 1936 se extendió a la península el día 18. En Almería la sublevación se inició el 21 de julio de 1936, pero se saldó con un fracaso. En Benínar, el conocimiento del golpe supuso que se formara el día 20 un “Comité Rojo”, compuesto por el alcalde en esos momentos, Francisco Sánchez Sánchez, al que acompañaban como vocales Gracián Rincón Fernández, Adolfo Sánchez Román, Francisco Sánchez Román, Antonio Moreno Sánchez, José Sánchez Román y Andrés Pérez Sánchez. Su primera decisión fue la de desarmar de las personas de derechas, requisándose sus escopetas, entre otros, a Antonio González Romero, Facundo Sánchez Quero, Antonio Sánchez Sánchez, Francisco Blanco Maldonado y Juan Ruiz Martín. Las armas se depositaron en la casa de Manuel Martín Rodríguez, jefe de Izquierda Republicana, que sirvió también de sede inicial del Comité, y con ellas se armaron milicianos que montaron guardia en la población y sus inmediaciones “para oponerse al Ejército Nacional”. Todo ello vino acompañado de los primeros actos revolucionarios, como el saqueo de la Iglesia “y profanación del Sagrario e Imágenes” (CAUSA GENERAL: 5-6).

Portada de la Iglesia parroquial de Benínar.

EL PROCESO REVOLUCIONARIO: REPRESIÓN E INCAUTACIONES

Junto al saqueo de la Iglesia parroquial, el “Comité Rojo” inició a partir del 29 de julio y continuó durante los meses a agosto y septiembre de 1936 una fuerte represión que se tradujo en el registro y saqueo de las viviendas, la imposición de multas, la incautación de propiedades y el encarcelamiento de destacados derechistas. Así, el citado 29 de julio el Comité, acompañado del alcalde y del secretario interino del Ayuntamiento, Fausto Ruiz Venegas, registró y saqueó los domicilios de Antonio González Romero, maestro nacional, y de Facundo Sánchez Quero, secretario propietario del Ayuntamiento, “a pretexto de haber pagado multas de mil y cinco mil pesetas respectivamente”. El saqueo de estas viviendas se completó a primeros de agosto, indicándose en la documentación franquista que el producto del mismo lo depositaron los hermanos Adolfo y Francisco Sánchez Román, miembros del Comité, en casa de su padre Antonio Sánchez López, “pues todos lo hicieron con la idea de lucro”. En ese mismo mes de agosto se impusieron multas y se requisaron gallinas y conejos, lo mismo que “se les recogieron las estampas y objetos religiosos los cuales fueron destruidos”, indicándose como principales perjudicados a Francisco Martín Rodríguez, Josefa Sánchez Rincón, Antonio Fernández Campoy, José Ruiz Martín, Pedro Sánchez López “y la mayor parte de los vecinos”. Por último, fueron detenidos Faustino Ruiz Maldonado, Manuel Maldonado Sánchez y Nicolás Ruiz Roda, “y conducidos a Almería a donde estuvieron presos, siendo allí asesinado el Ruiz Roda” (CAUSA GENERAL: 5-6).

Nicolás Ruiz Roda era un labrador miembro de Acción Popular y Jefe de Milicias de Falange. Tras ser detenido en Benínar y conducido a Almería, fue encarcelado en el buque Astoy-Mendi, de donde fue sacado el 16 de septiembre de 1936 y asesinado en los Pozos de Tabernas (CAUSA GENERAL: 3; QUIROSA-CHEYROUZE, 1997: 141).

Ya en septiembre de 1936 se detuvo, se le cobró una multa y se condujo a Almería al propietario del Cortijo del Canónigo, José Rodríguez García. Del mismo modo se le incautó el Cortijo, iniciándose a partir de entonces un proceso de incautaciones que afectó a los grandes y medianos propietarios y al clero parroquial. En cuanto a este último, se incautó la Casa Rectoral y se destruyeron las imágenes religiosas de la misma (CAUSA GENERAL: 5-6).

Por otra parte, fueron requisadas las fincas propiedad de Miguel Oliveros del Trell, Mario Manrique Roda, Eduardo Gutiérrez Ruiz, José y Facundo Sánchez Quero, Antonio González Romero, José Rodríguez García y herederos de Anselmo López Fernández; el molino harinero y almazara de Miguel Oliveros del Trell; la almazara de los herederos de Anselmo López Fernández; y la tienda de comestibles de José Fernández Roda (CAUSA GENERAL: 12-14). Esta información procedente de la Causa General se complementa con los expedientes de expropiación de fincas que se conservan de Anselmo López Fernández, Miguel Oliveros del Trell, Facundo y José Sánchez Quero, Francisco Sánchez Sánchez y Emilio Serrano Guillén (QUIROSA-CHEYROUZE, 1996: 255-256). No me consta que para la explotación de todas estas propiedades se formara una colectividad en la localidad, aunque su explotación colectiva, quizás gestionada directamente por el Comité, queda clara ya que hasta 1937-1938, como veremos a continuación, las fincas no fueron parceladas y distribuidas para su explotación individual.

EL CONTROL DE LA REVOLUCIÓN

El proceso revolucionario iniciado en la zona republicana tras el estallido de la guerra empezó a ser contralado a partir de septiembre de 1936 gracias al nuevo gobierno de Francisco Largo Caballero y al creciente papel de formaciones políticas como el PCE. Los medios para ello fueron la recuperación de las instituciones estatales, regionales, provinciales y locales, suplantadas de facto por múltiples comités, en los predominaban los sindicatos UGT y CNT; el freno y judialización de la represión gracias a la creación de los Tribunales Populares y la reestructuración de los juzgados municipales; y el freno al proceso de colectivización, que empieza a ser suplantado por la parcelación individual.

En cuanto a lo primero, un decreto del Ministerio de la Gobernación de 4 de enero de 1937 establecía la disolución de los ayuntamientos, comisiones gestoras y comités existentes y la constitución por los gobernadores civiles de cada provincia de consejos municipales con representación de todos los partidos y sindicatos. El nuevo Consejo Municipal de Benínar fue constituido el 4 de febrero de 1937 y estaba compuesto por el presidente, Juan Maldonado Sánchez, carpintero, y los vocales Aurelio Maldonado Sánchez, labrador; Francisco Sánchez Victoria, labrador; José Rincón Romero, jornalero; y Francisco Sánchez Fernández, labrador; los cuatro primeros en representación de la CNT y el último de la UGT (QUIROSA-CHEYROUZE, 1996: 190-191, 289). Esta mayoría anarcosindicalista es sorprendente si tenemos en cuenta que entre 1931 y 1936 no existió la CNT en la localidad (RUIZ SÁNCHEZ), por lo que hubo de establecerse en ella durante la guerra, en una muestra más de la debilidad, ya puesta de manifiesto, del movimiento obrero en ella.

En cuanto a la reorganización del juzgado municipal de Benínar, la Causa General informa de poco, limitándose a indicar que “la actuación de los Jueces Municipales dejó algo que desear por la irregularidad procesal de sus actuaciones en las que faltan firmas y por haber sido nombradas por autoridades ilegítimas”, destacando también que no funcionaron en la localidad tribunales populares y que se conservaron los registros civil y parroquial (CAUSA GENERAL: 15).

Por último, en cuanto a la propiedades incautadas, explotadas colectivamente, ya fuera por una colectividad o por el mismo Comité, luego Consejo Municipal, pasaron entre 1937-1938 “a su parcelación y distribución entre los directivos”, indicándose como responsables y, quizás, beneficiarios a Juan Maldonado Sánchez, Aurelio Maldonado Sánchez, Gregorio Rincón Sánchez, Enrique Blanco Maldonado, José Roque Triviño Sánchez, José Rincón Romero, Francisco Sánchez Victoria, Federico Checa García, Manuel Martínez Rodríguez y Antonio Sánchez Sánchez (CAUSA GENERAL: 5-6).

LA REPRESIÓN DE LA POSGUERRA

Cuando a finales de marzo de 1939 el bando republicano se desploma, las tropas franquistas ocupan los últimos restos de este, entre ellos la provincia de Almería y, dentro de ella, Benínar. En la vecina Berja el día 29 de marzo de 1939 los elementos derechistas de la localidad ocuparon el Ayuntamiento, Correos y los principales centros administrativos de la ciudad como paso previo a la entrada de las tropas de ocupación (RUIZ FERNÁNDEZ: 213), un proceso que se hubo de producir también en Benínar en torno a esa fecha. La ocupación franquista supuso la recuperación del predominio de las clases medias y altas conservadoras. Este predominio fue asegurado, en primer lugar, a través del establecimiento del Estado franquista, cuyos pilares a nivel local serán los nuevos ayuntamientos, el clero parroquial y la jefatura local del partido único, FET de las JONS. En el caso de Benínar, según se desprende de la Causa General, en septiembre de 1940 era alcalde Fausto Ruiz y en mayo de 1944 Francisco Sánchez.

En segundo lugar hay que destacar la represión contra los vencidos, con el objetivo aparente de castigar los delitos cometidos por las izquierdas en el periodo republicano, pero con el verdadero de asegurar el mantenimiento de la nueva situación. Así, la Causa General indica que en septiembre de 1940 la situación de los miembros del “Comité Rojo”, creado al inicio de la guerra y que controla el municipio hasta febrero de 1937, era la siguiente: el alcalde Francisco Sánchez Sánchez y los vocales Gracián Rincón Fernández, Adolfo Sánchez Román y Antonio Moreno Sánchez estaban sufriendo condena; el vocal Francisco Sánchez Román estaba preso en Sevilla, y los vocales José Sánchez Román y Andrés Pérez Sánchez se habían exiliado a Francia.

Por otra parte, el 6 de mayo de 1944 el fiscal instructor de la Causa General de Almería solicitaba al alcalde de Benínar y a la Guardia Civil “para que comuniquen el actual paradero y domicilio de los individuos que constituyeron el comité revolucionario de dicho pueblo”. Según informe del alcalde de Benínar de 12 de mayo de 1944 y del cabo de la Guardia Civil de Berja del día 24 su situación era la siguiente (CAUSA GENERAL: 16-18): José Sánchez Román y Antonio Andrés Pérez Sánchez estaban exiliados en Francia; Adolfo Sánchez Román estaba en libertad condicional desterrado en Alcalá de Guadaira (Sevilla); Francisco Sánchez Román estaba desterrado en Dos Hermanas (Sevilla); Manuel Martín Rodríguez residía en la calle Real de Benínar; José Ruiz Rincón había fallecido en Benínar en noviembre de 1936.

Estas informaciones pueden ser completadas a través de otras fuentes. Así, en cuanto a uno de los exiliados, José Sánchez Román, nos consta según su ficha personal en el Diccionario Biográfico del Socialismo Español de la web de la Fundación Pablo Iglesias que había nacido en Benínar el 13 de febrero de 1909, que era miembro de la UGT y del PSOE y que en el exilio perteneció a las secciones del partido y del sindicato en Nevers (Nièvre).

Por otra parte, en la base de datos de www.todoslosnombres.org, consta que Adolfo Sánchez Román había sido condenado en Consejo de Guerra a 12 años y 1 día de reclusión, trabajando en el Canal del Bajo Guadalquivir, mientras que Francisco Sánchez Román fue condenado a reclusión perpetua (30 años) y acabó trabajando en el mismo Canal, en ambos casos para reducir su pena a cambio de ser mano de obra gratuita para el régimen.

Además, contamos con los datos aportados por Eusebio Rodríguez Padilla en su trabajo sobre la represión en Almería, que analiza la actuación de los tribunales militares en Almería entre 1939 y 1945. Estos llevaron a cabo numerosos procedimientos sumarísimos y sumarísimos de urgencia que juzgaban, paradójicamente, el delito de rebelión, basándose en el Código de Justicia Militar de 1890 y en el Bando de Guerra de 28 de julio de 1939. Según consta en este estudio, fueron procesadas las siguientes personas vecinas de Benínar (RODRÍGUEZ PADILLA: 545):

  • Díaz Román, Antonio: el día 4 de mayo de 1939 le fue iniciada la causa nº 19.756/39 por el delito de auxilio a la rebelión, siendo condenado el 14 de febrero de 1940 a 12 años y 1 día de prisión.
  • Maldonado Sánchez, Aurelio: el día 22 de febrero de 1940 se le inició la causa nº 11.225/40 por auxilio a la rebelión y fue condenado el 27 de agosto de 1942 a 12 años y 1 día de prisión.
  • Martín Pérez, José: le fue iniciada la causa nº 20.394/39 el día 17 de abril de 1939, siendo condenado por adhesión a la rebelión a cadena perpetua el 16 de diciembre de 1941.
  • Montes Manrique, Miguel: el día 22 de febrero de 1940 le fue iniciada la causa nº 11.198/40 por auxilio a la rebelión, siendo condenado a 14 años, 8 meses y 1 día de presión el día 17 de abril de 1941.
  • Moreno Sánchez, Antonio: le fue iniciada la causa nº 28.268/39 el día 14 de abril de 1939 por adhesión a la rebelión y fue condenado el 30 de agosto de ese año a cadena perpetua.
  • Rincón Fernández, Gracián: el día 8 de mayo de 1939 le fue iniciada la causa nº 28.084/39 por auxilio a la rebelión, siendo condenado el 1 de julio de ese año a 12 años y 1 día de prisión.
  • Sánchez López, Antonio: le fue iniciada el 22 de febrero de 1940 la causa nº 10.965/40 por auxilio a la rebelión y fue condenado el 25 de febrero de 1943 a 12 años y 1 día de prisión.
  • Sánchez Román, Adolfo: el 8 de mayo de 1939 le fue iniciada la causa nº 28.084/39 por auxilio a la rebelión, siendo condenado el 1 de julio de ese año a 12 años y 1 día de prisión.
  • Sánchez Román, Francisco: le fue iniciada la causa nº 10.965/40 por adhesión a la rebelión, siendo condenado a cadena perpetua el día 25 de febrero de 1943.
  • Sánchez Sánchez, Francisco: el día 8 de mayo de 1939 le fue iniciada la causa nº 28.084/39 y fue condenado por el delito de adhesión a la rebelión a cadena perpetua.

Por lo que se refiere a los indultos, el 9 de octubre de 1945 se estableció el indulto para los delitos de rebelión cometidos durante la Guerra Civil para celebrar el aniversario del acceso de Franco a la jefatura del Estado. Los presos indultados pasaban a la libertad vigilada. Este fue el caso de Gracián Rincón Fernández, indultado el 7 de octubre de 1946, y de Adolfo Sánchez Román, que lo fue el 16 de noviembre de 1946.

En cualquier caso, muchos condenados se vieron beneficiados por conmutaciones e indultos, dos medidas cuyo objetivo principal era descongestionar las saturadas prisiones. En cuanto a la conmutación, consistía en la supresión parcial de la condena disminuyendo su duración, ya fuera por su revisión en las Comisiones Provinciales de Examen de Penas, establecidas en 1940, o bien por la conmutación a cambio de trabajo, práctica llevada a cabo desde 1937. En el caso que nos ocupa, José Martín Pérez vio conmutada su cadena perpetua por 20 años y 1 día de prisión en 1942; Miguel Montes Manrique la suya de 14 años, 8 meses y 1 día por otra de 6 años el 15 de mayo de 1941; Antonio Sánchez López su condena de 12 años y 1 día por otra de 1 año el 25 de febrero de 1943; y Francisco Sánchez Sánchez su condena perpetua por otra de 12 años el 22 de agosto de 1944.

Además de los encarcelamientos, otro de los procesos destacados de la represión franquista fue la depuración de funcionarios para expulsar de sus puestos a los republicanos. Este fue el caso de los maestros. Así, en abril de 1939 la Dirección General de Primera Enseñanza dictó una orden por la que quedaban en suspenso en sus cargos todos los maestros de la provincia de Almería y se iniciaba el proceso de depuración. Este constaba de los siguientes pasos: solicitud de reingreso del interesado, informes de las autoridades locales (alcalde, párroco, Guardia Civil) sobre su ideología y conducta, análisis de la Comisión Depuradora Provincial y propuesta a la Comisión Superior Dictaminadora (SÁNCHEZ CAÑADAS: 33-35). En la provincia fueron depurados 972 maestros, de los que fueron sancionados 182 (SÁNCHEZ CAÑADAS: 98). En el caso de Benínar tenemos a los dos maestros del pueblo y a otro natural de la localidad pero que ejercía en Guardias Viejas, superando los tres la depuración de manera positiva, proponiendo la Comisión Depuradora Provincial su readmisión sin sanción (SÁNCHEZ CAÑADAS: 226-227, 268, 296):

  • Cuenca Zamora, Adolfo: natural de Benínar, de 60 años de edad y con destino en Guardias Viejas (Dalías); fue rehabilitado provisionalmente el 2 de agosto de 1939 y confirmado en su cargo el 6 de febrero de 1941.
  • González Romero, Antonio: natural de Benínar, de 43 años y con destino en su localidad; fue rehabilitado provisionalmente el 8 de agosto de 1939 y confirmado en su cargo el 10 de junio de 1940.
  • Martín Donaire, Rosa: natural de Alcolea, de 61 años y con destino en Benínar; fue rehabilitada provisionalmente el 2 de agosto de 1939 y confirmada en su cargo el 3 de agosto de 1940.

CONCLUSIONES

Como hemos visto, en Benínar existía una estructura social muy polarizada, con una abundante población jornalera, herencia de la reducida repoblación de 1574 y del posterior crecimiento demográfico. Sin embargo, la existencia de una fuerte emigración desde principios del siglo XX había supuesto una válvula de escape a la tensión social, lo que, junto a las dificultades para el desarrollo de movimientos políticos alternativos en pequeñas poblaciones, significó una ausencia de tensiones sociopolíticas de importancia durante el periodo republicano.

En cualquier caso, el cataclismo sociopolítico que supuso el inicio de la Guerra Civil dejó aflorar las tensiones larvadas durante largo tiempo. El nuevo Comité Rojo, que sustituye en la dirección de la localidad al Ayuntamiento de izquierdas, inicia un proceso de alteración de las relaciones sociales tradicionales, a través de la represión y las incautaciones. Este incipiente proceso revolucionario fue frenado por el proceso de recuperación del Estado republicano a partir de 1937, concretado en el fin de las colectivizaciones y la opción final por la división en parcelas individuales de los bienes incautados, y en el establecimiento de nuevos ayuntamientos, constituyéndose un Consejo Municipal dominado, en una aparente contradicción, por la CNT anarcosindicalista, de principios colectivistas.

El final de la guerra en 1939 no significó la llegada de la paz, ya que el nuevo régimen franquista puso en marcha un intenso proceso represivo contra los vencidos. En un principio dicho proceso tenía la supuesta finalidad de castigar los delitos cometidos en la zona republicana durante la guerra. Sin embargo, la represión franquista fue implacable, pese a no concretarse en este caso en penas de muerte, lo que se explica en el deseo de asegurar el nuevo régimen y eliminar de manera completa y definitiva al adversario político.

BIBLIOGRAFÍA

  • CATASTRO DE ENSENADA: Archivo General de Simancas, Catastro de Ensenada, Repuestas Generales, Libro 278, fols. 766r.-795r. Benínar, 11/10/1751.
  • CAUSA GENERAL: Archivo Histórico Nacional, Fiscalía del Tribunal Supremo, Causa General, Caja 1038, expediente 25: Benínar (Almería).
  • MADOZ, Pascual (1846): Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Tomo IV. Madrid.
  • PRESTON, Paul (2006): La Guerra Civil Española. Barcelona: Círculo de Lectores.
  • QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael (1996): Almería, 1936-37. Sublevación militar y alteraciones en la retaguardia republicana. Almería: Universidad de Almería.
  • QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael (1997): Represión en la retaguardia republicana. Almería, 1936-39. Almería: Librería Universitaria.
  • RODRÍGUEZ PADILLA, Eusebio (2005): La represión franquista en Almería, 1939-1945. Mojácar: Arráez Editores.
  • RUIZ FERNÁNDEZ, José (1999): De la II República a la Guerra Civil. Berja (1931-1939). Almería: Arráez Editores.
  • RUIZ SÁNCHEZ, José Leonardo y ÁLVAREZ REY, Leandro (1997): “Fuentes para el estudio del movimiento obrero en Almería: la correspondencia inédita de la CNT (1931-1936)”. Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 15 (1997), pp. 31-76.
  • SÁNCHEZ CAÑADAS, Antonio (2007): Memoria y dignidad. Depuración y represión del magisterio almeriense durante la dictadura del general Franco. Sevilla: Corduba.
  • TAPIA GARRIDO, José Antonio (2000): Historia de la Baja Alpujarra. Almería: Instituto de Estudios Almerienses.

Si desea descargarse este trabajo en PDF, pulse aquí: Guerra Civil en la Alpujarra

VIDEO DE LA CHARLA SOBRE LA GUERRA CIVIL EN GUADIX DURANTE LA VISITA A UNO DE LOS REFUGIOS ANTIAÉREOS DE LA GUERRA CIVIL, EL DE «LA TABICONA».

Video de la charla introductoria realizada por Carlos Javier Garrido García como introducción a la visita de uno de los refugios antiaéreos construidos en Guadix durante la Guerra Civil.

Plaza Mayor de Guadix, parcialmente destruida en 1936.

Dentro del marco de los actos conmemorativos de la proclamación de la II República organizados por el Ayuntamiento de Guadix, realicé el pasado 15 d abril la charla introductoria a la visita al refugio de «La Tabicona», situado bajo la Solana de Santiago y que ha sido abierto al público por primera vez.

En la charla hice un recorrido por la evolución de la II República, un régimen reformista que fracasó debido a la crisis de 1929, a la oposición de los privilegiados y a la lentitud de las reformas, lo que provocó un aumento de la conflictividad social.

Como consecuencia de ello, aumenta la polarización política desde la derecha y la izquierda, culminando en el enfrentamiento en la Guerra Civil entre una república que sufre un agudo proceso revolucionario y un bando sublevado en el que se establece una dictadura militar próxima al fascismo.

Todo este proceso fue especialmente intenso en la ciudad de Guadix, una ciudad que sufría una aguda polarización política y social, que se manifestaba en la existencia de dos ciudades distintas: la de las casas y la de las cuevas.

Tras analizar la evolución de la Guerra Civil en Guadix y comarca, me centré en el sistema de defensa antiaérea, con la vigilancia desde la Alcazaba y la torre de la Catedral, las sirenas en este último lugar y la Estación y una amplia red de refugios que acabaron de construirse en diciembre de 1937.

Si desea ver el video de esta charla, alojada en la página de Facebook del Ayuntamiento de Guadix, pulse aquí.

VIDEO DE LA CONFERENCIA «HISTORIA SOCIAL DE GUADIX EN LA EDAD MODERNA Y CONTEMPORÁNEA».

Video de la conferencia «Historia social de Guadix en las edades moderna y contemporánea», por Carlos Javier Garrido García.

Ciclo de conferencias «El coloquio de los perros», organizado por CNT Comarca de Guadix.

El pasado día 6 de abril de 2017 pronuncié en el patio central del Ayuntamiento de Guadix la conferencia «Historia social de Guadix en las Edad Moderna y Contemporánea», dentro del ciclo de conferencias «El coloquio de los perros», organizado por el sindicato CNT-AIT Comarca de Guadix.

En la conferencia hice un repaso por la evolución demográfica y socioeconómica de la ciudad desde su conquista por los Reyes Católicos en 1489 hasta el momento actual, pasando por la repoblación, la época morisca, la rebelión de los moriscos y la crisis posterior, el surgimiento y crecimiento del barrio de las cuevas, la incidencia de las desamortizaciones, el desarrollo incipiente desde la inauguración del ferrocarril en 1895, la II República y la Guerra Civil, la autarquía y el desarrollismo franquistas, la crisis de reconversión y la incidencia de la crisis económica actual.

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LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS (1979-2000)

Resumen del Tema 16 de Historia de España para Selectividad (Andalucía) referente a los gobiernos de la democracia entre 1979 y 2000, por Carlos Javier Garrido García.

LOs cuatro primeros presidentes democráticos de la monarquía de Juan Carlos I (1976-2004).

INTRODUCCIÓN

Pese a las dificultades de la crisis económica y de las heridas no cerradas de la Guerra Civil, la democracia sienta sus bases con la Constitución de 1978 y se consolida definitivamente, tras el intento de golpe de Estado de 1981, cuando en 1982 alcanza el poder uno de los partidos perdedores de la Guerra Civil: el PSOE de Felipe González. A partir de entonces se consolida el régimen político democrático, gracias a la alternancia normalizada de las dos fuerzas políticas mayoritarias, y se registra un fuerte crecimiento económico y modernización social que ha convertido a España en uno de los principales países de la Unión Europea.

EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA

El segundo gobierno de Adolfo Suárez (1979-1981)

En las nuevas elecciones de marzo de 1979 vuelve a ganar por mayoría simple la UCD, seguida cada vez más de cerca por el PSOE.

La actividad reformista se va ampliando con la aprobación del Estatuto de los Trabajadores en 1980 (regulación de los derechos laborales) y de los estatutos de autonomía del resto de regiones españolas entre 1981 y 1983. Del mismo modo se lleva a cabo el desarrollo legislativo constitucional, adaptando las normas legales al nuevo marco político: reforma del Código Civil, Ley Orgánica de Libertad Religiosa, reforma fiscal, etc.

Crecimiento de la inestabilidad interna en la UCD ante las críticas a Adolfo Suárez y el fracaso relativo en las primeras elecciones municipales democráticas de abril de 1979 y en las autonómicas de Cataluña y el País Vasco de marzo de 1980. A todo ello se une el descontento social por los problemas derivados de la crisis económica y de las políticas de ajuste y el descontento militar por los atentados de la ETA y el GRAPO. Por último, el PSOE lleva a cabo una dura oposición, presentando una moción de censura en mayo de 1980 que, pese a fracasar, erosiona mucho al gobierno.

Frente a todo lo anterior, Adolfo Suárez dimite como presidente del gobierno y de la UCD en enero de 1981.

El gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo (1981-1982)

Cuando el Congreso elegía como sucesor a Leopoldo Calvo Sotelo se produce el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. El golpe, dirigido por Antonio Tejero, teniente coronel de la Guardia Civil, y Milans del Bosch, capitán general de Valencia, consistió en la ocupación del Congreso de los Diputados por el primero y en la declaración del Estado de excepción y sacando las tropas a las calles valencianas el segundo. Su objetivo era volver a establecer un régimen de dictadura militar que acabara con la democracia, pero fracasó por la falta de apoyos sociales y la actitud del rey, que hizo valer su papel como máximo dirigente del Ejército para que en su inmensa mayoría éste apoyara la democracia.

Durante su corto mandato, Calvo Sotelo solicita, con la oposición de los grupos de izquierda, el ingreso en la OTAN en 1982, y prosigue la política reformista con la aprobación de la Ley del Divorcio en 1981.

En 1982 la situación de UCD sigue degradándose, más aún con la fundación por Adolfo Suárez de un nuevo partido: el Centro Democrático y Social (CDS). Ello explica que en las elecciones de octubre de 1982 la victoria corresponda al PSOE de Felipe González con mayoría absoluta, seguida de Alianza Popular (AP), desapareciendo prácticamente la UCD.

Los gobiernos de Felipe González (1982-1996)

En las elecciones de octubre de 1982 el PSOE gana las elecciones por mayoría absoluta, alcanzando la presidencia del gobierno su líder, Felipe González Márquez. Este resultado será revalidado en las posteriores elecciones de 1986 y 1989.

Todo ello le permite llevar a cabo en solitario un amplio abanico de reformas cuyas prioridades eran la lucha contra la crisis económica, la consolidación definitiva de la democracia y el avance hacia el Estado de Bienestar.

La lucha contra la crisis económica se lleva a cabo con instrumentos como la reconversión bancaria, el control de la inflación y la reconversión industrial, contestada ésta última con una fuerte conflictividad social (Huelga General de diciembre de 1988). La mejora económica se conseguirá finalmente gracias a la nueva fase expansiva de la economía internacional y al ingreso en la CEE el 1 de enero de 1986. La nueva coyuntura económica expansiva queda de manifiesto en los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla en 1992.

Se sigue consolidando la democracia al completarse el mapa autonómico y ampliar las competencias autonómicas mediante la Ley de Proceso Autonómico de 1983, se emprende una reforma del Ejército para acabar con el peligro del golpismo y frente al terrorismo de ETA se opta por el consenso de todas las fuerzas políticas democráticas vascas (Pacto de Ajuria Enea de 1988).

Se extiende el Estado de Bienestar a través de la reforma educativa (reforma universitaria en 1983, ampliación de la escolarización obligatoria a los 14 años en 1985 y a los 16 con la LOGSE en 1990) y la ampliación de los sistemas de protección social (universalización de la asistencia médica gratuita, pensiones no contributivas, aumento de la prestación por desempleo).

En las elecciones de 1993 el PSOE pierde la mayoría absoluta ante el aumento destacado del PP dirigido por Aznar. Ello fue debido a las siguientes causas: crisis económica internacional a partir de 1992, enfrentamientos internos entre “guerristas” y renovadores y casos de corrupción (Roldán, Guerra, Mario Conde, GAL, etc.). Todos estos factores explican la victoria electoral del PP en las elecciones de marzo 1996.

El primer gobierno de José María Aznar (1996-2000)

Durante la primera legislatura el PP no obtiene mayoría absoluta, por lo que debe gobernar con el apoyo de las formaciones nacionalistas (CIU, PNV, Coalición Canaria), lo que le obligó a mantener una orientación centrista

Gracias a la bonanza económica internacional, el PP consigue reducir las tasas de paro, seguir mejorando las infraestructuras y alcanzar los criterios de convergencia en 1999 para su entrada en el euro (reducción del déficit público y de la inflación). Se consigue además reducir la tasa de paro, basándose en el desarrollo de los servicios, las inversiones exteriores y la explosión del mercado inmobiliario.

En política interior destaca el problema del terrorismo de ETA. Después de una primera etapa de entendimiento con el PNV, el secuestro y asesinato en 1997 de Miguel Ángel Blanco, concejal del PP en Ermua, provoca un endurecimiento de la política antiterrorista del gobierno. Así, el Pacto de Ajuria Enea se rompe, optando el PP por acuerdos con el PSOE y los nacionalistas vascos por el acercamiento a la izquierda abertzale (Pacto de Lizarra de 1998).

En las elecciones del 2000 el PP consigue vencer por mayoría absoluta gracias a la buena coyuntura económica y a la falta de un liderazgo claramente asentado en el PSOE, que sigue inmerso en problemas internos.

CONCLUSIONES

Pese a todas las dificultades (crisis económica internacional, terrorismo, conflictividad social, intentos de involucionismo), durante la Transición política se establece en España un régimen democrático que se fue consolidando gracias a la nueva estructura social del país (predominio de la clase media) y al consenso alcanzado por las principales fuerzas políticas, reflejado en la Constitución de 1978. Esto último explica que ésta continúe estando vigente en la actualidad sin apenas reformas de importancia y que, en general, siga siendo considerada como un punto de encuentro de la mayor parte de las opciones políticas. Se consolida así un periodo de normalización política, crecimiento económico y modernización social, aunque con los problemas actuales de la crisis económica y del proceso soberanista catalán.

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EL PROCESO DE TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1978

Resumen del Tema 15 de Historia de España para Selectividad (Andalucía) referente a la Transición y a la Constitución de 1978, por Carlos Javier Garrido García.

Los líderes de las principales formaciones políticas de la Transición en una muestra de una de las características principales del periodo: el consenso.

INTRODUCCIÓN

El mayor éxito del régimen franquista, el desarrollismo económico de la década de los 60, supuso también la principal causa de su caída, ya que perdió sus principales bases sociales. Así, optarán por la democracia las nuevas clases medias deseosas de libertad y las clases altas interesadas en el ingreso del país en la CEE. Aunque a la muerte de Franco en 1975 sube al trono el rey Juan Carlos I, que se suponía que debía garantizar la perpetuación del régimen, el camino hacia la democracia es asumido con un gran consenso por casi todos los partidos políticos, que deberán hacer frente en todo caso a la fuerte conflictividad social y al efecto distorsionador que desde el principio supone el terrorismo. Pese a las dificultades de la crisis económica y de las heridas no cerradas de la Guerra Civil, la democracia sienta sus bases con la Constitución de 1978 y se consolida definitivamente, tras el intento de golpe de Estado de 1981, cuando en 1982 alcanza el poder uno de los partidos perdedores de la Guerra Civil: el PSOE de Felipe González.

CARACTERÍSTICAS GENERALES

La Transición española forma parte del avance democrático en la Europa mediterránea, ya que entre 1974 y 1975 cayeron los regímenes dictatoriales de Portugal y Grecia.

Ausencia de conflictividad política por la larga extensión de la Dictadura, la decidida voluntad del rey Juan Carlos I y las ansias de libertad de la sociedad española, que había conocido desde 1960 de un desarrollo espectacular.

La Transición fue un programa de reformas desde arriba y desde la legalidad, por lo que no supuso una ruptura sino más bien una reforma basada en el consenso de la inmensa mayoría de las fuerzas políticas.

EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LA TRANSICIÓN

El gobierno de Carlos Arias Navarro (1975-1976)

Tras la muerte del general Franco el 20 de noviembre de 1975, dos días después las Cortes proclaman rey de España a Juan Carlos I.

Las diferentes opciones políticas acogieron el cambio presentando tres alternativas diferentes: continuismo-inmovilismo (mantener el régimen sin Franco), reformismo-aperturismo (reformar el régimen desde sus propias instituciones, liberalizándolo para responder a la nueva situación social y llegando, o no, al establecimiento de la democracia) y rupturismo (la oposición antifranquista se inclinaba por romper totalmente con el pasado dictatorial y construir un nuevo sistema democrático).

Debido a la fuerza de los sectores inmovilistas del régimen, el rey debe nombrar presidente del gobierno a Carlos Arias Navarro. Éste opta por una política reformista muy tibia, compensada por el reformismo más profundo defendido por Torcuato Fernández Miranda, que es nombrado presidente de las Cortes, convirtiéndose en la mano derecha del rey durante el proceso de Transición.

Carlos Arias Navarro forma un gobierno en el que se produce un equilibrio entre la ortodoxia franquista y los reformistas o aperturistas. Su programa (“Espíritu del 12 de Febrero”) se limita a otorgar algunas libertades pero sin permitir el pluralismo político, por lo que queda clara su voluntad continuista.

Ante la ausencia de reformas, la oposición se une en la llamada Platajunta, producto de la unificación de la Junta Democrática organizada por el PCE y de la Plataforma de Convergencia Democrática organizada por el PSOE.

Aumenta la conflictividad social y política con manifestaciones, huelgas y campañas a favor de las libertades democráticas y la amnistía para los presos políticos. A estos problemas se unen los sucesos de Montejurra (enfrentamientos internos entre los tradicionalistas inmovilistas y reformistas) y los atentados de ETA.

Falto de apoyos y forzado por el rey, el presidente Carlos Arias Navarro dimite el 1 de julio de 1976.

El primer gobierno de Adolfo Suárez (1976-1979)

El rey elige para suceder a Arias al joven político Adolfo Suárez, antiguo secretario general del Movimiento Nacional, que opta por las reformas de manera clara. Su objetivo, apoyado por el monarca, era conseguir una reforma progresiva del sistema político a partir de la evolución de las leyes y de las instituciones franquistas, para lo cual necesitaba anular la resistencia de los inmovilistas y atraerse a la oposición rupturista hacia posiciones reformistas.

Tras conceder una amplia amnistía y mantener contactos con la oposición democrática, en noviembre de 1976 consigue que las antiguas Cortes franquistas aprueben la Ley para la Reforma Política (Cortes bicamerales elegidas por sufragio universal, legalización de partidos políticos y sindicatos obreros), que es ratificada por referéndum.

En abril de 1977 es legalizado el PCE y el 15 de junio de 1977 se llevan a cabo las primeras elecciones generales democráticas, que se saldan con la victoria por mayoría simple de la centrista Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo Suárez, seguida de cerca por el PSOE, mientras que tanto la derecha (Alianza Popular, AP), como la extrema izquierda (PCE) quedan muy por detrás. El electorado había optado por la moderación.

El nuevo gobierno dirigido por Suárez se enfrentó a tres tareas principales mediante una política de consenso: la crisis económica de 1973 mediante los Pactos de la Moncloa de 25 de octubre de 1977 (reforma fiscal, moderación salarial y medidas contra el paro), la aprobación de la constitución del nuevo régimen político (Constitución aprobada por referéndum el 6 de diciembre de 1978) y la solución del problema regional a través de la progresiva construcción del Estado Autonómico (Estatutos de Autonomía de Cataluña y País Vasco de diciembre de 1979).

Aparte de la crisis económica de 1973, los principales problemas fueron las amenazas involucionistas de la extrema derecha (atentados terroristas e intento de golpe de Estado en 1978: “Operación Galaxia”) y el terrorismo de los grupos de extrema izquierda (GRAPO, FRAP y, sobre todo ETA, que perpetra casi 100 asesinatos en 1980).

La Constitución de 1978

La Constitución se basa en el consenso: fue elaborada por una Ponencia integrada por miembros de los principales partidos políticos, con la excepción del PNV: Manuel Fraga (AP), Miquel Roca (Minoría Catalana), Gregorio Peces-Barba (PSOE), Jordi Solé-Tura (PCE), Gabriel Cisneros, Pedro Pérez Llorca y Miguel Herrero de Miñón (UCD).

Características generales: tiene un carácter progresista en cuanto a sus principios y su imprecisión y ambigüedad será una de las causas de su éxito, al poder ser asumida por la mayor parte de los ciudadanos y opciones políticas.

Derechos constitucionales: España se define como un Estado Social y Democrático de Derecho en el que se respetarían y ampararían desde el Estado los siguientes derechos: al reconocimiento de una amplia declaración de derechos fundamentales y libertades civiles y políticas, a una justa distribución de la riqueza, a participar libremente en la vida política, al pluralismo político, a la libertad de mercado y a la libertad religiosa (estado aconfesional).

Sistema político: monarquía parlamentaria en la que la Corona tiene funciones representativas, las Cortes actúan como representante de la soberanía nacional por lo que ostenta el poder legislativo, y nombra al presidente de gobierno (poder ejecutivo) y a las máximas instancias judiciales (poder judicial). Las Cortes serían bicamerales (Congreso de los Diputados como cámara de representación popular y Senado como cámara de representación territorial), se establece la independencia del poder judicial, cuya máxima instancia sería el Tribunal Constitucional, y una organización descentralizada del Estado (municipios, provincias y derecho a la autonomía de las regiones que así lo deseen).

CONCLUSIONES

Pese a todas las dificultades (crisis económica internacional, terrorismo, conflictividad social, intentos de involucionismo), durante la Transición política se establece en España un régimen democrático que se fue consolidando gracias a la nueva estructura social del país (predominio de la clase media) y al consenso alcanzado por las principales fuerzas políticas, reflejado en la Constitución de 1978. Esto último explica que ésta continúe estando vigente en la actualidad sin apenas reformas de importancia y que, en general, siga siendo considerada como un punto de encuentro de la mayor parte de las opciones políticas. Se consolida así un periodo de normalización política, crecimiento económico y modernización social, aunque con el problema actual de la crisis económica.

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SUBLEVACIÓN MILITAR Y GUERRA CIVIL (1936-1939). DIMENSIÓN POLÍTICA E INTERNACIONAL DEL CONFLICTO. EVOLUCIÓN DE LAS DOS ZONAS. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA.

Resumen del Tema 13 de Historia de España para Selectividad (Andalucía) referente a la Guerra Civil, por Carlos Javier Garrido García.

Milicianos anarquistas al principio de la Guerra Civil.

INTRODUCCIÓN

El intento de establecer un régimen democrático en España, la II República (1931-1936), que realizara las reformas políticas, sociales y culturales que necesitaba el país fracasó debido a la oposición de las clases dominantes, que pretendían mantener sus privilegios, y a un contexto internacional desfavorable (crisis de 1929, auge del fascismo y del comunismo frente a la democracia), problemas que explican una degradación de la convivencia política y social cuya consecuencia será el estallido de la Guerra Civil en 1936. Ésta ha sido objeto de muy variadas interpretaciones por la visión maniquea del conflicto, destacando las que la consideran como un producto de la lucha de clases y las que lo hacen en el marco del enfrentamiento entre democracia y fascismo, es decir, como un prólogo de la II Guerra Mundial.

LA SUBLEVACIÓN MILITAR Y LA DIMENSIÓN INTERNACIONAL DE LA GUERRA

Del Golpe Militar a la Guerra Civil

Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, el Ejército y las fuerzas políticas de derecha se deciden por un golpe de Estado que acabara con las reformas republicanas de manera definitiva.

El general Mola, director del golpe desde Navarra, desechó cualquier acción inmediata sobre Madrid y preparó una sublevación militar simultánea en diferentes guarniciones adictas (Mola en Navarra, Franco en Canarias-Marruecos, Goded en Baleares y Queipo de Llano en Sevilla), pretendiendo un golpe rápido.

La sublevación se inicia en Marruecos el 17 de julio de 1936, extendiéndose a la Península el día siguiente. Es apoyada en las regiones de ideología predominantemente conservadora (Navarra, Castilla-León y Galicia) y también domina las principales ciudades de Andalucía occidental y Zaragoza, ya que las autoridades republicanas se negaron en ellas a armar a las milicias obreras. Por el contrario, fracasa en la Cornisa Cantábrica, Levante y Madrid por la acción de las masas obreras, en estos casos armadas por las autoridades republicanas, y la lealtad de las fuerzas de orden público.

Lo que se inicia como un golpe de Estado se convierte en una Guerra Civil.

Dimensión Internacional de la Guerra

Desde los primeros momentos la guerra tomó un carácter internacional: el gobierno republicano solicitó la ayuda de las potencias democráticas, Francia y Gran Bretaña; y los sublevados la de las fascistas, Alemania, Italia y Portugal.

Ni Francia ni Gran Bretaña apoyaron a la República ante el temor al desencadenamiento de un conflicto mundial (política de apaciguamiento con respecto a la Alemania nazi) y por el matiz revolucionario del Frente Popular. Ante ello, optaron por una política de neutralidad, firmando en agosto de 1936 con Alemania, Italia y la URSS el Comité de No Intervención. Desde el primer momento, las potencias fascistas hicieron caso omiso del acuerdo, como haría luego la URSS, lo que dejó en desventaja al bando republicano.

La ayuda recibida por la República se limitó a la del México presidido por Lázaro Cárdenas, poco efectiva por su lejanía, y la de la URSS, que envió gran cantidad de armamento y una valiosa asistencia técnica y logística a cambio de las reservas de oro del Banco de España y de un aumento de su influencia política y del PCE. Además, se formaron las Brigadas Internacionales, nutridas de voluntarios europeos y norteamericanos, sobre todo comunistas. Contaron con unos 60.000 miembros que influyeron positivamente en la moral republicana pero fueron muy diezmadas, disolviéndose a finales de 1938.

La ayuda recibida por los sublevados fue bastante mayor, contando con la ayuda económica y militar (soldados y armamento) de la Italia de Mussolini, la Alemania de Hitler y el Portugal de Oliveira Salazar. Esta ventaja internacional es una de las claves para entender el triunfo franquista en la guerra civil.

DESARROLLO MILITAR DE LA GUERRA CIVIL 

La Guerra de Columnas (julio-noviembre de 1936)

El objetivo de los sublevados fue la ocupación de Madrid a través del traspaso del ejército de Marruecos, dirigido por Franco, a la Península. La operación, llevada a cabo por la aviación alemana, fue facilitada por el desorden en el bando republicano, que carece de un verdadero ejército regular: milicias populares formadas por militantes de partidos y sindicatos de izquierda, indisciplinadas e ineficaces ante un enemigo organizado.

La victoria se escapa a los rebeldes por la falta de apoyo de Mola desde Navarra, por el paso lento por el estrecho y por la táctica de Franco de realizar un avance lento que fuera asegurando la retaguardia con una feroz represión.

Franco ocupa Andalucía occidental, Extremadura y libera el alcázar de Toledo, mientras que los generales republicanos Miaja y Rojo organizan la defensa de la capital.

Guerra Total (noviembre 1936-enero 1939)

Esta etapa se caracteriza por la ayuda exterior a ambos bandos y el paso a las grandes ofensivas y contraofensivas. La guerra adquiere un carácter moderno (aviación, carros de combate, guerra total, guerra psicológica) como precedente de la II Guerra Mundial. Grandes operaciones militares:

Ofensiva de Franco sobre Madrid (noviembre de 1936-marzo de 1937): fracasa en las batallas del Jarama y Guadalajara. Ocupación franquista de Málaga

Ofensiva del Norte (mayo-octubre de 1937): ocupación de la Cornisa Cantábrica, frente a la que fracasa la contraofensiva republicana en Brunete.

Ofensiva del Mediterráneo (octubre de 1937-enero de 1939): tras la ocupación republicana de Teruel, Franco realiza una contraofensiva que llega a Castellón, dividiendo así la zona republicana en dos. La contraofensiva republicana de verano de 1938 en la batalla del Ebro fracasa, lo que provoca la caída de Cataluña en enero de 1939.

El final de la Guerra (enero-abril 1939)

Tras la pérdida de Cataluña, el bando republicano pierde toda esperanza de continuar la guerra. En Madrid se forma una Junta de Defensa presidida por el coronel Casado cuya misión sería negociar una rendición honrosa, pero Franco impone la rendición incondicional. Los frentes se desmoronan y el 1 de abril de 1939 Franco emite su último parte de guerra.

EVOLUCIÓN INTERNA DE CADA BANDO

La evolución de la zona republicana

Se pueden distinguir cuatro grandes etapas:

Caos inicial y gobierno de Giral (julio-septiembre de 1936): dimisión de Santiago Casares Quiroga por negarse a entregar armas a los militantes de izquierdas para hacer frente al golpe, a lo que sí accede el nuevo gobierno de Giral; se derrumban las instituciones y el Estado desaparece a favor de comités sindicales que toman medidas revolucionarias (represión contra los militares sublevados y los que se consideraban sus apoyos sociales -Iglesia, clases altas, políticos de derechas-, colectivización de tierra, comercios e industrias, control del mercado), sobre todo en las zonas de dominio anarquista (Cataluña, Levante y Aragón).

Gobierno de Francisco Largo Caballero (septiembre de 1936-mayo de 1937): recuperación de la autoridad estatal a través de la formación de un nuevo gobierno, que incluía a todos los partidos y sindicatos de izquierda (incluida la CNT) y se traslada a Valencia, al restablecimiento de la administración estatal (desaparición de los comités y recuperación de gobiernos civiles, municipios, gobiernos regionales) y de la conversión de las milicias populares en un ejército regular (Ejército Popular). Enfrentamientos entre los grupos que defendían la revolución (CNT-FAI, POUM) y los que defendían que primero había que ganar la guerra, lo que dependía de un mantenimiento del régimen republicano para conseguir ayuda de las democracias europeas (PCE y republicanos). Ambas corrientes se enfrentan militarmente en los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona, lo que provoca la caída del gobierno.

Gobierno de Juan Negrín (mayo de 1937-marzo de 1939): se refuerza aún más la autoridad gubernamental con el apoyo de los comunistas, cuya influencia crece de manera destacada (desarticulación del Consejo de Aragón, eliminación de colectividades, represión contra el POUM, salida de los anarquistas del gobierno). Defensa de la resistencia a ultranza esperando que se desencadenara un conflicto internacional entre las potencias democráticas y fascistas como única salvación para la República (programa de los “Trece puntos de Negrín”).

Junta de Defensa (marzo de 1939): ante la creciente influencia comunista y la consideración de que cualquier resistencia era inútil, el coronel Casado da un golpe de estado contra el gobierno de Negrín con apoyo de parte de los socialistas, los anarquistas y los republicanos e inicia las conversaciones de paz con Franco, que exige la rendición incondicional, como hemos visto.

La evolución de la España franquista

Aunque Mola era el director del golpe militar y éste debía ser luego comandado por Sanjurjo, ambos mueren en sendos accidentes de aviación, lo que deja a Franco como líder indiscutido del golpe.

Régimen militar férreo: represión brutal, indiscriminada y dirigida por el Estado. Todos los poderes recaen en la Junta de Defensa Nacional, que nombra a Franco jefe del Estado y generalísimo de los ejércitos en septiembre de 1936.

Frente a los problemas internos de los republicanos, en el bando franquista predominó la unidad: Franco acaba con la rivalidad entre tradicionalistas y falangistas mediante el Decreto de Unificación de abril de 1937 que crea un partido único (FET de las JONS). Ese mismo año consigue el apoyo oficial de la Iglesia católica mediante una carta pastoral colectiva del episcopado español que da a la guerra el carácter de Cruzada. En enero de 1938 Franco forma su primer gobierno y adopta el título de Caudillo.

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

Demográficas: elevado número de muertos: 160.000 en operaciones militares, 129.000 por la represión de ambos bandos y 169.000 por diversas penalidades (bombardeos, enfermedades, hambre). A ello hemos de unir el exilio de casi medio millón de republicanos, la fuerte represión que sigue aplicando el régimen y el descenso de la natalidad durante el conflicto.

Económicas: fuerte crisis económica por el descenso demográfico ya visto y la destrucción de infraestructuras durante el conflicto.

Políticas: la victoria de Franco supuso el establecimiento de una dictadura militar próxima al fascismo.

CONCLUSIONES

El bando franquista vence en la Guerra Civil gracias al apoyo de las potencias fascistas (Alemania, Italia y Portugal) frente a la no intervención de las democracias occidentales y la condicionada ayuda soviética y gracias también a su unidad frente a la conflictividad interna que sufre el bando republicano durante todo el conflicto. La victoria de Franco no supuso la paz entre los dos bandos, estableciéndose un régimen dictatorial que gobernará el país durante casi 40 años, durante los cuales los vencidos sufren la represión, la marginación y el exilio.

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LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA: FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES (1939-1975)

Resumen del Tema 14 de Historia de España para Selectividad (Andalucía) referente a la Dictadura Franquista, por Carlos Javier Garrido García.

Desfile celebrando la victoria en la Guerra Civil. Madrid, mayo de 1939.

INTRODUCCIÓN

El general Francisco Franco Bahamonde durante la Guerra Civil (1936-1939) había consolidado un régimen dictatorial gracias a su nombramiento como jefe del Estado y generalísimo de los Ejércitos en 1936 y como jefe del partido único del régimen, la FET-JONS en 1937, adoptando el título de Caudillo en 1938. Tras su triunfo en la Guerra, la dictadura va a conocer una evolución muy importante en sus bases políticas, ideológicas y sociales, evolución que podemos relacionar con la de sus relaciones internacionales y de su política económica.

LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA: FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES

Bases de partida y fundamentos del nuevo Estado franquista

Las consecuencias de la Guerra Civil

Pérdidas humanas y materiales muy importantes (destrucción de infraestructuras y pérdida de divisas).

Consecuencias morales: heridas por la represión ejercida por ambos bandos durante la Guerra Civil y la que llevó a cabo el régimen tras ella. El final de la guerra no supuso la paz al mantenerse viva la división entre las “Dos Españas”.

Características DE LA DICTADURA fraquista

Régimen dictatorial caracterizado por: autoritarismo, caudillismo, concepción unitaria y centralista del Estado, represión de la oposición y control de los medios de comunicación.

Fundamentos ideológicos y sociales

Fundamentos ideológicos: desde el principio se proclamó esencialmente antimarxista y antiliberal, presentando afinidades con el fascismo en aspectos externos (saludo, emblemas, canciones, culto al líder) y de fondo. Entre estos últimos destaca la existencia de un partido único, Falange Española Tradicionalista de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (FET-JONS), que contaba con organizaciones específicas para las mujeres (Sección Femenina) y la juventud (Organización Juvenil Española, OJE). Además existía un sindicato único y vertical, la Central Nacional Sindicalista (CNS), que encuadraba a todos los obreros y empresarios de manera obligatoria y se basaba en el principio fascista de colaboración de clases. En el ámbito universitario existía el Sindicato Español Universitario (SEU). La esencia antiliberal procede del tradicionalismo (España imperial) y del catolicismo (Nacional-Catolicismo).

Fundamentos sociales: apoyo de la Iglesia Católica, el Ejército y de las clases altas (oligarquía financiera y terrateniente), a los que se unieron también las clases medias, en buena parte pasivas y apolíticas.

Las “familias” del régimen: los grupos políticos que habían apoyado a Franco durante la guerra se siguen manteniendo fieles al dictador y no actúan como partidos políticos, sino como grupos de influencia: tradicionalistas, falangistas, católicos (Opus Dei, Asociación Católica Nacional de Propagandistas) y antiguos miembros de los partidos de derechas (CEDA, Partido Radical, Lliga Regionalista). Para mantener la unidad, el régimen recurre a un recuerdo constante de la Guerra Civil como fuente de legitimación política.

Evolución política de la dictadura franquista

Etapa “Azul” (1939-1945): fuerte represión (Ley de Responsabilidades políticas de 1939 y Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo de 1940) que elimina la oposición interna al régimen (maquis, partidos y sindicatos clandestinos). Se institucionaliza la “democracia orgánica” por el predominio de los falangistas a través de las llamadas Leyes Fundamentales: Fuero del Trabajo de 1938 (nacionalsindicalismo: derechos laborales y sindicatos verticales) y Ley Constitutiva de las Cortes de 1942 (Cortes conformadas por procuradores de los grupos naturales de la sociedad: familia, municipio y sindicato, poder legislativo supeditado a la sanción del Caudillo).

Reacción Nacionalista (1945-1959): ante el aislamiento internacional se produce una reacción nacionalista (concentraciones en la Plaza de Oriente) y el régimen se va despojando de sus características fascistas. Se establece un equilibrio entre falangistas y los católicos, que se rompe a partir de 1957 con el acceso al poder de los tecnócratas (vinculados al Opus Dei). Se elaboran nuevas leyes fundamentales que atenúan la imagen fascista del régimen: Fuero de los Españoles de 1945 (especie de Constitución con libertades limitadas y condicionadas ya que podían ser suspendidas por el gobierno, el Estado es definido como “católico, social y de derecho”), Ley de Referéndum Nacional de 1945 (el caudillo podía someter a referéndum las cuestiones que considerara oportunas), Ley de Sucesión de 1947 (aprobada en referéndum: jefatura vitalicia de Franco y capacidad de elegir sucesor a título de rey) y Ley de Principios del Movimiento Nacional de 1958 (actualización de los principios ideológicos del Estado, partido único: Movimiento Nacional).

La política exterior del régimen franquista

Neutralidad en la II Guerra Mundial (1939-1945): ante las victorias alemanas, en 1940 el ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer, impone una política de acercamiento (Entrevista de Hendaya con Hitler y de Bordighera con Mussolini) que choca con las reticencias de Franco, que sólo accede a mandar un cuerpo de voluntarios falangistas a luchar contra la URSS (División Azul). El cambio de signo de la guerra a partir de 1942 hace que Franco cambie su política hacia una total neutralidad (retirada de la División Azul en 1943 y ruptura de las relaciones con Japón en 1945).

Aislamiento internacional del régimen (1946-1953): a partir de 1946 España es expulsada de todos los organismos internacionales al considerársela un régimen similar a los del Eje. A partir de entonces sólo cuenta con el apoyo del Vaticano, Portugal (Oliveira Salazar) y Argentina (Perón).

Salida del aislamiento (1953-1955): el inicio de la Guerra Fría y la política de bloques van a permitir a España salir de su aislamiento, al ser considerada por EEUU como un aliado contra el expansionismo soviético. En 1953 se firman los acuerdos bilaterales con EEUU (ayuda económica a cambio de bases militares) y el Concordato con el Vaticano, ingresando en 1955 en la ONU. La salida del aislamiento internacional supone un fuerte golpe a la oposición establecida en el exilio, minada desde el principio por la falta de unidad, y una desmoralización definitiva de la oposición interior.

Autarquía y estancamiento económico

Causas del estancamiento económico: aislamiento internacional, destrucciones de la Guerra Civil y desacertada política intervencionista y autárquica adoptada por el régimen.

Intervencionismo: en 1938 se crea el Servicio Nacional de Abastecimiento y Trasportes, que interviene a través de organismos subordinados en la agricultura (Servicio Nacional del Trigo), la industria (Instituto Nacional de Industria) y las comunicaciones (RENFE). Problemas: elevado déficit público, poca competitividad. Los problemas de abastecimiento se intentan solucionar a través del Auxilio Social y las cartillas de racionamiento, que no logran acabar con el mercado negro (estraperlo).

La autarquía y el intervencionismo empiezan a eliminarse a partir de 1950 gracias a la salida del aislamiento internacional, poniéndose en marcha medidas liberalizadoras. Se empieza a registrar un crecimiento, pero muy desequilibrado y con una fuerte inflación.

LA ÉPOCA DEL DESARROLLISMO Y EL OCASO DE LA DICTADURA FRANQUISTA (1959-1975)

Apertura económica y cambio social

Contexto internacional: en la década de 1960 Europa, EEUU y Japón viven una etapa de prosperidad económica al superarse los desequilibrios y deficiencias de la posguerra. Esta fase de crecimiento acaba con la Crisis del Petróleo de 1973.

Crecimiento económico: los tecnócratas ponen en marcha en 1959 el Plan de Estabilización (liberalización económica y apertura a las inversiones y el comercio exterior, objetivos: frenar la inflación, reducir el déficit público y conseguir unas altas tasas de crecimiento económico) y en 1962 los Polos de Desarrollo (planes de desarrollo regional). Además, se consigue un Acuerdo Preferencial con la CEE en 1970 y se produce el boom turístico, las remesas de los emigrantes a Europa occidental y unas fuertes inversiones de capital extranjero. Todo ello permite un fuerte desarrollo económico, con los problemas de los fuertes desequilibrios regionales y los elevados costes sociales.

Implicaciones sociales del crecimiento: aumento demográfico por el descenso de la mortalidad (mayor nivel de vida, Seguridad Social) y el mantenimiento de una alta natalidad (optimismo), y nueva estructura social con un ascenso de la población empleada en la industria y servicios en detrimento de la agricultura y, sobre todo, con el surgimiento de una amplia clase media gracias al aumento de la renta per-cápita. Todo ello comporta una modernización social: mayor permeabilidad y receptividad ante los cambios, mejoras en la educación y tímida liberalización de la mujer (incorporación al trabajo, equiparación al varón en el matrimonio).

Los inicios de la crisis política

Aumento de la conflictividad social y política: agitación estudiantil en las universidades, surgimiento de un sindicalismo ajeno al oficial y vinculado a los comunistas (CCOO), renacimiento de los nacionalismos (ETA) y distanciamiento de parte de la Iglesia Católica con respecto al régimen. En el “Contubernio de Munich” (1962) se reúnen miembros de la oposición del exilio con políticos de la derecha moderada pidiendo medidas democratizadoras que permitieran el ingreso de España en la CEE. Frente a todo ello, el régimen responde con una fuerte represión (Tribunal de Orden Público, TOP, 1963).

Para atenuar la imagen autoritaria del régimen franquista para perpetuarlo se llevan a cabo tímidas medidas aperturistas en 1967: Ley Orgánica del Estado (LOE, aprobada por referéndum, especie de constitución en la que se establece la figura del presidente de gobierno, las Cortes como órgano legislativo) y Ley de Prensa (se atenúa la censura, elaborada por Manuel Fraga Iribarne). Además, en 1969 Franco designa como sucesor a Juan Carlos de Borbón con el título de rey.

Las medidas anteriores fracasan al no contentar a la oposición que pide democracia ni a los sectores más intransigentes del régimen por su excesivo liberalismo (el llamado “búnker”). Precisamente, este grupo accede al poder en 1969 en sustitución de los tecnócratas por el llamado “Asunto Matesa” (fraude financiero especulando con créditos a la exportación), siendo nombrado presidente de gobierno el almirante Carrero Blanco, que elimina cualquier esperanza de liberalización política.

Descolonización: en un contexto internacional favorable, España va perdiendo sus territorios coloniales de manera progresiva: Marruecos (1956), Guinea Ecuatorial (1968) y entrega de Sidi-Ifni (1969) y del Sáhara Occidental (1975) a Marruecos.

El ocaso del Franquismo

El almirante Carrero Blanco es de nuevo nombrado presidente del gobierno en 1973, con la intención de que actuara como garante de la pervivencia del régimen tras la muerte de Franco. Su asesinato a finales de año por ETA supuso un duro golpe al régimen. Su sustituto, Carlos Arias Navarro, intentó una apertura, tan tímida que no contentaba a la oposición pero sí alarmaba al “búnker”.

La oposición política se refuerza cada vez más, coordinándose en 1974-1975 en torno a la Junta Democrática (organizada por el PCE) y a la Plataforma de Convergencia Democrática (organizada por el nuevo PSOE de Felipe González). Además, los sectores católicos se van apartando del régimen (democristianos de Joaquín Ruiz Giménez, Iglesia Católica renovada por el cardenal Tarancón), se produce un crecimiento de las actividades terroristas de grupos de extrema izquierda (ETA, GRAPO, FRAP) y aumenta la conflictividad social (protestas universitarias y oleada de huelgas dirigidas por CCOO, que suplanta de hecho al sindicato vertical).

Frente a todo ello, el régimen franquista opta por recrudecer la represión (Ley Antiterrorista, estado de excepción casi permanente).

El 20 de noviembre de 1975 fallece Francisco Franco, siendo coronado dos días más tarde Juan Carlos I.

CONCLUSIONES

Tras el triunfo en la Guerra Civil (1936-1939), el general Francisco Franco Bahamonde consolida su dictadura militar. Aunque en un principio el régimen franquuista asimiló muchas características fascistas debido al predominio político de Falange, la derrota de Alemania e Italia en la II Guerra Mundial obligó al régimen a priorizar su sentido anticomunista y católico, lo que le permitió sobrevivir al aislamiento internacional. Gracias a este cambio ideológico y al inicio de la Guerra Fría entre EEUU y la URSS, el régimen franquista aparece como un aliado de la primera. El apoyo económico norteamericano, unido al desarrollo del turismo, a las remesas de los numerosos emigrantes que marchan a Europa y al abandono de la política económica autárquica, posibilitó un fuerte desarrollo económico en la década de 1960. Este, que es sin duda el mayor logro del Franquismo, será paradójicamente la causa de su desaparición tras la muerte del dictador en 1975, ya que las nuevas clases medias ansiaban gozar de libertad y las clases altas entendían que la dictadura era un impedimento para el ingreso en la CEE. Todo ello explica que el franquismo pierda su base social, iniciándose así el proceso de Transición a un régimen democrático.

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LA SEGUNDA REPÚBLICA. LA CONSTITUCIÓN DE 1931. POLÍTICA DE REFORMAS Y REALIZACIONES CULTURALES. REACCIONES ANTIDEMOCRÁTICAS.

Resumen del Tema 12 de Historia de España para Selectividad (Andalucía) referente a la II República, por Carlos Javier Garrido García.

Proclamación de la II República. Fotografía de Alfonso Sánchez Portela. Museo Reina Sofía.

INTRODUCCIÓN

El fracaso de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), que contó con el apoyo de Alfonso XIII, supuso a corto plazo también el hundimiento de la monarquía. Tras la victoria de los candidatos republicanos y de izquierdas en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, el rey marcha al exilio el día 14 del mismo mes, proclamándose de inmediato la II República entre el entusiasmo popular. El nuevo régimen intentó cambiar las bases políticas, sociales y económicas del país con una amplia labor reformista. Su fracaso, debido a la oposición de las clases dominantes, que pretendían mantener sus privilegios, y a un contexto internacional desfavorable (crisis de 1929, auge del fascismo y del comunismo frente a la democracia), explican una degradación de la convivencia política y social cuya consecuencia será el estallido de la Guerra Civil en 1936.

EL HUNDIMIENTO DE LA MONARQUÍA DE ALFONSO XIII (1930-1931)

Tras la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), la monarquía había quedado muy debilitada: respaldo a la dictadura, desprestigio de los viejos partidos dinásticos, hostilidad de republicanos, socialistas e intelectuales, y agudización de los problemas catalán y obrero. Todo ello explica que en poco más de un año la monarquía caiga, implantándose la II República.

El Gobierno Berenguer

Establecimiento de una “dictablanda” que prepararía el restablecimiento de la normalidad constitucional sin hacer peligrar al rey. Sin embargo, va dilatando la convocatoria de elecciones, por lo que crece la oposición, que opta ya claramente por la república.

Pacto de San Sebastián (agosto de 1930): republicanos, catalanistas y socialistas acuerdan acabar con la monarquía. Creación de la Asociación Republicana Militar y “Al servicio de la República” (intelectuales). Fracaso de un pronunciamiento republicano en Jaca en diciembre de 1930, que se salda con la ejecución de los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández.

Ante todo ello, Berenguer se ve obligado a dimitir en febrero de 1931.

El Gobierno Aznar

Gobierno de concentración con personalidades de los viejos partidos dinásticos, presidido por el almirante Aznar.

Con la intención de dar sensación de normalidad convoca elecciones municipales para abril de 1931. El triunfo republicano en la mayoría de las ciudades (donde el voto era más libre, al escapar en mayor medida del control de los caciques) hace comprender al rey el predominio de los republicanos, por lo que, aconsejado por Romanones, abandona el país camino del exilio. De inmediato, el 14 de abril de 1931, es proclamada la II República.

 INSTAURACIÓN Y BASES DEL NUEVO RÉGIMEN

El Gobierno Provisional

Tras la proclamación de la II República se forma un Gobierno Provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora, un republicano de derechas que debía actuar como garantía en el poder de la burguesía. En cuanto a los ministros, tuvieron entrada la mayoría de las opciones políticas: centro (radicales de Alejandro Lerroux, radicales-socialistas de Marcelino Domingo), izquierda (socialistas -Prieto, Largo Caballero y Fernando de los Ríos-, republicanos -Azaña-, catalanistas -d’Olwer- y galleguistas -Casares Quiroga-). Fuera del gobierno quedan la extrema izquierda (comunistas, anarquistas) y la derecha (monárquicos, tradicionalistas) y los partidos regionalistas conservadores (PNV y Lliga).

Base social

Entusiástica recepción popular ya que se tenía la esperanza de que la República supusiera la regeneración y modernización de España.

El cambio de régimen vino a significar el paso del poder de las clases dominantes a las clases medias, los intelectuales pequeño-burgueses y la clase obrera. Sin embargo, este cambio político no vino acompañado de un cambio profundo de las estructuras socioeconómicas.

La Constitución de 1931

Elecciones de junio de 1931 para elegir Cortes Constituyentes: mayoría republicana y socialista, fracaso de Alcalá Zamora y Miguel Maura de crear una derecha republicana importante.

El texto fue elaborado por una comisión presidida por el socialista y catedrático de Derecho Penal Jiménez de Asúa, generando su elaboración fuertes tensiones, tanto en la Cámara como en la calle.

Aprobación del texto definitivo en diciembre de 1931 sin ningún voto en contra, aunque cerca de un centenar de diputados se ausentó de la votación.

Características: gran extensión y detallismo (125 artículos agrupados en IX títulos), carácter plenamente democrático y progresista, así como un fuerte contenido social: subordinación de la propiedad al interés general, definición del régimen como República de Trabajadores, laicismo, cámara única, responsabilidad del gobierno, sufragio universal masculino y femenino, amplias libertades individuales, abolición de la pena de muerte, derecho a la autonomía en el marco de un “estado integral” (soberanía y estado central), Tribunal de Garantías Constitucionales, Diputación Permanente de las Cortes, y nombramiento mixto del presidente.

 POLÍTICA DE REFORMAS Y REALIZACIONES CULTURALES. REACCIONES ANTIDEMOCRÁTICAS

El Bienio Reformista (1931-1933)

Elecciones generales de junio de 1931: triunfo de las candidaturas de izquierda. Se forma un gobierno de coalición entre republicanos y socialistas presidido por Manuel Azaña.

Política reformista para eliminar los que se consideraban los obstáculos tradicionales que impedían la modernización de España: reforma agraria (acabar con los desequilibrios de la propiedad de la tierra a través de la expropiación de tierras y entrega a jornaleros), reforma educativa (fomento de la enseñanza pública con la construcción de unas 10.000 escuelas de enseñanza primaria y la convocatoria de 7.000 plazas de maestros, y acercamiento de la cultura a las zonas rurales con las llamadas Misiones Pedagógicas, en las que destacaron destacadas personalidades de la cultura como Federico García Lorca y Alejandro Casona ), reformas sociales (Ley de Términos Municipales y establecimiento de Jurados Mixtos), reforma territorial (aprobación del estatuto de autonomía de Cataluña en 1932), reforma religiosa (establecimiento de un Estado Laico, expulsión de los jesuitas y prohibición a las órdenes religiosas de dedicarse a la enseñanza) y reforma del ejército (reducción del número de mandos y unidades operativas, sometimiento al poder civil). Esta política reformista concita la oposición de los grupos privilegiados, que ven peligrar su predominio político, económico y social.

Las reformas fracasaron por su lentitud, por la influencia de la crisis económica de 1929, por la oposición de los terratenientes y de la Iglesia, la conflictividad social (sobre todo de anarquistas y jornaleros socialistas -FTT-), y la oposición de los militares africanistas (fallido golpe de estado del general Sanjurjo en Sevilla, 1932).

A partir de 1932 las derechas se reagrupan en la Confederación española de Derechas Autónomas (CEDA), dirigida por Gil Robles y que defendía una vía posibilista de acceso al poder para frenar las reformas.

El gobierno cae en 1933 como consecuencia de los sucesos de Casas Viejas (asesinato por las fuerzas de orden público de unos anarquistas sublevados en esa localidad gaditana) y de la división entre republicanos y socialistas, convocándose elecciones para el 1 de noviembre de 1933.

El Bienio Conservador (1933-1936)

Elecciones de noviembre de 1933: triunfo por mayoría simple de la CEDA, seguida del PRR de Alejandro Lerroux, favorecido por la desilusión de las bases izquierdistas, la abstención anarquista, el voto femenino y la reorganización de la derecha.

Gobierno presidido por Lerroux y apoyado por la CEDA, aunque sin contar con ministros. Se suspenden las medidas reformistas del bienio anterior y se van polarizando las posturas políticas.

La izquierda considera a la CEDA como un instrumento del fascismo, por lo que ante la posibilidad de su entrada en el gobierno se produce una revolución que estalla en octubre de 1934 en Asturias (socialistas y anarquistas, sofocada por el ejército de Marruecos dirigido por el general Francisco Franco) y Cataluña (Companys proclama el estado catalán, pero es fácilmente derrotado por la falta de apoyo de la CNT). En el resto de España los socialistas declaran una huelga general, pero fracasan por su mala preparación y la falta de apoyo anarquista.

Tras la revolución de octubre de 1934 entran en el gobierno varios ministros de la CEDA, entre ellos el mismo Gil Robles como ministro de guerra.

Radicalización de la derecha en torno a Falange Española (fundada por José Antonio Primo de Rivera en 1933) y Renovación Española (partido monárquico totalitario en el que destaca José Calvo Sotelo).

El gobierno cae por la descomposición del PRR de Lerroux debido al escándalo del estraperlo (ruletas amañadas). Se nombra presidente del gobierno a Manuel Portela Valladares, que convoca elecciones para febrero de 1936.

El Frente Popular (1936)

Elecciones de febrero de 1936: la desunión y desgaste de la derecha coinciden con la unión de la izquierda en la coalición electoral denominada “Frente Popular” (republicanos, comunistas, socialistas), ganando esta última las elecciones. Ante el fracaso electoral, los grupos conservadores empiezan a considerar que la única manera de frenar las reformas y mantener sus privilegios es llevar a cabo un golpe de Estado que establezca un régimen dictatorial.

Alcalá Zamora es destituido como presidente de la República, siendo sustituido por Manuel Azaña. Se forma un gobierno presidido por Santiago Casares Quiroga. Los ministros son todos republicanos, ya que el PSOE se niega a entrar y va optando cada vez más claramente por la vía revolucionaria de la mano de Francisco Largo Caballero, “el Lenin español”.

Creciente conflictividad social, polarización de las posturas políticas en torno a las extremas derecha e izquierda (Primavera Trágica).

Ante el peligro de un golpe militar, el gobierno dispersa a los militares sospechosos: Mola a Navarra, Franco a Canarias y Goded a Baleares. Los asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo en julio de 1936 provocan el estallido de la Guerra Civil con la sublevación del general Franco en Marruecos el día 17 de ese mes.

CONCLUSIONES

El intento de establecer un régimen democrático en España que realizara las reformas políticas, sociales y culturales del país fracasó por las tensiones propias de la Europa de los años 30, con una democracia atacada por el comunismo y el fascismo.

En el caso de España, el enfrentamiento entre los grupos tradicionalmente dominantes (aristocracia, latifundistas, alta burguesía, Iglesia y Ejército) y las clases populares (campesinado, obreros y pequeña burguesía) se fue radicalizando durante el régimen republicano hasta culminar en la Guerra Civil.

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LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930)

Resumen del Tema 11 de Historia de España para Selectividad (Andalucía) referente a la dictadura de Miguel Primo de Rivera, por Carlos Javier Garrido García.

Alfonso XIII y el general Miguel Primo de Rivera al frente del Directorio Militar (1923).

INTRODUCCIÓN

Cuando Alfonso XIII accede a la mayoría de edad en 1902, la situación política española estaba marcada por las consecuencias de la crisis de 1898 y el fracaso de los intentos de reforma y regeneración. Este problema, junto a la guerra de Marruecos, la expansión del movimiento obrero y del nacionalismo y las consecuencias derivadas de la I Guerra Mundial (1914-1918) y de la Revolución Rusa (1917), explican la quiebra total del sistema de la Restauración. Siguiendo el ejemplo italiano, se intenta solucionar el problema optando por el establecimiento de una dictadura militar, la del general Miguel Primo de Rivera, que, apoyada por el monarca, deberá hacer frente a las consecuencias de la crisis económica internacional de 1929. El fracaso de la dictadura y la imposibilidad de restablecer el sistema político de la Restauración provocarán el fin de la monarquía y la proclamación de la II República en 1931.

 CAUSAS DE LA IMPLANTACIÓN DE LA DICTADURA

Crisis del sistema político de la Restauración por la crisis de 1898 (humillante derrota frente a EEUU y fracaso de los intentos de regeneración), los problemas internos de los partidos dinásticos desde las muertes de Antonio Cánovas del Castillo en 1897 y de Práxedes Mateo Sagasta en 1903, y el auge de las fuerzas extrañas al sistema (republicanos, nacionalistas, socialistas y anarquistas). Esto último se puso de manifiesto en la crisis de 1917: Asamblea de Parlamentarios de Barcelona y Huelga General.

Deterioro de la figura del Rey: gusto por la política activa hasta los límites constitucionales y tendencia a afirmarse como jefe supremo del ejército. Al participar en los problemas políticos de manera directa, la monarquía se fue erosionando al considerársela culpable de los mismos.

Descontento militar por las duras críticas recibidas como consecuencia del desastre de 1898 y el excesivo número de mandos, por lo que decide intervenir de nuevo en la vida política y se va deslizando hacia posiciones conservadoras.

Temor de las clases altas y medias ante la creciente conflictividad social llevada a cabo por socialistas y anarquistas, animada por la Revolución Rusa de 1917 y concretada en el Trienio Bolchevique (1917-1920) y el problema del “pistolerismo” en Cataluña (1920-1923).

Guerra de Marruecos: desde la consecución del protectorado sobre el norte del país en 1906 (Conferencia de Algeciras), España se ve impotente para asegurar su dominio ante la oposición de los rifeños liderados por Abd el Krim, que emplean la táctica de guerrillas. Las continuas derrotas aumentaron las críticas al Ejército y los desastres de Annual y Monte Arruit (1921) supusieron la elaboración de un informe (Expediente Picasso) que señalaba como culpables a los altos mandos militares e incluso al rey, lo que hace que ambos sean favorables a un golpe de Estado.

Contexto internacional de crisis de las democracias occidentales: Ante la crisis generada por la I Guerra Mundial, se va optando cada vez más por la crítica al sistema parlamentario y la necesidad de un estado fuerte. El estado liberal democrático se ve atacado por dos frentes contrapuestos: el comunismo (triunfo bolchevique en Rusia en 1917) y el fascismo (acceso al poder de Mussolini en Italia en 1922). El fascismo defiende un estado autoritario apoyado por las clases altas y medias, temerosas a una expansión del comunismo. Su ideología se basa en el uso de la violencia, el culto al líder y un fuerte nacionalismo-racismo.

EVOLUCIÓN Y DESARROLLO DE LA DICTADURA

Implantación

Ante la creciente inestabilidad social y política y las fuertes críticas al Ejército y la Monarquía, el general Miguel Primo de Rivera da un golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923. Primo de Rivera había nacido en Jerez de la Frontera (Cádiz) en 1870, había participado en las campañas de Cuba y Marruecos, fue senador por el Partido Conservador y en el momento del golpe era capitán general de Cataluña.

Cuando se produce el golpe, Alfonso XIII estaba en San Sebastián, volviendo a Madrid el día siguiente. Pese a la insistencia del gobierno, se negó a actuar contra los golpistas y pidió a Primo de Rivera que viniera a Madrid. A su llegada, el 15 de septiembre, Primo hizo público su manifiesto titulado “Al país y al Ejército”, en el que declaraba su voluntad de acabar con los profesionales de la política, a los que acusaba de haber secuestrado la voluntad real y de ser responsables de todos los problemas del país.

El rey Alfonso XIII acepta y apoya el golpe, encargando a Primo de Rivera la formación de un gobierno. Se establece así un régimen autoritario (supresión del Parlamento y suspensión de la Constitución de 1876), apoyado por la llamada “masa neutra” (personas apolíticas y de centro que anteponen la estabilidad política y social a las cuestiones ideológicas), el Ejército, la Iglesia, las clases altas y el rey. Los antiguos líderes de los partidos dinásticos se inhibieron de la situación, lo que equivalía de hecho a darle un margen de confianza a la Dictadura, como hizo la mayor parte de la prensa. Pese a sus críticas iniciales, por su carácter en principio transitorio recibió el apoyo de la burguesía catalana, los socialistas y los republicanos de Lerroux.

Dentro de la evolución de la Dictadura podemos distinguir dos fases: el Directorio Militar y el Directorio Civil.

Directorio Militar (1923-1925)

Se forma un gobierno integrado exclusivamente por militares (ocho generales y un contralmirante) en representación de las distintas armas y capitanías generales, aunque sólo Primo de Rivera tenía atribuciones y rango de ministro, acumulando en sus manos todos los poderes.

Gobierno autoritario, imitando en buena parte la dictadura fascista de Mussolini, al que visitan Alfonso XIII y Primo de Rivera en Italia el 15 de noviembre de 1923. Un mes antes, se aprobó un Real Decreto para reorganizar la administración pública, estableciendo delegados gubernamentales de partido y disolviendo los ayuntamientos, que quedan en manos de personas favorables al dictador. En noviembre se disuelven las Cortes al cesar las comisiones de gobierno interior del Congreso de los Diputados y el Senado. En enero de 1924 se disuelven todas las diputaciones provinciales excepto las vasco-navarras, medida que los catalanistas entiende como un ataque a la Mancomunidad y que tiene un claro sesgo centralista.

Fuerte represión contra la oposición. Por un lado, se ilegaliza a la CNT anarcosindicalista, lo que hace que parte de los anarquistas se radicalicen, fundando en 1927 la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Por otra parte, se aplican sanciones contra personalidades críticas como Unamuno (confinado en Canarias), Luis Jiménez de Asúa y Fernando de los Ríos. Frente a ello, el PSOE y la UGT accedieron a que Largo Caballero formara parte del Consejo de Estado, lo que formaliza su apoyo a la Dictadura.

En abril de 1924 se organiza la Unión Patriótica, intento de encuadramiento político a favor de la Dictadura formando un partido único similar a los del fascismo europeo y que muestra la intención del Dictador de perpetuar su Dictadura institucionalizándola. Frente a ello, los miembros de los partidos dinásticos muestran un profundo descontento, distanciándose de la Dictadura, lo que le irá restando apoyos.

Finalmente, se acaba con la Guerra de Marruecos, gracias al desembarco de Alhucemas realizado por tropas franco-españolas en 1925, acabando definitivamente con la resistencia de los rifeños dirigidos por Abd el Krim.

Directorio Civil (1925-1930)

Al acabar con la Guerra de Marruecos, una de las principales justificaciones de la Dictadura, muchos piden su disolución, como Sánchez Guerra y Romanones, destacados dirigentes de los partidos dinásticos. Sin embargo, el Dictador, decidido a perpetuar el régimen, sustituye el Directorio Militar por un Directorio Civil en diciembre de 1925. Este nuevo Directorio estaba formado por técnicos extraídos de la Unión Patriótica y no eran personalidades políticas de reconocido prestigio (destacando José Calvo Sotelo como ministro de Hacienda) y por algunos militares.

Además, en 1926 se anuncia la convocatoria de una Asamblea Nacional de cara a consolidar el régimen dictatorial y acabar definitivamente con el régimen liberal-parlamentario, ya que de hecho suponía derogar la Constitución y disolver el Parlamento, ambos hasta ahora simplemente suspendidos. Los asambleístas fueron designados por el dictador y se reunieron a partir de 1927 con un carácter meramente consultivo. Pretendió elaborar una nueva Constitución, cuyo anteproyecto se presentó en julio de 1929, pero fue mal aceptado por los políticos de los partidos dinásticos, la oposición y la prensa, ante lo cual el dictador intentó ampliar la Asamblea para hacerla más representativa.

En el terreno económico, la colaboración con el PSOE-UGT se concretó en la creación de los Comités Paritarios, precedente de los actuales comités de empresa, es decir, entidades con representación de patronos y obreros que establecían las condiciones laborales de acuerdo con el principio fascista de colaboración de clases. Por otra parte, se lleva a cabo una política económica intervencionista (proteccionismo, ayudas fiscales y crediticias, empresas públicas como CAMPSA, obras públicas) que se beneficia de la favorable coyuntura internacional (“felices años 20”) pero que se saldó con un aumento de la deuda pública, acrecentada con la Exposición Universal de Barcelona y la Iberoamericana de Sevilla, ambas en 1929.

El nuevo Directorio y el intento de perpetuar el régimen aumentó la oposición: creación de Alianza Republicana en 1926 (dirigida por Alejandro Lerroux con el concurso de Acción Republicana de Manuel Azaña), intento de golpe de Estado en 1926 por parte de los generales Weyler y Aguilera, y, ya en 1929, los intentos de sublevación militar del conservador Sánchez Guerra en Valencia y del regimiento de Artillería en Ciudad Real, protestas estudiantiles, insurrecciones obreras como la de Alcoy, y pérdida de sus apoyos (dimisión de Calvo Sotelo, intento de sublevación del general Goded).

Caída

Sus causas son la crisis económica internacional de 1929, que aumenta la oposición al régimen y la inestabilidad social, y la pérdida de buena parte de sus apoyos (los catalanistas por la supresión de la Mancomunidad, los militares por la supresión del Arma de Artillería, los socialistas por el aumento del paro, el rey por el cambio de la opinión pública). Sólo ante la crisis, Primo de Rivera dimite en enero de 1930, exiliándose a París, donde fallece en 1931. Alfonso XIII encarga formar gobierno al general Dámaso Berenguer.

CONCLUSIONES

La dictadura de Primo de Rivera forma parte de las llamadas “dictaduras mediterráneas”, que siguen el ejemplo del fascismo italiano. Las nuevas tendencias autoritarias son apoyadas por la burguesía ante el peligro de una revolución comunista en la Europa de entreguerras.

Su fracaso hizo que el rey Alfonso XIII intentara volver entre 1930 y 1931 al sistema político de la Restauración, a través de los gobiernos del General Berenguer y del Almirante Aznar. Sin embargo, ambos fracasan debido a la desestructuración de los partidos dinásticos y al crecimiento de las fuerzas políticas al margen del sistema, que acusan al rey de haber apoyado al régimen dictatorial.

De este modo, el fracaso de la dictadura lleva a corto plazo a la proclamación de la II República el 14 de abril de 1931, un nuevo régimen democrático cuyo reformismo puso en peligro el predominio político, económico y social de las clases altas, que optan por un nuevo golpe de Estado militar que será el origen de la Guerra Civil (1936-1939).

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