LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL (1914-1918)

Tema 6 de Historia del Mundo Contemporáneo de 1º de Bachillerato referente a la Primera Guerra Mundial, por Carlos Javier Garrido García.

Imágenes de la Primera Guerra Mundial. Fuente: wikipedia.

INTRODUCCIÓN

La Primera Guerra Mundial o “Gran Guerra” estalló como consecuencia de la competencia entre las distintas potencias europeas en un contexto de crecimiento económico acelerado por la Segunda Revolución Industrial y de configuración de los imperios coloniales. En este contexto, la situación geopolítica generada por el Congreso de Viena de 1815 se fue desequilibrando. Para entonces, Gran Bretaña se había consolidado como primera potencia mundial, centrada en su expansión imperialista, y como primera potencia económica, gracias a la Primera Revolución Industrial. En el continente europeo se estableció el equilibrio entre potencias, progresivamente descompensado gracias a la unificación de Alemania e Italia y a la disgregación paulatina del Imperio Otomano. El crecimiento económico y el fortalecimiento en la política internacional de una nueva gran potencia, Alemania, terminó por desequilibrar la situación. Pese a convertirse a principios del siglo XX en la primera potencia económica de Europa, llegó tarde al reparto colonial y, en una situación de proteccionismo, para seguir creciendo necesitaba expandirse territorialmente. Dada la imposibilidad de conseguir más colonias, decidió expandirse por Europa, aliándose con el Imperio Austro-Húngaro. Sus dos grandes enemigos, el Imperio Ruso y Francia se oponían a este proceso, consiguiendo la ayuda de Gran Bretaña, que sale de su aislamiento europeo temerosa del crecimiento alemán. Todo ello llevó al estallido de la Guerra, el primer conflicto plenamente industrializado, lo que explica su magnitud, duración y consecuencias.

CAUSAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Las causas profundas del conflicto hay que buscarlas, por tanto, en las tensiones latentes entre las potencias y en la configuración de los bloques de alianzas en Europa. En este contexto, los conflictos coloniales y en los Balcanes aumentaron la tensión, posibilitando que un hecho puntual, el asesinato del archiduque, provocara el estallido del conflicto.

Conflictos latentes entre las potencias

Las tensiones latentes entre las potencias eran básicamente tres:

  • Entre Alemania y Francia: la victoria alemana sobre Francia en 1870 supuso la proclamación del II Reich Alemán en 1871 y la incorporación al mismo de las regiones de Alsacia y Lorena. Desde entonces, el deseo francés de revancha y de recuperarlas fue constante.

  • Entre los Imperios Ruso y Austro-Húngaro: ambos imperios tenían deseos expansionistas en los Balcanes, una región en la que coincidían el hundimiento del Imperio Otomano, la atomización política y la complejidad étnica. Este enfrentamiento hizo que Rusia de aproximara a Francia y que Austria lo hiciera a Alemania en busca de aliados que reforzaran su posición.

  • Entre Alemania y Gran Bretaña: el fuerte crecimiento económico alemán, la potenciación de su flota de guerra y los intentos de expansión colonial provocaron el temor de Gran Bretaña, que sale de su aislamiento y busca la alianza con los enemigos de Alemania: Francia y el Imperio Ruso.

La configuración de los bloques de alianzas

Tras la victoria sobre Francia en 1870 y la proclamación de Guillermo I como emperador en 1871, la política internacional de su canciller, Bismarck, estuvo marcada por la creación de sucesivos sistemas de alianzas que, involucrando a los Imperios Austro-Húngaro y Ruso y a Italia, tenían la intención de dejar aislada a Francia y evitar un conflicto en los Balcanes y por su rechazo a una política de expansión colonial.

Sin embargo, el acceso al poder de Guillermo II y la caída de Bismarck en 1890 supusieron un cambio de política, optándose por una política expansionista, basada en los intentos de conseguir más colonias y en una fuerte inversión armamentística, especialmente destacada en el terreno naval. Del mismo modo, se abandonó la alianza con Rusia y se optó por el apoyo a Austria-Hungría como medio de expansión territorial en los Balcanes, ya que la colonial resultó finalmente imposible.

Todos estos cambios fueron aprovechados por Francia, que pudo firmar una alianza con Rusia en 1891-1892 y, con la incorporación de Gran Bretaña, formar la Triple Entente en 1907. Frente a ella, se mantuvo la Triple Alianza, creada en 1882 Alemania, el Imperio Austro-Húngaro e Italia.

Los dos bloques que se enfrentarían en la guerra habían quedado así configurados, entrando en la denominada “Paz Armada”, periodo de tensión creciente entre los bloques, lo que se tradujo en una carrera de armamentos, especialmente intensa en Alemania, y en un creciente ambiente de nacionalismo radical, lo que se tradujo en la formación de las ligas nacionalistas.

Enfrentamientos coloniales y Guerras de los Balcanes

La tensión existente provocó, y se agravó con, los conflictos coloniales y en los Balcanes.

En cuanto a los conflictos coloniales, Alemania intentó controlar uno de los pocos territorios disponibles en África: Marruecos. Sin embargo, esto chocó con la oposición de Gran Bretaña, temerosa de que Alemania pudiera con ello controlar el estrecho de Gibraltar, clave en la ruta hacia su principal colonia, la India. Por ello, los intentos alemanes en 1906 y 1911 se saldaron con un rotundo fracaso, imponiéndose finalmente en Marruecos un protectorado franco-español. Esto llevó a Alemania a optar por su expansión en la propia Europa a través de su aliada Austria-Hungría, lo que acentuó los conflictos en los Balcanes.

Los Balcanes eran una región especialmente conflictiva por los intereses contrapuestos de Austria-Hungría y Rusia y por el desmembramiento del Imperio Otomano debido a movimientos nacionalistas que acabaron provocando la independencia de Rumanía, Bulgaria, Serbia, Montenegro y Grecia a lo largo del siglo XIX. La tensión en la zona aumentó con la anexión de Bosnia por el Imperio Austro-Húngaro en 1908, lo que provocó el descontento de Serbia y de su aliado, el Imperio Ruso. En 1912 estalla la Primera Guerra Balcánica, en la que los países independizados en la zona se enfrentaron a los restos del Imperio Otomano, reducido a partir de entonces en Europa a la pequeña región de Estambul. Como consecuencia de ello, Albania accede a la independencia y se realiza un reparto territorial que no fue del agrado de Bulgaria. Esto la llevó a declarar la guerra a sus antiguos aliados en 1913 (Segunda Guerra Balcánica), uniéndose a ellos el Imperio Turco, siendo derrotada. El descontento de Bulgaria y del Imperio Turco por sus pérdidas territoriales explica que optaran por aproximarse a la Triple Alianza, mientras que el resto de países balcánicos lo hizo a la Entente.

Detonante

El detonante de la Primera Guerra Mundial fue el asesinato del archiduque Francisco-Fernando cuando visitaba Sarajevo, capital de Bosnia, por un terrorista serbio en julio de 1914. Como consecuencia de ello, el Imperio Austro-Húngaro presentó un ultimátum a Serbia, que fue rechazado, por lo que le declaró la guerra. A partir de entonces, se pusieron en marcha las alianzas y hubo una sucesión de declaraciones de guerra en cascada que dieron lugar al conflicto generalizado.

DESARROLLO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Características

La primera característica de la Guerra Mundial es, precisamente, su carácter global. En el conflicto se enfrentaron, por un lado, la Triple Entente (Gran Bretaña, Francia e Imperio Ruso), a la que con posterioridad se irían añadiendo otros países como Italia (anulando su compromiso con la Triple Alianza), Portugal, Bélgica, Rumanía, Serbia, Montenegro, Grecia, Japón, EEUU y la mayor parte de los países latinoamericanos; y, por otro, los Imperios Centrales (Alemania e Imperio Austro-Húngaro), a los que se unieron posteriormente Bulgaria y el Imperio Turco. Por tanto, las fuerzas estaban muy desequilibradas en favor de la Entente, aunque ese hecho se compensaba por la mejor posición estratégica de los Imperios Centrales y por su mejor preparación armamentística, especialmente de Alemania.

En segundo lugar, la Primera Guerra Mundial fue una guerra industrializada, una guerra con el carácter de “total”. El uso masivo de armamento moderno, aprovechando los avances de la Segunda Revolución Industrial (ametralladoras, tanques, armas químicas, inicios de la aviación), además de provocar mayores muertes y destrucciones, hicieron que sus costes económicos fueran muy elevados. Como consecuencia de ello, se estableció una economía de guerra y, para justificarla, una intensa propaganda de carácter belicista y ultranacionalista.

Fases de la guerra

En la evolución de la guerra podemos distinguir cuatro grandes fases:

  • Guerra de Movimientos (1914): la inferioridad de recursos de los Imperios Centrales hizo que estos optaran por una guerra rápida como única posibilidad de victoria. Así, el plan de guerra alemán (“Plan Schlieffen”) estableció un ataque rápido a Francia para posteriormente derrotar al Imperio Ruso y negociar una paz con Gran Bretaña. Sin embargo, Francia logró resistir en la batalla del Marne, lo que aprovechó el Imperio Ruso para realizar una ofensiva contra Alemania, frenada en la batalla de Tannenberg. A partir de entonces, los frentes empiezan a estabilizarse y se entra en una guerra de desgaste en la que los Imperios Centrales tenían todas las de perder.

  • Guerra de Trincheras (1915-1916): la fijación de los frentes y su defensa con trincheras y armamento moderno supuso la entrada en una guerra de desgaste, con batallas en el frente occidental como Verdún y Somme, auténticas carnicerías. Ante ello, la única opción de los Imperios Centrales era limitar la llegada de ayuda exterior a la Entente mediante el bloqueo naval de Gran Bretaña y Francia, aunque esta opción resultaba imposible desde la derrota de la flota alemana en la batalla de Jutlandia. Esto hizo que Alemania optara por un bloqueo submarino que, pese a su incidencia, no logró cortar las comunicaciones marítimas y además provocó la entrada de EEUU en la guerra en 1917. De manera paralela, los Imperios Centrales intentaron aumentar sus recursos extendiéndose hacia el Este y los Balcanes, lo que supuso la ocupación de Polonia y Lituania (del Imperio Ruso), Rumanía, Serbia y el norte de Grecia.

  • El hundimiento de los Imperios Centrales (1917-1918): en abril de 1917 la primera potencia industrial del mundo, EEUU, entra en la guerra a favor de la Entente, agravando el desequilibrio de recursos entre los contendientes. Sin embargo, su ayuda efectiva no se producirá hasta principios de 1918 y la victoria bolchevique en Rusia en octubre de 1917 supuso la salida de este país de la guerra (Tratado de Brest-Litovsk, marzo de 1918), permitiéndole a Alemania concentrar todas sus tropas en el frente occidental. Pese a ello, los Imperios Centrales se fueron hundiendo en cadena: Bulgaria, Imperio Turco, el Imperio Austro-Húngaro y Alemania. En este último caso, Guillermo II abdicó y se proclamó una República que solicitó el armisticio el 11 de noviembre de 1918.

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

Los Tratados de Paz

Las condiciones de Paz fueron fijadas en la Conferencia de Paz de París (1919-1920), en la que se establecieron tratados específicos con cada uno de los países derrotados: el de Versalles con Alemania (1919), el de Saint-Germain con Austria (1919), el de Trianon con Hungría (1920), el de Sèvres con el Imperio Turco (1920) y el de Neuilly con Bulgaria (1920). En sus cláusulas no fueron respetadas las tesis del presidente estadounidense Wilson (“14 Puntos”), sino que lo que primó en ellas fue la dureza y el deseo de castigo, postura defendida sobre todo por Francia.

El más trascendental fue el de Versalles, que impuso unas duras condiciones a Alemania: pérdidas territoriales (Alsacia-Lorena para Francia, Posnania a Polonia, ciudad libre de Danzig, Schleswig a Dinamarca y pérdida de su colonias estableciendo mandatos ejercidos por Gran Bretaña, Francia y Japón), establecimiento de fuertes reparaciones de guerra, cesión temporal del Sarre a Francia, desmilitarización de Renania y limitación de su ejército a 100.000 soldados. El resto de tratados supuso la desmembración de los antiguos imperios plurinacionales en favor de los Estados-nación y se impusieron pérdidas territoriales a Bulgaria (pérdida de su salida al mar Egeo) y al Imperio Turco (Dodecaneso, Armenia, Siria, Palestina, Irak y Transjordania). Además, a nivel general, se establecieron nuevas democracias parlamentarias en la mayor parte de países.

Estos tratados no fueron capaces de asegurar una paz duradera por las siguientes razones: la imposición de las reparaciones de guerra hundió la economía alemana, desestabilizando al nuevo régimen democrático; el deseo de revancha de los derrotados ante una paz que se consideraba impuesta e injusta; la complejidad étnica de Europa Oriental y los Balcanes hizo que el establecimiento de Estados-Nación fuera imperfecta, generando problemas nacionalistas; y el descontento de algunos vencedores, que no vieron satisfechas sus aspiraciones territoriales, como fue el caso de Italia.

Consecuencias demográficas, económicas, sociales y políticas

En cuanto a las consecuencias demográficas, se calcula que la guerra produjo 8’5 millones de muertos y 21 millones de heridos y mutilados. A este cómputo se deben añadir las víctimas civiles, como consecuencia de las carencias alimenticias y sanitarias y la incidencia de la epidemia de gripe de 1918, a lo que habría que sumar el descenso de la natalidad. Este descenso demográfico afectó a las economías de posguerra al reducir la población activa y la demanda.

En la economía, las destrucciones de medios de producción fueron importantes, a lo que habría que unir el coste de reconversión de una economía de guerra a otra de paz. Junto con ello, otro problema importante fue el del endeudamiento de los vencedores con EEUU, razón por la cual exigieron el pago de reparaciones de guerra. Los grandes beneficiados de la guerra fueron este país y Japón, que no sufrieron los efectos de la guerra en su territorio, se enriquecieron vendiendo suministros a sus aliados europeos y los sustituyeron en buena parte de sus mercados exteriores. También salieron beneficiados los países neutrales, que vieron aumentar la demanda de sus materias primas y productos industriales, como fue el caso de España.

Por lo que se refiere a las consecuencias sociales, los efectos de la guerra y de la crisis económica de posguerra supusieron un empobrecimiento de las clases medias, que se proletarizaron, aumentando la polarización y las tensiones sociales. Además, la reinserción social de los excombatientes fue muy difícil, contribuyendo a aumentar las tensiones. Por último, el empleo de mano de obra femenina en trabajos tradicionalmente masculinos durante la guerra, impulsó los movimientos feministas que solicitaban el derecho a voto.

Por último, las consecuencias políticas fueron una extensión de las democracias parlamentarias en el continente europeo, aunque estas tuvieron graves dificultades por el aumento de las tensiones sociales, que provocaron polarización y conflictos políticos. Por otra parte, en las colonias la participación de tropas indígenas en la guerra, la puesta en duda de la misión civilizadora y la defensa del principio de Estado-Nación supusieron un impulso para los movimientos independentistas.

La Sociedad de Naciones

Para evitar una nueva guerra, se creó esta organización internacional, cuyos objetivos declarados eran el mantenimiento de la paz y de la seguridad colectiva, la cooperación internacional y el desarme. Sin embargo, esta organización, que estaba dirigida por un Consejo formado por las potencias vencedoras y una Asamblea General integrada por todos los miembros, fracasó por su falta de capacidad ejecutiva y por la ausencia de grandes potencias como EEUU (temerosa de perder independencia en sus actuaciones internacionales), la URSS (excluida) y, posteriormente, las potencias fascistas (Alemania, Italia y Japón).

CONCLUSIONES

La Primera Guerra Mundial tuvo importantes consecuencias. La dureza de las condiciones de paz y la crisis económica de posguerra desestabilizaron a las nuevas democracias, y el surgimiento de una alternativa al capitalismo basada en la doctrina marxista (URSS), supusieron un aumento de las tensiones y polarización socio-política que explican el surgimiento de fascismo y el futuro estallido de la II Guerra Mundial (1939-1945).

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