LAS GRANDES UNIDADES DEL RELIEVE

Resumen del Tema 2 de Geografía para Selectividad (Andalucía) referente a las unidades del relieve español, por Carlos Javier Garrido García.

Mapa del relieve español. Fuente: Wikipedia.

INTRODUCCIÓN

La variedad de unidades del relieve en España viene condicionada y explicada por su origen geológico y por la variedad de formas dependientes de la variedad litológica peninsular, elementos todos ellos que hemos estudiado en el tema anterior.

La Península Ibérica presenta dos grandes conjuntos: la Meseta, con sus unidades interiores y periféricas, y las unidades alpinas, tanto depresiones como cordilleras. A ello hemos de unir las unidades pertenecientes a los archipiélagos balear y canario.

LA MESETA Y SUS UNIDADES INTERIORES

Características generales

La Meseta se caracteriza por una elevada altitud media, superior a los 600 metros, y en ella alternan llanuras y formas montañosas. Su origen está en el Macizo Hespérico, surgido durante la orogenia Herciniana de la Edad Primaria, que quedó arrasado por la erosión durante la Era Secundaria dando lugar a una gran llanura, el zócalo paleozoico o herciniano. Este fue fracturado por la orogenia Alpina en la Era Terciaria, hundiendo algunos bloques y elevando otros, lo mismo que sus bordes, en los que se habían depositado sedimentos. Además, esta orogenia basculó el macizo hacia el Oeste, cuando hasta entonces lo había estado hacia el Este.

Las dos submesetas

Dentro de la Meseta podemos distinguir dos submesetas, divididas por el Sistema Central, constituyendo dos extensas altiplanicies, es decir, superficies tabulares a elevada altitud media.

Submeseta Norte: Sus límites son el Macizo Galaico-Leonés, la Cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico y las Gargantas del Duero. Presenta una altitud media de 750 metros y dentro de ella podemos distinguir entre la Cuenca sedimentaria del Duero (sector del zócalo paleozoico hundido y rellenado por sedimentos, destaca la presencia de terrazas fluviales y predomina una litología arcillosa) y las Penillanuras Occidentales (zona occidental de las provincias de Salamanca y Zamora, son un sector del zócalo arrasado en el que domina la litología silícea).

Submeseta Sur: Sus límites son el Sistema Central, Sistema Ibérico, Sierra Morena y Depresión Tajo-Sado. Presenta una altitud media de 650 metros y en ella podemos distinguir entre la Cuenca sedimentaria de la Submeseta Sur (dividida en las cuencas del Tajo y del Guadiana, es otro sector del zócalo hundido y colmatado de sedimentos, predominando las extensas llanuras y la litología arcillosa) y las Penillanuras (sectores del zócalo arrasados que se extienden por el oeste de Ciudad Real y Extremadura, predomina la litología silícea y presenta un relieve caracterizado por crestones y montes islas, habiendo también presencia de vulcanismo en el Campo de Calatrava).

La unidades montañosas interiores

Todas ellas se originan en la orogenia Alpina, que fracturó y elevó partes del zócalo herciniano. Por tanto, en ellas predomina la litología silícea y son cordilleras de estilo germánico o apalachense caracterizadas por la alternancia de horsts y graben y las cimas suaves y aplanadas. Destacan básicamente dos: el Sistema Central y los Montes de Toledo.

Sistema Central: presenta una disposición Suroeste-Noreste, en él hay huellas de glaciarismo y presenta un estilo germánico. Esta cordillera es la que divide la Meseta en dos submesetas.

Montes de Toledo: presenta una disposición Este-Oeste y un relieve apalachense. Es la cordillera que divide la Submeseta Sur en dos cuencas, la del Tajo y la del Guadiana.

LOS REBORDES MONTAÑOSOS DE LA MESETA

Orígenes

Su origen está en la fractura del Zócalo Herciniano y la elevación de bloques en la Orogenia Alpina. Antes de que esta se produjera, el zócalo estaba basculado hacia el Este, lo que explica que en esta zona se depositaran sedimentos durante la Era Secundaria. Por ello, los rebordes de la zona oriental presentan una litología caliza con afloramientos del zócalo silíceo en las zonas centrales más elevadas, mientras que en la zona occidental la litología es silícea, al no estar cubierto el zócalo por sedimentos.

Macizo Galaico-Leonés

Se trata de un abombamiento del zócalo recorrido por fallas de disposición Norte-Sur. En él dominan la litología silícea y las formas redondeadas.

Está formado por las siguientes unidades: los Montes de León, las montañas y cuencas medias y la zona costera, caracterizada esta última por la presencia de rías, antiguos valles fluviales inundados por el mar al cambiar la basculación del zócalo al Oeste con la orogenia alpina.

Cordillera Cantábrica

Presenta una disposición Oeste-Este. Su origen está en un bloque del zócalo arrasado y basculado durante la Era Secundaria hacia el Este. Esto explica que en el sector oriental de esta cordillera predomine la litología caliza, ya que en estas zonas el zócalo fue recubierto de sedimentos, mientras que en la occidental aflora el zócalo en superficie, predominando la litología silícea.

Dentro de esta cordillera se pueden distinguir tres sectores: el Macizo Asturiano (litología silícea, relieve apalachense de bloques fracturados, es la zona con mayores altitudes), la Montaña Santanderina (litología caliza, cordillera de plegamiento, relieves más suaves) y los Montes Vascos (litología caliza, cordillera de plegamiento, intensa erosión y zona de transición hacia los Pirineos).

Sistema Ibérico

Presenta una disposición Noroeste-Sureste. Presenta una cobertera de sedimentos mesozoicos sobre el zócalo por lo que se combinan estructuras plegadas y falladas. Así, hay un predominio calizo pero existen afloramientos silíceos del zócalo en algunas zonas.

Sierra Morena

Se trata de una flexión del zócalo, constituyendo un escalón tectónico con poca altura con respecto a la Meseta pero muy escarpado con respecto al valle del Guadalquivir. En esta cordillera predomina la litología silícea.

LOS SISTEMAS Y UNIDADES EXTERIORES A LA MESETA

Orígenes

Se sitúan en zonas sin contacto con la Meseta. En ellas, durante el Mesozoico se depositaron grandes capas de sedimentos calizos de origen marino, al ocupar grandes fosas en el mar de Tethis. En ocasiones, estos sedimentos se depositaron sobre antiguos macizos paleozoicos sumergidos, como el Bético-Rifeño y el del Ebro-Catalán-Balear. Al producirse la orogenia alpina, estos sedimentos se plegaron intensamente, dando lugar a las grandes cordilleras alpinas, en las que en sus zonas más altas llegan a aflorar restos de los macizos antiguos por la erosión. También hay zonas que se hunden, como las depresiones del Ebro y Guadalquivir, que se fueron colmatando de sedimentos arcillosos.

Depresiones exteriores

Se trata de cuencas o prefosas alpinas que presentan una forma triangular, una litología arcillosa y conforman grandes cuencas fluviales. Destacan la depresión del Guadalquivir o Bética y la depresión del Ebro.

Cordilleras alpinas

Son montañas jóvenes de elevada altitud y presentan una gran variedad litológica ya que, aunque predominan las calizas, hay afloramientos de los viejos zócalos Bético-Rifeño y Ebro-Catalán-Balear. Destacan tres: los Pirineos, las Cordilleras Béticas y la Cordillera Costero-Catalana.

Los Pirineos se sitúan en el istmo que une la Península Ibérica al resto del continente europeo. Presenta dos grandes unidades: el Pirineo Axial (es el eje central, afloran restos paleozoicos por lo que predomina la litología silícea y es la zona donde se dan las máximas altitudes) y el Prepirineo (está compuesto de materiales paleozoicos plegados y elevados, por lo que predomina la litología caliza y presenta dos grandes cordilleras, las Sierras Interiores y Exteriores, separadas por la Depresión Media). En esta cordillera destaca la importancia del modelado glaciar.

Los Sistemas Béticos presentan una disposición Suroeste-Noreste y es una cordillera plegada. Presenta las siguientes unidades: Cordillera Penibética (en ella se dan las máximas alturas y afloran materiales paleozoicos, por lo que la litología es silícea), Cordillera Subbética (presenta una menor altitud, es el producto del plegamiento de los sedimentos mesozoicos y en ella predomina la litología caliza) y la Depresión Intrabética (es un conjunto de depresiones y altiplanicies situadas entre las dos unidades anteriores, predominando la litología arcillosa).

La Cordillera Costero-Catalana tiene una disposición Noreste-Suroeste y es una unidad montañosa muy fragmentada que aísla a la Depresión del Ebro del Mar Mediterráneo. En el norte predomina la litología silícea y en el sur la caliza, presentando tres grandes unidades: la Cordillera Litoral, la Cordillera Prelitoral y, entre ambas, la Depresión Intermedia.

LOS RELIEVES INSULARES

Archipiélago balear

Se compone de tres islas mayores (Mallorca, Menorca e Ibiza) y dos menores (Formentera y Cabrera) y constituye una prolongación de los Sistemas Béticos. En este archipiélago predomina la litología caliza, con la excepción de Menorca en la que lo hace la silícea. La isla que presenta un relieve más complejo es Mallorca, pudiendo distinguir en ella las siguientes unidades: Sierra de Tramontana al noroeste, Sierra de Levante al sureste y la Llanura Central o Pla entre ambas.

Archipiélago canario

Está compuesto por siete islas mayores (Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro. Tienen un origen volcánico y la edad de las islas decrece de este a oeste, por lo que las situadas al este presentan un relieve muy erosionado (caso de Lanzarote y Fuerteventura) y las situadas al oeste mucho más abrupto (caso, por ejemplo, de Tenerife y La Palma).

CONCLUSIONES

Como hemos podido ver, el relieve en España es muy complejo y diverso, lo que ha condicionado mucho otros elementos físicos, como los climáticos y la vegetación, y, como no podía ser de otro modo, las actividades humanas.

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EL RELIEVE ESPAÑOL

Resumen del Tema 1 de Geografía para Selectividad, referido al Relieve español, por Carlos Javier Garrido García.

Mapa del relieve español. Fuente: wikipedia.

INTRODUCCIÓN

El relieve es el conjunto de formas que presenta la superficie terrestre. La Geomorfología es la ciencia que trata de explicar las formas que presenta el relieve, su evolución y procesos de modelado. El proceso de formación del relieve está relacionado con la tectónica de placas, ya que la litosfera, fracturada en placas, flota sobre la astenosfera, chocando las placas y provocando actividades sísmicas y volcánicas y formando estructuras de relieve plegadas (ondulación de materiales plásticos como calizas y margas secundarias, dando lugar a una estructura jurásica de anticlinales y sinclinales) o falladas (fracturación y desplazamiento de materiales duros como el granito paleozoico, dando lugar a un relieve germánico de horsts y graben). Junto a la tectónica de placas, la formación del relieve depende de los procesos de modelado, es decir, de los factores erosivos, condicionados por la litología.

En este tema vamos a estudiar las características básicas del relieve español, los distintos dominios litológicos y el proceso de formación del relieve, terminando con un análisis de las costas españolas.

CARACTERES GENERALES

España se estructura en sus territorios peninsulares, los enclaves norteafricanos de Ceuta y Melilla y los archipiélagos balear, en el mar Mediterráneo, y canario, en el océano Atlántico.

En cuanto a la Península Ibérica, se caracteriza por su forma maciza, con costas de trazado rectilíneo, teniendo una extensión de 580.000 km². Se caracteriza por una elevada altitud media, de en torno a 660 metros, debido al dominio de las cordilleras y de la gran Meseta central. Esta última es la pieza clave del relieve peninsular, en torno a la cual se organizan las unidades del relieve.

LA VARIEDAD LITOLÓGICA

La litología es la ciencia que estudia y describe las características de los materiales o elementos de la corteza terrestre. En el caso de España, podemos distinguir cuatro grandes dominios litológicos: el silíceo, el calizo o calcáreo, el arcilloso y el volcánico.

Dominio silíceo

Las rocas silíceas son duras y tienden a fracturarse, destacando en ellas los granitos, las pizarras y los gneis. Debido a su dureza, el modelado es producto de la formación de diaclasas por los cambios de temperatura, dando lugar a formas como los bolos y los berrocales. Predominan en el tercio oeste peninsular: penillanuras Salmantino-Zamorana y Extremeña y cordilleras como el Macizo Galaico-Leonés, sector occidental de la Cordillera Cantábrica, Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena, habiendo afloramientos de materiales de este tipo también en los sectores centrales de los Pirineos, el Sistema Ibérico y la Cordillera Penibética, y al norte de la Cordillera Costero-Catalana y en la isla de Menorca.

Dominio calizo o calcáreo

Las calizas son rocas sedimentadas en la Era Secundaria y principios de la Terciaria, que se caracterizan por su plasticidad, por lo que tienden a plegarse al sufrir movimientos orogénicos. En ellas se produce el modelado cárstico, debido a su disolución en el agua, dando lugar a formaciones como los poljés, las dolinas y los cañones. Se extiende por la península con una forma de “Z” invertida: partiendo de la Cordillera Costero-Catalana pasa por los Pirineos, el Sistema Ibérico y la Cordillera Subbética. Como prolongación de esta ultima está presente también en las partes elevadas de las islas de Mallorca, Ibiza y Formentera.

Dominio arcilloso

Las arcillas son rocas sedimentarias, que datan de finales de la Era Terciaria y del Cuaternario y que no han sufrido ningún tipo de presión orogénica, por lo que son muy blandas. Su poca dureza hace que la erosión sea intensa, dando lugar el modelado a formas típicas como los cerros testigos y los badlands. Predominan en las llanuras, mesetas y depresiones: Meseta (cuencas sedimentarias de Duero y Tajo-Guadiana), Depresiones del Ebro y Guadalquivir y en las llanuras litorales de la Península y las islas Baleares.

Dominio volcánico

Las rocas volcánicas se caracterizan por su permeabilidad y presentan unas variadas características de dureza en función de su origen, desde el magma solidificado a los depósitos de cenizas volcánicas, por lo que el modelado también en muy variado, con formas como los picos de hadas o los malpaíses. Este dominio predomina en las Islas Canarias y en zonas aisladas de la Península como el Campo de Calatrava o el Cabo de Gata.

EL PROCESO DE FORMACIÓN

La evolución geológica de España ha estado condicionada por el choque entre las placas Euroasiática, que se desplaza hacia el Sur, y Africana, que se desplaza hacia el Norte, situándose entre ambas la microplaca del Bloque Ibérico. Se habla de orogenia cuando esos desplazamientos se intensifican, dando lugar a la fracturación o plegamiento de los materiales sedimentarios.

Era Precámbrica (de 4.600 a 570 millones de años)

Durante esta Era, el territorio actual de España estuvo por lo general sumergido bajo las aguas marinas.

Era Paleozoica (de 570 a 230 millones de años)

Esta Era es también denominada como Era Primaria. Durante la misma se producen dos grandes orogenias, la Caledoniana y la Herciniana, afectando a España sobre todo la segunda. Como consecuencia de ello, en el oeste de la Península surge una gran cordillera, el Macizo Hespérico, basculado hacia el Este, surgiendo también los macizos del Ebro-Catalano-Balear y el Bético-Rifeño, divididos entre sí por el Mar de Tethis. Es en esta etapa cuando, debido a la presión orogénica, se forman las rocas silíceas.

Era Mesozoica (de 230 a 65 millones de años)

Conocida también como Era Secundaria, es una etapa de calma orogénica, por lo que predomina la erosión-sedimentación, condicionadas por los avances y retrocesos marinos. Como consecuencia ello, el Macizo Hespérico queda totalmente arrasado, convertido en una penillanura, lo mismo que los otros dos macizos peninsulares, que acaban sumergidos bajo las aguas marinas. Es ahora cuando se forman los grandes depósitos sedimentarios calizos en los fondos marinos, que serán plegados en la Era siguiente.

Era Cenozoica: Terciario (de 65 a 2 millones de años)

En esta Era se produce la Orogenia Alpina, que tuvo múltiples consecuencias en nuestro país, configurando los grandes rasgos del relieve actual: se plegaron los grandes depósitos sedimentarios calizos, dando lugar a las cordilleras alpinas: zona oriental de la Cordillera Cantábrica, Pirineos, Sistemas Béticos, Cordillera Costero-Catalana y Sistema Ibérico, en todas ellas afloran en las zonas más altas los restos de los antiguos macizos del Ebro-Catalano-Balear y Bético-Rifeño; el Macizo Hespérico arrasado en la Era Secundaria se bascula hacia el Oeste y se fractura, habiendo bloques que se hunden (cuencas del Duero y Tajo-Guadiana), que permanecen igual (Penillanuras Salmantino-Zamorana y Extremeña) y que se elevan (sector occidental de la Cordillera Cantábrica, Macizo Galaico-Leonés, Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena); y surgen las islas Canarias.

Era Cenozoica: Cuaternario (desde hace 2 millones de años)

Durante esta etapa no hay movimientos orogénicos, por lo que predomina la erosión y sedimentación, condicionada por los cambios climáticos (periodos glaciares e interglaciares). Como consecuencia de ello, queda configurado el relieve español actual. En esta Era y finales de la anterior es cuando se depositan las rocas características del Dominio arcilloso.

LAS COSTAS ESPAÑOLAS

Como ya se ha indicado, la península se caracteriza por el predominio de unas costas de trazado predominantemente rectilíneo. Sus características dependen de diversos factores como el relieve cercano, la litología, la acción erosiva del oleaje y las oscilaciones del nivel del mar. Como consecuencia de ello, podemos distinguir los siguientes litorales.

Litoral Atlántico: viene condicionado por la fuerza del oleaje y de las mareas en el Océano Atlántico, por lo que los procesos erosivos son intensos. Se puede distinguir entre los litorales Cantábrico y Atlántico Gallego, en los que la litología silícea y la cercanía de las cordilleras al mar explica el predominio de los acantilados, y el Atlántico Andaluz, en el que la litología arcillosa y el relieve llano de la Depresión del Guadalquivir explican el predominio de las grandes playas. En las islas Canarias, la diversidad en dureza y consistencia de las rocas volcánicas hace que alternen las playas con los acantilados. Un caso singular en el Litoral Atlántico son las Rías Gallegas, antiguos valles fluviales inundados por las aguas marinas al bascularse el Macizo Hespérico en la Orogenia Herciniana.

Litoral Mediterráneo: al ser un mar prácticamente cerrado, la fuerza erosiva del Mediterráneo es mucho menor. Sin embargo, el carácter soluble de las calizas y la poca resistencia de las arcillas, predominantes en esta zona, junto con el relieve accidentado del Este peninsular, explican el carácter accidentado de este litoral, especialmente del Litoral Mediterráneo Andaluz, Balear y del Catalán en su sector norte, predominando los acantilados y la existencia de pequeñas calas. En el Litoral Mediterráneo Valenciano y en el Catalán del Sur predominan las grandes playas, coincidiendo con las llanuras litorales.

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