Resumen y Presentación de PPT de la comunicación «Guadix y su tierra durante la rebelión de los moriscos (1568-1571): coyuntura bélica y cambios socioeconómicos», de Carlos Javier Garrido García.
Congreso Internacional «Recordar la guerra, construir la paz. 450 aniversario de la rebelión de las Alpujarras».
Entre los días 21 y 24 de noviembre de 2018 se ha celebrado en Bubión (Granada) y Laujar de Andarax (Almería), un congreso internacional sobre la rebelión de los moriscos del reino de Granada producida entre los años 1658 y 1571. La variedad y calidad de las conferencia y comunicaciones presentada auguran que este congreso será un hito historiográfico fundamental dentro de la historia de los moriscos granadinos y españoles.
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La rebelión de los moriscos en Guadix y su tierra.
El día 21 de noviembre, en Bubión, presenté una comunicación sobre el desarrollo y consecuencias de la rebelión de los moriscos en Guadix y su Tierra. Esta zona ocupó un papel destacado en el conflicto debido a su mayoritaria población morisca, a su cercanía a las Alpujarras y al haber constituido uno de los centros de la retaguardia castellana. Entre diciembre de 1568 y marzo de 1569 hay que destacar el papel de las milicias de la ciudad de Guadix, que saquean el Marquesado y Laroles, en 1569 se convierte en centro de aprovisionamiento del ejército de marqués de los Vélez, participando las milicias accitanas en el saqueo de Alboloduy, y en 1570 del ejército de don Juan de Austria.
La coyuntura bélica estuvo marcada por las destrucciones bélicas provocadas por los moriscos y las tropas castellanas, la reducción de la superficie sembrada y el desplazamiento del ganado al reino de Jaén, generando todo ello una fuerte crisis socioeconómica.
Sin embargo, esta situación critica fue aprovechada por las élites accitanas para reforzar su dominio gracias al enorme botín de guerra conseguido, consistente en personas esclavizadas, ganados, ropas y joyas. Los beneficios del botín fueron empleados en la compra de bienes moriscos, lo que reforzó su dominio socioeconómico y la polarización social existe. Muestra de esta última es la explosión demográfica que conoce el barrio de las cuevas del Guadix de la posguerra.
Para ver la presentación de PPT utilizada en la defesa de la comunicación, pulse aquí: PPT Congreso Moriscos
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Esclavas moriscas: resumen de la ponencia “Las esclavas moriscas de Guadix y su Tierra tras la rebelión de 1568: explotación laboral y sexual”, realizada por Carlos Javier Garrido García en el Simposio “Género, hogares y trabajo en la España meridional (1500-1850)”, celebrado de Guadix los días 22-23 de junio de 2017 y organizado por la Universidad de Granada. Posteriormente, ha sido publicada como artículo en el nº 6 de la revista «eHumanista/Conversos«.
La rebelión de los moriscos (1568-1571)
La rebelión morisca iniciada en el reino de Granada en la navidad de 1568 hunde sus raíces en la cada vez más intensa explotación económica y presión aculturadora que despliegan los castellanos sobre la población morisca.
Las consecuencias de dicha sublevación fueron la expulsión de los llamados “moriscos de paces”, que no se habían sublevado, y la esclavitud de la población sublevada que fue capturada. La fundamentación jurídica para esto último se basaba en las Partidas, que legalizaban la esclavitud de los prisioneros de guerra infieles, los bandos de las autoridades locales y, finalmente, la decisión real de 1569. Esta última entendía que los moriscos habían apostatado con su rebelión de un cristianismo siempre fingido, por lo que eran susceptibles de ser esclavizados. La única limitación serían los niños menores de 10 años y medio y las niñas menores de 9 años y medio, que pasarían a estar en administración de una familia de cristianos viejos hasta cumplir los 20 años.
Como consecuencia de todo ello, los mercados esclavistas del reino de Granada registraron un enorme volumen de actividad. Entre ellos destacó el de la ciudad de Guadix, una de las principales del reino (sede de corregimiento y obispado) y que ocupó un lugar central en la retaguardia castellana, siendo su estudio objeto de mi tesis doctoral.
El mercado esclavista de Guadix
Se ha calculado que en la guerra fueron esclavizadas unas 30.000 personas de origen morisco, 6.000 de ellas con participación de tropas accitanas. En Guadix, entre 1569 y 1578, se registró la compraventa de 1.470 personas, de ellas 1.402 de origen morisco, concentrándose las operaciones entre 1569 y 1571 (1.363 personas).
Este elevado volumen de personas esclavizadas en el reino de Granada fue descendiendo de manera rápida, quedando en 1580 en el mismo sólo 5.611, incluyendo a menores en administración, 284 de ellas en Guadix y su Tierra. Este descenso se explica por los decretos de expulsión de los esclavos varones al ser considerados peligrosos por su reciente rebelión, a la exportación a otros mercados buscando una mayor cotización (especialmente el Valle del Guadalquivir y Levante), las liberaciones, las limitaciones a eclesiásticos en la posesión de esclavas jóvenes y a una dinámica natural regresiva.
Objetivos de la ponencia
Mi objetivo es explicar la mayor cotización de las esclavas moriscas frente a los esclavos de dicha etnia pese a su mayor oferta a través de su explotación sexual y laboral.
Predominio femenino en el colectivo de personas esclavizadas de origen morisco
De las 1.402 personas de origen morisco objeto de compraventa en Guadix entre 1569 y 1578 el 58 % eran mujeres. Este predominio femenino se debe a la captura de numerosa población no beligerante en las acciones de saqueo, a los decretos de expulsión de los esclavos varones y al carácter “doméstico” de la esclavitud granadina.
El debate sobre el mayor precio de las esclavas
La historiografía había venido explicando la mayor cotización de las esclavas frente a los esclavos en la explotación sexual, la esclavitud de sus hijos, la mayor “docilidad” de las mujeres, su mayor esperanza de vida y el carácter “doméstico” de la esclavitud mediterránea. En este último caso, se tenía una visión restringida del trabajo doméstico, que lo equiparaba a las tareas del hogar, esencialmente femeninas según la mentalidad de género de la época.
Frente a esta visión tradicional, Aurelia Martín Casares indicó como razones de la mayor cotización femenina el mayor consumo de mujeres en los mercados africanos y la mayor productividad de las esclavas por su versatilidad, negando la importancia de la explotación sexual y de la reproducción, denunciando mentalidades machistas en los investigadores.
Estas afirmaciones, que comparto en el primer caso, limitado a la población esclavizada de origen negroafricano y berberisco, fueron objeto de crítica en mi tesis doctoral. En primer lugar, hay que tener en cuenta que la época funcionaba según parámetros sexistas, por lo que no se entiende una crítica al machismo de los investigadores que sólo sería válida en el caso de que en la sociedad del siglo XVI hubiera predominado una igualdad de género. Por otra parte, se constata un mayor precio de los esclavos frente a las esclavas cuando se trata de una esclavitud menos “doméstica” y más dirigida a los sectores tradicionalmente considerados como “productivos”. Además, en cuanto a la explotación sexual, el número de nacimientos ilegítimos era bastante elevado y las malas condiciones de vida de las esclavas y las múltiples formas de dicha explotación explican que la correlación entre ella y la natalidad ilegítima no fuera tan directamente proporcional. Finalmente, hay que tener en cuenta que las diferencias de cotización entre hombres y mujeres disminuían en las edades infantil y anciana, que las esclavas acompañadas por niños y preñadas eran más cotizadas que el resto y lo ilustrativo que es la comparación con el caso de las criadas libres.
Algunos datos ilustrativos
Como muestra de la importancia de los nacimientos ilegítimos, en la Parroquia del Sagrario de Guadix, en torno al 9 % de los bautismos entre 1569 y 1599 son de personas esclavizadas. De los 72 bautismos de este tipo registrados, 54 eran hijos ilegítimos de madre esclava.
En cuanto a los precios, en primer lugar entre 1569 y 1571 las esclavas moriscas vendidas en solitario en Guadix alcanzan un precio medio de 22.629 maravedíes, las preñadas 22.687 y las acompañadas por un hijo menor de edad 33.290. En segundo lugar, el porcentaje que supone, el precio medio de los hombres con respecto al de las mujeres varía mucho según el grupo de edad. Así, en el de 0-9 años es del 94 %, en el de 10-19 años del 65 %, el de 20-29 años del 50 %, el de 30-39 años del 72 %, el de 40-49 años del 73 %, el de 50-59 años del 95 % y el de 60-69 años del 112 %, quedando claro que la mayor diferencia de precio se localiza en las edades más fértiles y sexualmente atractivas.
Criadas y esclavas
Comparando el caso de las esclavas con el de las criadas libres queda patente una aparente contradicción, ya que mientras las primeras son más cotizadas que los esclavos, los criados reciben salarios mucho más altos que las criadas. Evidentemente, la explotación laboral sería similar en ambos casos, por lo que la diferencia debe provenir de lo que las diferencia a ambas, que no es sino su situación jurídica. En este sentido, la absoluta dependencia jurídica de las esclavas posibilitaba una mayor explotación sexual y aumentaba la importancia de su “docilidad”.
La explotación sexual de las esclavas
Los nacimientos ilegítimos de madre esclava eran fruto de la explotación sexual de sus amos, pero también de las dificultades de las esclavas para establecer estructuras familiares, por lo que eran frecuentes sus amancebamientos con esclavos o estratos bajos del estado llano como criados.
En cuanto al debate sobre el carácter forzoso o voluntario de las relaciones amo-esclava y pese a la múltiple casuística, coincido con la profesora Martín Casares en considerar que donde hay sometimiento no puede haber voluntariedad.
Las causas de la explotación sexual serían el interés económico de los amos (esclavitud de los hijos, casos de prostitución), la subordinación total al amo, el predominio de mentalidades machistas y la presión contrarreformista contra los denominados “pecados públicos” como el amancebamiento.
Los indicios de esta explotación sexual son numerosos: el ya citado elevado número de nacimientos ilegítimos de madre esclava, los pleitos de la Audiencia Episcopal de Guadix estudiados en mi tesis y las denuncias existentes en los sínodos diocesanos de Sevilla de 1572 y 1586 y de Badajoz de 1671.
La explotación laboral de las esclavas: una esclavitud “doméstica”
Hay que partir de una concepción del servicio doméstico en la época como una actividad polivalente y carente de especialización en el ámbito familiar, principal unidad de producción de la época. Así, incluía el cuidado del hogar y de la familia, pero también actividades del núcleo familiar en la agricultura, la artesanía o el comercio. En cualquier caso, la mentalidad de la época hacía que se considerara como actividad principal las labores domésticas, consideradas esencialmente femeninas.
Distribución sexual de las tareas
Las actividades laborales se distribuían por sexos según los parámetros de género imperantes en la época. Hay que tener en cuanta, en todo caso, que la asignación de una tarea como principal no evitaba la participación en otras actividades de manera secundaria.
La distribución sexual consistente en actividades agrarias, artesanales, comerciales, etc. de los esclavos y en labores domésticas de las esclavas queda confirmada documentalmente en los casos del ducado de Medina Sidonia estudiado por Ladero Quesada, el de las Minas de Guadalcanal y Lisboa por Alessandro Stella y Bernard Vincent y las alegaciones hechas por los propietarios de esclavos moriscos para evitar su expulsión del reino de Granada a partir de 1570.
Lo anterior no evita que las esclavas moriscas participaran en actividades agrarias y artesanales, destacando en este caso la industria sericícola, pero siempre con un carácter secundario y contando con las limitaciones a la salida del domicilio de las mujeres, fueran estas libres o esclavas.
Conclusiones
El mayor precio de las esclavas pese a su mayor oferta se debió a su explotación sexual y al carácter “doméstico” de la esclavitud granadina, En el caso de la población esclavizada de origen morisco y berberisco hay que tener también en cuenta los decretos de expulsión de los esclavos varones y la importancia de la “docilidad” teniendo en cuenta la reciente rebelión y el problema de los monfíes.
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Análisis de dos de las principales minorías marginadas (moriscos y esclavos) existentes en la Sierra de Segura entre los siglos XVI y XVII
INTRODUCCIÓN
Historia social
La Historia tradicional, hasta fechas recientes, había estado muy centrada en el análisis de los grandes procesos políticos, económicos y sociales que habían afectado al devenir de la Humanidad, prestando especial atención a la historia de las élites, que se suponían dirigían todos esos procesos, y marginando a la mayoría social que los sufría y cuya presión a veces los motivaba. Ello empezó a cambiar a finales del siglo XIX con la historiografía marxista y con la eclosión de la Historia Social, representada a principios del siglo XX por la llamada “Escuela de Annales”, gracias a la cual la historia del común de la población, y, dentro de ella, de los grupos marginales empezó a ser considerada como algo digno de ser historiado y, de hecho, en centro de atención historiográfica preferente.
Sierra de Segura
En esta ocasión, pretendo aportar noticias sobre dos grupos marginales presentes en los siglos XVI y XVII en la Sierra de Segura: moriscos y esclavos. Para ello, utilizo algunas referencias bibliográficas y el análisis del libro 1 de Bautismos de la parroquia de Santiago de la Espada, que abarca de 1589 a 1639, aunque los datos anteriores a 1615 son bastante fragmentarios.
Marginalidad
En cuanto al concepto de marginalidad a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna, hay que tener en cuenta que el surgimiento de los Estados-Nación en esa época, junto con el desarrollo del capitalismo y los descubrimientos geográficos, supusieron el desarrollo cada vez más fuerte de discursos de la diferencia, que en el caso de España empezaban a marcar claramente la diferencia entre el español y el elemento alógeno. Los elementos que podían significar que un determinado grupo acabara considerándose como al margen de la sociedad de la época eran muy variados, destacando la etnia, la religión o la situación socioeconómica (RUIZ, pp. 105-129).
Dentro de los variados grupos marginales de la época moderna peninsular, destacaron básicamente dos: los moriscos, marginados por sus características étnico-religiosas, y los esclavos, por las socioeconómicas, aunque con un origen igualmente étnico-religioso.
MORISCOS
Reconquista
El proceso de “reconquista” llevado a cabo por los reino cristianos a costa del Al-Andalus musulmán supuso que numerosas comunidades islámicas quedaran dentro de aquellos, pasando así al estatus mudéjar, que les permitió mantener sus leyes, religión, propiedades y costumbres. Este fue también el caso de la Encomienda de la Orden de Santiago de Segura de la Sierra, en la que la conquista castellana desarrollada a principios del siglo XIII supuso el mantenimiento de numerosas aldeas mudéjares dependientes de la villa de Segura y de las aldeas cristianas de ella dependientes. Sin embargo, la emigración hacia el último reino peninsular existente, el de Granada, y el fracasado intento de sublevación de 1264 determinó la desaparición de estas aldeas mudéjares en la zona que nos ocupa (RODRÍGUEZ LLOPIS, pp. 49-59).
Moriscos del reino de Granada
El último reino musulmán en ser ocupado fue el de Granada, conquista que culminó en 1492, año en el que los Reyes Católicos inician su política de uniformización religiosa con la conversión o expulsión de los judíos. Tal política terminó por afectar también a los mudéjares castellanos, obligados a la conversión en 1500-1502. De este modo la población mudéjar pasa al estatus morisco, es decir, se convertían de derecho en cristianos pero de hecho seguían marginados por su origen musulmán, lo que explica hechos como la fiscalidad diferencial a que fueron sometidos. Por otra parte, la conversión obligatoria y en masa determinó que los ahora moriscos siguieran manteniendo gran parte de sus creencias religiosas musulmanas, estrechamente unidas a sus prácticas culturales, dando lugar al llamado criptoislamismo: cristianos en lo exterior que en el ámbito privado seguían manteniendo sus prácticas ancestrales. Frente a ello, las autoridades civiles y religiosas castellanas pusieron en marcha una política cada vez más intensa de aculturación, lo que unido a la cada vez mayor presión socioeconómica a que eran sometidos, determinaron el estallido de la rebelión morisca en el reino de Granada entre 1568 y 1571. Una de sus consecuencias fue la expulsión de los moriscos granadinos a otros reinos castellanos, entre ellos los de Murcia y Jaén (para el tema morisco véase DOMINGUEZ ORTIZ y VINCENT, in extenso).
Moriscos en la Sierra de Segura
Es ahora cuando el problema morisco vuelve a afectar a la Sierra de Segura. En principio parece que no se asentaron ningunos moriscos expulsados en esta zona, ya que en el registro de 1581 no se citan, constando tan solo el asentamiento en zonas cercanas como Villanueva del Arzobispo con 116 moriscos, Villacarrillo con 74, Sorihuela del Guadalimar con 36, Iznatoraf con 54 y Hellín con 144 (LAPEYRE, p. 150 y 154). Sin embargo, en 1610 ya hay registradas 74 personas de origen morisco en Segura de la Sierra, lo que coincide con el acusado descenso de los moriscos presentes en algunas localidades de su contorno, lo que mostraría un fuerte movimiento emigratorio hacia la Sierra de Segura, zona en expansión socioeconómica y demográfica en el siglo XVI. Así, para entonces en Villanueva del Arzobispo había 58 moriscos y en Sorihuela del Guadalimar 12 (LAPEYRE, p. 180)
Las 74 personas asentadas en Segura de la Sierra, no sólo lo hacían en esta localidad, sino también en las villas y aldeas de ella dependientes. Este era el caso de Santiago de la Espada, entonces Puebla de Santiago, en la que a través del análisis de sus registros parroquiales hemos localizado a una de estas familias moriscas. Se trata de la formada por Diego Martínez y María Rodríguez, que en 1590 bautizaron a su hijo Diego y en 1593 a su hija Ysabel (ARCHIVO PARROQUIAL DE SANTIAGO DE LA ESPADA, Libro 1º de Bautismos, partidas de 8/11/1590 y 8/10/1593).
La expulsión de los moriscos
Finalmente, la población morisca fue expulsada de la península a partir de 1609 por Felipe III, justificando la medida en la inasimilidad del colectivo a la cristiandad y el peligro que suponía mantener en el reino a una población que era aliada potencial de los enemigos berberiscos y turcos de la misma. La expulsión de los moriscos andaluces y murcianos fue decretada en enero de 1610 pero se encontró desde el principio con la oposición no sólo de los moriscos sino también de las élites castellanas que estaban interesadas en mantener esa mano de obra. Esto hizo que los comisarios de la expulsión tuvieran muchas dificultades para llevar a cabo su cometido, como fue el caso del licenciado Toledano, encargado de reunir para su expulsión a los moriscos de Segura de la Sierra y su distrito, que incluía a las villas de Yeste, Hornos, Siles, Albanchez y Santiago de la Espada. Así, en carta dirigida al marqués de San Germán, dirigente de las tareas de expulsión, el 8 de febrero de 1610 desde Segura de la Sierra, reconocía que por entonces aún no había conseguido reunir las 24 familias y 75 personas que conformaban la población morisca de su demarcación, solicitando ayuda (LOMÁS CORTÉS, p. 280). De hecho, según informe del conde de Salazar de enero de 1611 todavía quedaban en el partido de Segura de la Sierra 32 casas de moriscos, ya que “yendo marchándose para Cartagena los embargó el Vicario general de Yeste diziendo que tenían todos presentados ynformaçiones de buenos cristianos” (LAPEYRE, p. 282), informaciones estas que fueron una de las estrategias moriscas para evitar la expulsión.
Desconozco si al final lograron permanecer en España o no, lo cierto es que en los registros parroquiales de Santiago de la Espada ya no consta la existencia de ningún morisco en la localidad.
ESCLAVOS
La esclavitud en la España moderna
La esclavitud era una de las situaciones de marginación más extrema, ya que suponía la pérdida de la consideración de persona para pasar a la de animal o cosa objeto de propiedad privada. Desde inicios de la Edad Media dos eran básicamente las causas para que una persona se convirtiera en esclava: nacer de madre esclava, ya que la esclavitud se heredaba matrilinealmente, o haber sido capturado en una guerra, perdonándole la vida a los prisioneros a cambio de su esclavitud, situación esta última reservada para los infieles ajenos al cristianismo.
La esclavitud había pervivido en la Península Ibérica a lo largo de la Edad Media gracias al enfrentamiento con los musulmanes en la “reconquista”, durante la cual numerosos vencidos fueron sometidos a esclavitud. Sin embargo, el máximo auge de la institución en Castilla se alcanzó en el siglo XVI y primera mitad del siglo XVII, ya que la “reconquista” continuó en el norte de África, la incorporación de Portugal a la monarquía hispánica en 1580 facilitó la entrada de esclavos negroafricanos y conflictos interiores, como la rebelión morisca granadina de 1568-1571, supusieron la entrada en esclavitud de elevados contingentes de personas. En cualquier caso, la esclavitud de la época está caracterizada por ser básicamente un fenómeno urbano y por su carácter doméstico, entendiendo por casa no solo una unidad familiar, sino también de producción, en la que las personas esclavizadas fueron ampliamente explotadas, no solo en el ámbito laboral, sino también, en el caso de las esclavas, en el sexual. Esto último supuso la existencia de numerosos abusos por parte de sus amos y su entorno, a lo que hay que añadir el mantenimiento de relaciones ilegitimas por las dificultades de acceder al matrimonio, de ahí el elevado número de nacimientos ilegítimos de madre esclava que se registran en la época (sobre la esclavitud en la Península Ibérica en la Edad Moderna una buena síntesis es la de VINCENT).
Esclavitud en la Sierra de Segura
Ya he indicado que la esclavitud fue un fenómeno básicamente urbano, lo que no quiere decir que estuvieran ausentes en el medio rural. Este es el caso de la Sierra de Segura.
Por un lado, tropas de la encomienda de Segura participaron en la represión de la rebelión morisca granadina de 1568-1571, en la que los sublevados capturados fueron sometidos a esclavitud pese a su teórico cristianismo, ya que se consideraba que habían apostatado del mismo y habían cometido delito de “lesa majestad” contra Dios y el rey. Así, encontramos a dos vecinos de Segura de la Sierra participando en el mercado esclavista de Guadix vendiendo sus capturas en la guerra. Este fue el caso de Luis Márquez, vecino de Segura de la Sierra y sargento de la compañía de Cristóbal de Ezpeleta del Tercio de don Lope de Figueroa, que entre abril y mayo de 1571 vendió en Guadix tres esclavas morisca llamadas Ángela de 30 años, Leonor de 20 y Ángela de 24 por un total de 85’5 ducados, y también el de Juan Rodríguez, vecino de la misma localidad serrana, que en mayo de ese año vendió, en unión de un vecino de Algarrobilla, un esclavo morisco de 14 años llamado Alonso por 30 ducados (GARRIDO GARCÍA, pp. 595, 599 y 608).
Seguramente, algunos esclavos moriscos acabaron siendo traídos a la Sierra de Segura por los vecinos de la zona que actuaron en la guerra. En cualquier caso, en los registros parroquiales de bautismo de Santiago de la Espada de finales del siglo XVI no hay ninguna partida referente a personas esclavizadas. Hay que tener en cuenta que el número de personas esclavizadas de origen morisco descendió de manera acusada a finales del siglo XVI por las frecuentes liberaciones gracias a la solidaridad familiar morisca y a una dinámica natural regresiva.
No sucede así en el siglo XVII. En Santiago de la Espada se registran entre 1615 y 1638 siete bautismos de personas esclavizadas, lo que supone el 0’8 % del total de bautismos del periodo, que asciende a 878 (ARCHIVO PARROQUIAL DE SANTIAGO DE LA ESPADA, Libro 1º de Bautismos). Nada podemos decir acerca de su origen o etnia, ya que las fuentes no los citan, aunque en todo caso destaca el hecho de que en todos los casos menos en uno se trata de hijos ilegítimos de madre esclava, producto de la explotación sexual a que ya hemos aludido. Entre los propietarios, generalmente pertenecientes a las élites, destaca el regidor Diego Pérez. Las partidas son las siguientes:
12/4/1618: bautismo de Juan, hijo de Madalena, esclava de Diego Pérez.
24/8/1620: bautismo de María, hija de Ana, esclava de Fernando Martínez.
19/3/1622: bautismo de Francisco, esclavo de Diego Pérez.
9/10/1627: bautismo de Francisco, hijo de Madalena, esclava de Diego Pérez Bellón.
14/3/1631: bautismo de Gregoria, hija de Beatriz, esclava de Bartolomé Sánchez.
16/7/1634: bautismo de Juan, hijo de Ysabel, esclava, fueron sus compadres Francisco Martínez, regidor, y su mujer Mari González.
7/11/1638: bautismo de Juan, hijo de María de la Cruz, esclava, y de padre desconocido.
BIBLIOGRAFÍA
DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio y VINCENT, Bernard: Historia de los moriscos. Vida y tragedia de una minoría. Madrid: Revista de Occidente, 1979.
GARRIDO GARCÍA, Carlos Javier: La esclavitud en el reino de Granada en el último tercio del siglo XVI. El caso de Guadix y su Tierra. Tesis doctoral. Granada: Universidad de Granada, 2012.
LAPEYRE, Henri: Geografía de la España morisca. Valencia: Universidades de Valencia, Zaragoza y Granada, 2009 (1ª edición en francés, 1959).
LOMAS CORTES, Manuel: El proceso de expulsión de los moriscos de España (1609-1614). Valencia: Universidades de Valencia, Zaragoza y Granada, 2016 (1ª edición, 2011).
RODRÍGUEZ LLOPIS, Miguel: Señoríos y feudalismo en el reino de Murcia. Los dominios de la Orden de Santiago entre 1440 y 1515. Murcia: Universidad de Murcia, 1986.
RUIZ, Teófilo F.: Historia social de España, 1400-1600. Barcelona: Crítica, 2002.
VINCENT, Bernard: “La esclavitud en el Mediterráneo occidental (siglos XV-XVIII)”, en MARTÍNEZ TORRES, José Antonio (coord.): Circulación e intercambios comerciales en el Mediterráneo y en el Atlántico (siglos XVI, XVII, XVIII). Madrid: CSIC, 2008, pp. 39-64.
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Morisco slavery, written by Carlos Javier Garrido García
I defended my PhD thesis named «Slavery in the kingdom of Granada in the last third of 16th century: the case of Guadix and its land», on 12nd January 2012, in the University of Granada. Directed by Manuel Barrios Aguilera, I obtained a distinction grade cum laude. Below, I will explain a small overview of the PhD thesis and I will provide the web links to consult the fully text.
The slavery in early modern Spain
The slavery, which had its golden epoch in Roman Empire to the point of configuring a society in which the economy depended principally on the slaves’ works, experienced a general setback in Middle Ages, slavery maintained its importance just in Italian and Iberian Peninsula, mainly, thanks to the conflicts with Islam in the slavery core and North Africa which provoked that many people were forced to enslave because of their religious belief.
In the case of Iberian Peninsula, the slavery was reinforced at the end of Middle Ages and at the beginning of the Modern Age, on the one hand, by Portuguese discoveries in the coast of Africa, which generated a new source of people who were enslaved, an occurrence known as the black slave trade and, on the other hand, because of the end of Reconquest, the conquest of Granada kingdom and the immediate expansion of the Castilian people to Africa.
The slavery achieved a remarkable importance in Portugal as well as in the south and Mediterranean areas of the kingdom of Castille and Aragon, although, in this case, slavery did not achieve to configure a society made up of slaves as it happened in Antiquity. In the case of Castille, the slavery phenomenon will achieve its paroxysm in the last third of 16th century, on the one hand, thanks to the inclusion of Hispanic Monarchy of the kingdom of Portugal, which favoured the supplying of dark-skinned african slaves and on the other hand, thanks to Islam confrontations happened in the Mediterranean Sea, such as north-african prisoners, mainly in Melilla and Oran, as well as in the Peninsule, as a consequence of the morisco rebellion from Granada in 1568-1571
The uprising of Morisco people from Granada: the slavery
At Christmas in 1568, the uprising of Morisco people from Granada kingdom was originally initiated in Las Alpujarras, and it will be spread to the different towns from that area in the following two years. This uprising, which was the result to the extent of the more and more intense economic exploitation of the minority that old Christian carried out, and it was also due to the sharpening of the pressure exerted on people to become cristianized, it means that, the uprising was an obvious verification of the total failure in integrated politics that were carried out by the Crown since their forced speeches in 1500. An immediate consequence was, on the one hand, the murder of old Christian, in the side of Morisco people, especially ecclesiastics and desecration of churches; and on the side of old Christians the consequence was Morisco enslavement, most of all in their non-belligerent sector, women and children.
These enslavements and its immediate insertion in the market produced a strong debate in high stages of politicians and ecclesiastics proceedings of the Crown. In fact, forcing people to become in slaves in case of a war was a measure that was imposed for those infidel people and de iure,moriscos were Christian since year 1500. However, in March of the year 1569, the monarch made an important decision after consulting his theologians, morisco population could be enslaved if they commit an offense of divine or human lese majeste, that is, revolting against the Crown and God, in this last sense, it means that they had always faked their Christianism belief. The only limitation was to take the norm that boys under 10 years and a half and girls under 9 years and a half wouldn’t be considered as slaves but they would be part of the old Christian administration so that they could be educated in faith and Castilian culture, so they would be free from any link when they are 20 years old.
Morisco slaves: quantifying and evolution
It has been estimated that over 25.000 morisco people were enslaved during the war. Nevertheless, in recent investigations it has been demonstrated that most of those people were exported out the kingdom. This fact, in addition to the numerous liberations and a high mortality rate, would explain that there were few morisco slaves left in the kingdom of Granada, as well as in the different kingdoms from the Crown at the end of 16th century. Once that these people were released after having been subdued to slavery, they would suffer the consequences of both expulsions in the kingdom of Granada between 1570 and 1584 and the general expulsion in 1609-1614. In fact, some Moriscos who stayed in the kingdom suffered what was considerated as a main objective of the slavery by Professor Phillips: the incorporation of a population which was strange at the beginning so it was introducing in the society through a violent action. It could be considered that the enslavement during the uprising was the last attempt of introducing in Granada a population that had resisted to be slaves for almost 70 years so that, when the war broke out, Castilian people changed their mind and thought the kingdom of Granada and its population were still related to Islam religion so, it was a piece of land to be conquered.
Morisco slavery is considered a source of capitalization to repopulate Granada
On the other hand, the kingdom of Granada became in a seat for an important market of slaves, it was the result of the enslavement, which generated a lot of profits, made during the war in Granada kingdom. It was essential for later reconstruction of the area andto consolidate elites for the new society that was repopulated since the profits of the market had an impact on a part of the population of kingdom that was established because of the first repopulation at the end of 15th century.
The slaves market in Guadix
One of the main centres of this market was Guadix, since it was one of the main cities in Granada Kingdom, a seat of a jurisdiction of a corregidor that was extended along the east part of the kingdom and it was also one of the four episcopal seats that was founded in the same place after Castilians conquest. Besides, this market had an important function during the war in the rearguard of castilian military operations, as well as its proximity with the place where they fought, what provoked a high incidence rate of moorish slavery in the city.
Chapters in this thesis
Methodology and sources
In first chapter, I broach the methodology I have adopted and the sources that have been used in the process, which include a wide variety, such as notarial, parochial, judicial, inquisitorial, civil administration and investigation files sources.
Historic framework
In second chapter, I analyse the historic framework in which the slavery is going to be developed in Guadix and its Land in the last third of 16th century. Thus, I broach the historical evolution between 1489, when the area was conquered by Catholic Kings, and 1630, when historiography considered the repopulation of the kingdom was concluded, after morisco expulsion. In addition, firstly, I study the slavery in that area before 1568 to understand morisco slavery in its historical background, so, it’s necessary to consider the attitude of morisco people in the presence of slavery and the checking of slaves’ presence in the city through parochial sources.
Secondly, it must be taken the development of morisco revolution in 1568-1571 in Guadix and its land as an essential point to understand massive enslavements that were produced at that time and how the old Christian society, which was really affected by this conflict and the following expulsion of the extended morisco population, could face that situation.
The debate about moriscos enslavement and the control of enslaved population
In third chapter, I analyse the debate and control which was made because of the spoils of war that were obtained during the morisco uprising. I start analysing the debate about morisco slavery who were arrested during the war until it was taken a real final decision in March 1569, when it was penalized adults enslavement and how unfulfillment of expulsion public announcements was another consequence to the beginning of slavery, however, this fact was less extended than the other consequence of having stirred up against the Crown and having apostatized the Christian religion.
Following that, I try to approximate to the high volume of people who were enslaved in Guadix during the morisco uprising, using either the Mármol Carvajal chronicle and registers which the jurisdiction of the corregidor from Guadix carries through to control and distribute it. In fact, the arrest of morisco population during the conflict was the beginning of a process controlled by civil and military authorities which started with the arrests register, which was trusted to third persons, and finally, its distribution.
Evolution and distribution of slaved population in Guadix and its Land
In fourth chapter, I analyse the evolution and distribution of slaved population in Guadix and its Land in the last third part of 16th century. The arrests during the morisco uprising were many in the area, added to the redistributing nature of Guadix during the war since the city was used as rearguard zone by christian troops. However, as it occurred in the rest of Spain, the volume of morisco slaves was decreasing constantly.
And with Guadix and its Land, I verify how this reduction of morisco slaves was possible thanks to overseas exportation, expulsion decrees of male morisco slaves, problems which ecclesiastical authorities set out to the ecclesiastic and single ignorant possession of women slaves in their reproductive years, many liberations and a natural dynamic that was clearly regressive. In that way, census datum from 1580 are very clarifying to this drop of morisco slaves which continues until the end of the century.
In addition, I study in this chapter the evolution and distribution of slaved population in Guadix and its Land between 1569 and 1599 through the analysis of parochial sources, so it is confirmed that the phenomenon is predominantly concentrated in the Sagrario parish, in which civil and religious elite of the city was settled, whereas in those parishes in which middle class (Santiago and San Miguel), lower class settled in the new caves neighbourhood (Santa María Magdalena) and new inhabitants who replace morisco population (Santa Ana) predominated, the number of people was much lower, as in the rural areas which were analysed such as Gor, Huéneja and Alquife, are the only towns in the area that preserve parochial registers from the period mentioned.
The functioning of slave market in Guadix
The fifth chapter is about the functioning of slave market in Guadix between 1569 and 1578 through the buying and selling study. Once this evolution is analysed, I study market items, slaved people, per their volume, ethnicity, gender, age, origin, names and surnames, as well as actors in the market, such as sellers, buyers and owners. Furthermore, I add an analysis of prices about its volume, evolution, variation per gender, age, ethnicity of slaves and taxation system.
Slavery life
In sixth chapter, I write about slavery life, studying life conditions of enslaved people, which were determined by marginalized society and lord treatment; their emotional life and reproductive ability were determined by sexual exploitation suffered by women slaves and by the cohabitation predominance opposite to matrimony: their piousness, which was very joined to syncretism phenomenon, witchcraft and magic, and «criptoislamismo», it means that morisco people didn’t use to show their real religious belief in public; and, finally, their labor exploitation, that is the slavery used as a way of ostentation, it was a productive factor with economical profitability and a change instrument.
Freedom access and freed slave population
In seventh chapter, I write about the analysis of freedom access and freed slave population. I start with an analysis of the procedures to freedom access of slaves, then I continue with the study of the letters of «ahorría» (a person gets their freedom after the condition of slave) which were consented in Guadix between 1569 and 1578 and judicial access for freedom to morisco population who were illegally enslaved due to the fact of being minors or moorish who had never stirred up. Finally, I analyse the destiny of freed slaved population, which was very troubled by their slave past and racial and religious prejudices which were predominant at that epoch about racial purity.
Consequences of morisco slavery
In eighth and last chapter, to sum up, I set out some demographic and social hypothesis about the consequences of morisco slavery in Guadix and its Land, stressing on the importance of this phenomenon to understand the reinforcement of urban elites in Granada kingdom and the appearance of rural elites in repopulating areas.
«La esclavitud en Guadix»: ficha nº 23 de la serie «Conocer Guadix y comarca» publicada por la Fundación Pintor Julio Visconti, por Carlos Javier Garrido García.
Orígenes
La esclavitud es el sometimiento total de una persona a otra, perdiendo su condición jurídica como tal y pasando a convertirse en una propiedad de esta última. Sus orígenes eran básicamente tres: la autoventa por deudas, la captura por el enemigo en la guerra, cuyo captor le perdonaba a cambio la vida, y el nacimiento de madre esclava. La esclavitud vivió su periodo de máximo esplendor en Europa en la Edad Antigua, entrando en crisis en la Media.
Sin embargo, en los reinos meridionales, como fue el caso de los de la Península Ibérica, el enfrentamiento contra el Islam provocó que la institución perdurara, abastecida por prisioneros de guerra a los que se considera susceptibles de ser esclavizados por su condición de infieles.
El inicio de la Edad Moderna trajo aparejado un nuevo auge de la esclavitud en Europa, gracias a las fuentes de aprovisionamiento africanas: en el norte musulmán por el estado de guerra permanente y en el centro y sur negroafricano por los comerciantes portugueses y musulmanes.
En el caso de Castilla se añadió una fuente suplementaria con la población morisca sublevada en el reino de Granada entre 1568-1571 que, pese a su teórica condición cristiana desde 1500-1502, fueron sometidos a esclavitud.
La esclavitud en Guadix en época mudéjar-morisca
Durante la época mudéjar (1490-1500) y morisca (1500-1568), la esclavitud en Guadix tuvo poca importancia debido a la rendición mediante capitulaciones de la ciudad y su tierra, lo que evitó que su población musulmana cayera en esa condición, a las dificultades en la repoblación con cristianos viejos y a que estos contaban con una amplia masa mudéjar a la que explotar laboralmente, por lo que la inversión en mano de obra esclava no tenía mucho sentido.
En cuanto a la población de origen musulmán, también contaba con esclavos, aunque su sometimiento socioeconómico a los castellanos y las prohibiciones de que los poseyeran dictadas por la Corona a partir de 1526 limitaron también su número. Esta situación cambió radicalmente a raíz de la rebelión morisca iniciada en la navidad de 1568.
La rebelión de los moriscos
Guadix se convirtió en uno de los principales mercados de esclavos moriscos a raíz de la rebelión debido a su cercanía con el teatro principal de los enfrentamientos (Alpujarra, marquesado del Cenete) y a que a partir de 1569 es uno de los principales centros de la retaguardia castellana. En este último año ya hay registradas en la ciudad más de 1.000 personas esclavizadas y durante toda la guerra en acciones de saqueo llevadas a cabo desde ella se capturan a unas 6.000. Su gran mayoría eran mujeres y niños, estos últimos excluidos de la esclavitud y sometiéndolos a la administración temporal de un cristianos viejo hasta cumplir los 20 años de edad.
En el Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Guadix se conservan escrituras de compraventa de 1.363 personas esclavizadas datadas entre 1569 y 1571, casi todas ellas de origen morisco. En este activo mercado esclavista los miembros de las unidades militares vendían sus capturas en la guerra a vecinos de la ciudad, que los revendían a su vez a mercaderes que acudían a la ciudad buscando una reventa posterior en otros mercados en los que los precios fueran más altos. La esclavitud en Guadix fue, por tanto, una fuente de ingresos clave en una sociedad marcada por la guerra y la pérdida de su mayoritaria población morisca.
Evolución posterior
La gran masa de personas esclavizadas en la ciudad se redujo de manera rápida debido a que, como ya se ha indicado, su mayor parte fue exportada a otros mercados, sobre todo valle del Guadalquivir y Murcia, con la intención de revenderlos consiguiendo un fuerte beneficio, tráfico que favoreció sobre todo a las élites de la ciudad residentes en la parroquia del Sagrario. A ello se unieron los decretos de expulsión de esclavos masculinos mayores de edad por considerarlos peligrosos (lo que aumentó el carácter femenino del colectivo), las numerosas liberaciones y un movimiento natural claramente negativo.
Así, a partir de la década de 1580 la esclavitud en Guadix se redujo considerablemente, quedando para entonces en la ciudad y su Tierra 8 esclavos, 125 esclavas y 151 menores en administración de origen morisco. Este descenso se fue compensando con personas esclavizadas de origen negroafricano y berberisco, aunque en un número muy reducido, hasta llegar a la desaparición total de la institución ya a principios del siglo XIX.
La vida en esclavitud
La población esclavizada tenía unas condiciones de vida marcadas por su condición marginal: sufrían una marginación legal que los convertía en sujetos pasivos totalmente sometidos a sus amos, que ejercían sobre ellos una fuerte explotación laboral y disciplina, llegando esta última con frecuencia a los malos tratos. En el caso de las esclavas a ello se unió su explotación sexual, explicable por la presión religiosa contrarreformista ante la cual fueron usadas como vía de escape y por el interés por unos posibles hijos que heredaban la condición esclava de su madre.
En general, la vida de la persona esclavizada estaba marcada por el aislamiento y su marginación en una sociedad en la que primaba el principio de limpieza de sangre, lo que explica sus dificultades de acceso al matrimonio y el predominio de prácticas endogámicas. En el terreno laboral las personas esclavizadas fueron explotadas predominantemente en el ámbito doméstico, entendiendo este último no solo como el domicilio del amo, sino también como una unidad de producción. Por tanto, dentro de la vivienda del amo los esclavos y esclavas ejecutaban las tareas domésticas y ayudaban en las actividades productivas de sus amos, ya fueran en la agricultura, la artesanía, el comercio, etc., existiendo, como en el caso de la población libre, una distribución por sexo de las mismas en función de la perspectiva de género predominante en la época.
El acceso a la libertad
Parte de la población esclavizada conseguía salir de la esclavitud gracias al pago de un rescate monetario, que sufragaban sus familiares o amigos o ellos mismos a través de su trabajo fuera de casa del amo, siempre con su permiso y llevándose este parte de sus ganancias. Sin embargo, la población liberta seguía sufriendo marginación legal, racial y religiosa por su origen, manteniéndose la endogamia en sus matrimonios y sus actividades laborales, ahora como criados domésticos.
En el caso de Guadix, los libertos de origen morisco, de residir con sus amos, vecinos sobre todo de la Parroquia del Sagrario, pasaron a trabajar en la misma zona como criados, pero ahora residiendo en la periferia de cuevas.
Bibliografía
ASENJO SEDANO, Carlos: Sociedad y esclavitud en el reino de Granada. Siglo XVI. Las tierras de Guadix y Baza. Granada: Colegio Notarial, 1997.
GARRIDO GARCÍA, Carlos Javier: La esclavitud en el reino de Granada en el último tercio del siglo XVI: el caso de Guadix y su Tierra. Tesis Doctoral. Universidad de Granada, 2012.
RUIZ PÉREZ, Ricardo: “El levantamiento morisco en tierras de señorío. El caso del Marquesado del Cenete”. Chronica Nova, 19 (1991), pp. 291-336.
Para acceder a la página web de la Fundación Pintor Julio Visconti, pulse aquí.
Extracto del artículo: Carlos Javier GARRIDO GARCÍA, La esclavitud morisca en el Reino de Granada. El caso de la villa de Fiñana (1569-1582)”. Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos (Sección Árabe-Islam), 50 (2001), pp. 107-131.
Introducción
A raíz del levantamiento de los moriscos del reino de Granada en la navidad de 1568, éste se convirtió en escenario de la principal causa de entrada en la esclavitud de la época moderna: la guerra. Así, los moriscos capturados fueron objeto de esclavización por sus captores desde el primer momento, pese al vacío legal inicial existente debido a que legalmente los moriscos eran cristianos, hecho que en principio hubiera impedido su esclavización por guerra, limitada por los teóricos cristianos desde el medievo a los infieles.
En todo caso, tras una fuerte polémica y consultas a los eclesiásticos, Felipe II admitió la esclavización de los moriscos como rebeldes a su Corona y renegados del cristianismo, que nunca habían profesado sinceramente, con la sola limitación de que los varones menores de 10 años y medio y las mujeres menores de 9 años y medio no serían esclavizados, sino sujetos a administración de un castellano hasta cumplir los 20 años de edad, en que quedaría disuelto todo vínculo de dependencia.
La dureza del enfrentamiento, su extensión temporal y geográfica y la enorme presión desplegada por los castellanos, hicieron que el número de capturas fuera muy elevado, habiéndose estimado entre unas 25.000 y 30.000, lo que supuso que el Reino de Granada se convirtiera en una de las principales zonas de aprovisionamiento de mano de obra esclava de la península. También para el mismo Reino la guerra supuso la explosión del fenómeno esclavista, antes bastante limitado, aumentando hasta cotas antes desconocidas, debido a la enorme oferta y el consiguiente bajo precio.
Sin embargo, esta situación no tuvo continuidad, debido a las sucesivas órdenes de expulsión dictadas por la Corona y a la exportación en busca de un mayor beneficio y fomentada por las prohibiciones, de las personas esclavizadas a otras zonas peninsulares, en especial a la Baja Andalucía.
El fenómeno de la esclavitud morisca en el Reino de Granada ha sido ya objeto de un buen número de estudios, desde que el profesor Cabrillana iniciara en los 70 esta vía investigadora con sus estudios sobre el fenómeno en Almería. Con posterioridad, se han ido sumando otra serie de obras de distinto valor, grado de profundización y extensión temporal, dedicadas a los casos de Málaga, Almería, Guadix, Huéscar y Granada.
Objetivo y fuentes
En este artículo nos vamos a ocupar del fenómeno en el caso de la villa de Fiñana y su tierra, una zona rural duramente afectada por la guerra y que ocupará un papel secundario en el mercado esclavista. Hemos dividido el estudio en 4 partes, analizando en la primera la evolución histórica de la zona desde su conquista en 1489 hasta la rebelión de 1568. Pasamos después al análisis de la rebelión en la zona y de la participación de sus vecinos en el mercado esclavista de Guadix durante el periodo bélico, ya que en esa ciudad se refugiaron la mayor parte de los mismos.
En el siguiente capítulo analizaremos el nacimiento del mercado de esclavos moriscos en Fiñana a raíz del final de la guerra y el retorno de los refugiados, extendiendo nuestro análisis hasta la década de 1580 para poder valorar el grado de continuidad del fenómeno.
Como fuentes hemos utilizado los protocolos notariales, tanto de Guadix para el período bélico, como de Fiñana para la época posterior (escribanía de Francisco de Ortega), limitándonos en ellos al análisis de escrituras de horro y compraventa.
La villa de Fiñana y su Tierra en época mudéjar-morisca: orígenes socioeconómicos de la rebelión
La conquista castellana
La villa de Fiñana y los lugares de Abla y Abrucena pasaron a manos castellanas en diciembre de 1489 en el marco de la política de capitulaciones que tras el final del sitio de Baza posibilitó la caída del reino del Zagal a cambio del establecimiento del estatus mudéjar para sus habitantes, que mantenían así sus propiedades, justicia y religión. En todo caso, según el profesor Espinar Moreno, en el caso que nos ocupa la rendición no fue pacífica, produciéndose enfrentamientos con las tropas cristianas.
Sin embargo, esas escaramuzas no sirvieron para que no se siguiera la tónica general de las capitulaciones en la zona, índice claro de su poca importancia. En este caso, como en el resto de las localidades entregadas por capitulación, tuvieron un papel muy destacado las élites musulmanas locales, que pasarán ahora al campo del colaboracionismo, a cambio de lo cual recibirán mercedes de los castellanos ya desde el mismo momento de las capitulaciones.
La sublevación de 1490
Esta actuación de las élites musulmanas produjo la insatisfacción de la población, que las acusaba de haberse vendido a los castellanos a cambio de compensaciones particulares de carácter económico. Este hecho, unido a la resistencia de Boabdil, hizo que la población musulmana antes obediente al Zagal comenzara a conspirar contra los castellanos. En el caso de Fiñana, el levantamiento se produjo en julio-agosto de 1490 y se vio fomentado por la proximidad de las tropas de Boabdil que actuaban en las Tahas de Andarax, Marchena y Alboloduy, alcanzando un grado especialmente virulento. Los mudéjares se enfrentaron a la guarnición castellana de la fortaleza, que, auxiliada por las tropas de don Diego López Pacheco, acabó sofocando la revuelta.
La represión posterior determinó para los mudéjares de la villa la pérdida de su libertad y de sus bienes, al mismo tiempo que el rey Fernando como medida preventiva ordenaba evacuar la población mudéjar de Baza, Almería, Guadix, Almuñécar y las demás poblaciones fortificadas, entre ellas Fiñana. Tras ello comenzaron las pesquisas reales acerca de las responsabilidades de la población en la insurrección, nombrándose para ello al licenciado Romero el 20 de diciembre de 1490.
El repartimiento de Fiñana
Sus conclusiones debieron ser favorables para parte de los mudéjares, ya que el 29 de septiembre de 1492 los Reyes Católicos ordenan al corregidor de Granada y al secretario real Fernando de Zafra que comenzaran a repartir los bienes de Fiñana entre los mudéjares que desearan volver a sus hogares, reservando 60 vecindades para los castellanos que habían de encargarse de guarecer la fortaleza, a cuyo mando se puso a don Álvaro de Bazán.
Así comenzaba el proceso repoblador de la villa, fruto del cual fue la configuración de una población mixta castellano-mudéjar, al contrario que en las localidades de Abla y Abrucena, donde gracias a su mantenimiento de la lealtad para con los castellanos consiguieron mantenerse en el status definido en las capitulaciones. Sin embargo, la repoblación no estuvo exenta de dificultades, debidas como en el resto de la zona al exceso de mercedes reales y, en el caso particular de Fiñana, por tener que asentar también a un buen número de mudéjares. Así, la caótica situación del reparto obligó a su reforma e inspección por Diego Fernández de Iranzo en 1495.
Las conversiones
El status mudéjar de la población musulmana de la zona, tanto de la asentada en la repoblada Fiñana como en Abla y Abrucena, fue cada vez más puesto en entredicho por los castellanos, hasta que en 1499 su reiterado incumplimiento por parte de los mismos provoque la sublevación de parte del Reino y, con ello, su conversión al cristianismo, pasando por tanto al status morisco. Se iniciará así una nueva época para el Reino y para la zona que nos ocupa, determinada por una represión dispar según la época sobre los nuevos cristianos de cara a conseguir su conversión sincera y por el asentamiento definitivo de las autoridades civiles y eclesiásticas castellanas, que serán las encargadas de llevar a cabo esa represión sobre la mayoritaria población morisca.
Organización civil y eclesiástica
Por lo que respecta a la organización civil, en Fiñana se establecerá un concejo dominado por los castellanos, aunque con participación como intermediarios de la población morisca de las élites colaboracionistas, en especial de la familia Bazán.
Este concejo tendría como director al corregidor de Guadix, lo que llevará a importantes problemas jurisdiccionales con el Concejo accitano por temas jurisdiccionales, y extendería su jurisdicción sobre las localidades de Abla y Abrucena, donde los moriscos mantendrán cierto nivel de autonomía, concretada en la figura de los alguaciles, cargos que por lo general recaerán en colaboracionistas.
Por lo que respecta a la organización eclesiástica, ya con la repoblación de 1492 se estableció una iglesia en Fiñana para el servicio de los repobladores en el edificio antes ocupado por la mezquita principal de la villa, cuyas propiedades, además de 4 casas y 3 cármenes, pasarían a la Iglesia y a sus beneficiados y sacristanes, perteneciendo jurisdiccionalmente desde 1493 a la Diócesis de Guadix.
En todo caso, la estructuración eclesiástica de la zona vendrá de la mano de las conversiones mudéjares y de la consiguiente Bula de Erección de Beneficios y Sacristías del Obispado de Guadix de 1505. Por la misma se establecían en la Iglesia Parroquial de Santa María y su anexa Iglesia de Santiago, ambas de Fiñana, 3 beneficios y 2 sacristías, en la Parroquial de Santa María de Abla 2 beneficios y 1 sacristía y, finalmente, en la Parroquial de Santa María de Abrucena 1 beneficio y 1 sacristía. Para el mantenimiento de las Iglesias y de los eclesiásticos a ellas adscritos se les cedieron, además de parte de los diezmos, los bienes habices antes pertenecientes a las mezquitas.
La presión aculturadora y socioeconómica
La represión desplegada por las autoridades castellanas sobre las manifestaciones religiosas y culturales de los moriscos, intensificada en la zona desde el Sínodo de Guadix de 1554 y a nivel de todo el Reino desde 1565-66 se ha considerado siempre como la principal razón de las tensiones entre las comunidades castellana y morisca. Ello, siendo cierto, ha escondido las tensiones económicas entre ambas comunidades, tensiones que también coadyuvaron, y en un grado nada despreciable, a la rebelión morisca de la navidad de 1568.
Ya el profesor Garrad llamó la atención sobre la crisis de la industria sedera del Reino y los profesores Vincent y Domínguez Ortiz sobre la revisión de los títulos de propiedad de los moriscos desde 1559 por el doctor Santiago. Por nuestra parte, en otras ocasiones ya hemos puesto de manifiesto la oposición existente en las zonas repobladas por castellanos entre unas élites castellanas con amplias propiedades rústicas y una población morisca que las cultivaba en unas condiciones cada vez peores dado el aumento demográfico de la época y la tendencia por parte de los castellanos a acaparar arrendamientos y censos para desarrollar prácticas de subarriendo a los moriscos. Pero este fenómeno no se verá limitado tan sólo a las zonas repobladas sino también a su interland morisco, en el cual los castellanos, bien los pocos residentes en las localidades moriscas (sobre todo los eclesiásticos) o bien los procedentes de las localidades repobladas, tenderán también a la acumulación de propiedades y formas de explotación en perjuicio de los moriscos.
Fiñana y su Tierra en 1568 según el apeo
Todo ello vamos a poder comprobarlo para la zona que nos ocupa gracias al Libro de Apeo de Guadix, Marquesado del Cenete y Fiñana que, realizado en 1571 para la repoblación tras la expulsión de los moriscos, nos ofrece los datos sobre población y propiedades de la zona en vísperas de la rebelión, por tanto en la fase final del proceso.
En las tres localidades de la zona había un total 589 casas para igual número de vecinos, de los que la mayoría (468 vecinos, 79.5 %) correspondían a moriscos, mientras que los castellanos suponían un contingente importante sólo en la repoblada Fiñana, donde se asentaban 100 vecinos castellanos, el 40 % de su población total. Frente a su menor valor demográfico, los castellanos desarrollarán un fuerte movimiento de acumulación de propiedades.
Así, poseerán el 63.6 % de los hornos de pan, el 50 % de los molinos de aceite, el 30 % de las tierras de regadío, el 67.6 % de las de secano, el 42.7 % de las viñas y el 58.5 % de la seda. Sólo en los casos de los molinos de pan, las huertas y el aceite los castellanos tendrán un porcentaje inferior al de su volumen demográfico, seguramente por su menor inclinación a esas actividades productivas. Además, muchas de las propiedades que en el apeo eran definidas como de moriscos estaban hipotecadas por censos en favor de castellanos (sobre todo la Iglesia y el oligarca local don Diego de Bazán) o bien eran propiedad de castellanos cedidas a los moriscos en censo perpetuo, error que será semilla de numerosos pleitos. A ello hemos de unir que la situación contraria, es decir, que los moriscos tuvieran censos o hipotecas sobre bienes de los castellanos, se califica en el apeo como inexistente.
Como vemos, la oposición entre castellanos y moriscos no se limitó a los aspectos religioso-culturales sino que los socio-económicos debieron jugar un papel crucial en el estallido de la rebelión de 1568, cuya incidencia en la zona pasamos a analizar.
La rebelión de los moriscos en Fiñana y su Tierra. La participación en el mercado esclavista de Guadix
La rebelión morisca
Favorecidos por los factores ya citados y por la cercanía con las Alpujarras y la relativa lejanía con respecto a núcleos importantes de población castellana, tales como Guadix y Almería, el día 27 de diciembre de 1568 se alzaron los moriscos de los lugares de Abla y Abrucena, animados por dos cuadrillas de monfíes enviadas por El Gorri, capitán del partido de Ohanes. Como en casi todos los lugares levantados, los moriscos “mataron los christianos que pudieron haber a las manos”, además de profanar y saquear las Iglesias.
Una vez sublevadas ambas localidades, el objetivo principal era dominar la estratégica villa de Fiñana y ocupar su fortaleza “porque sabían que no había gente de guerra dentro”, lo que cortaría la importante vía de comunicación entre Guadix y Almería. Así, mientras mujeres y niños marchaban camino de la Alpujarra, los monfíes y rebeldes tomaron camino de Fiñana con ánimo de sublevar a sus vecinos moriscos como paso previo para ocupar la fortaleza. Sin embargo, éstos se negaron a sublevarse, hecho en el que hubo de pesar bastante el mayor grado de aculturación de su población, que desde hacía casi ochenta años compartían su vida con un número casi igual de cristianos viejos.
Si bien este primer intento de sublevar la villa fue infructuoso, la situación de los castellanos se hizo cada vez más complicada, sobre todo desde que en enero de 1569 se sublevara el Marquesado del Cenete, con lo que, a la vez que acababa rodeada por los sublevados, el apoyo por parte de Guadix se vería menoscabado. En todo caso, la resistencia morisca en el Cenete acabó pronto, lo que alivió un tanto la situación, hasta que en mayo se vuelva a recrudecer la presión sobre la villa.
Tal fue el grado de inseguridad entre la población que incluso el día 12 de ese mes el beneficiado y mayordomo de la Iglesia Parroquial, Juan Díaz, comparece ante el Cabildo Municipal, diciendo “que ya a vuestras merçedes les consta quan peligrosa está la tierra a cavsa del lebantamiento de los moriscos deste Reyno y como an puesto campo sobresta villa y a cabsa desto yo e hecho fortificar la dicha Iglesia y saben vuestras merçedes que entrella y la fortaleza desta villa está el mesón y la hazera de casas que con él están pegadas, lo qual es gran padrastro y estorvo para que la dicha Iglesia, ques muy buen templo y nuevo y en que se a gastado mucha suma, no puede ser socorrida de la fortaleza con los tiros de pólvora, y por esto y por estar el dicho mesón y casas tan juntas a vn lado de la dicha Iglesia que pueden saltar desde los terrados de las dichas casas y mesón al tejado de la dicha Iglesia…”, por lo que pedía que las citadas edificaciones fueran demolidas. Tras las preceptivas informaciones de testigos, finalmente el Cabildo accedió a la petición del beneficiado el día 1 de junio, pocos días antes de que se produjera el segundo y último intento morisco de ocupar la fortaleza de Fiñana.
Las fuerzas moriscas, al mando de El Maleh, sabían de la importancia estratégica de su ocupación “por ser el paso de las escoltas que iban con bastimentos al campo del marqués de los Vélez”. Así pues, llegó El Maleh a Fiñana, sublevando a sus vecinos moriscos, que envió a la Alpujarra, y, no pudiendo ocupar la fortaleza, se cebaron, pese a los desvelos de su beneficiado, en la Iglesia y, seguramente, en el saqueo del resto de la población, tras lo cual se retiraron de nuevo a la Alpujarra. Poco después de huido El Maleh llegó el socorro castellano desde Guadix, con Francisco de Molina al mando de 800 arcabuceros y 2 estandartes de caballos, que volvieron a esa ciudad tras dejar gente de guerra en la fortaleza. Con ello se alejaba casi definitivamente el peligro de perder la fortaleza de Fiñana, más aún cuando don Juan de Austria ponga a su cargo al capitán Juan Pérez de Vargas, al mando de “una compañía de infantería y algunos caballos”.
El botín de guerra
Puede que durante todas estas acciones bélicas las milicias castellanas, bien locales o bien foráneas de refuerzo, realizaran algunas capturas de moriscos, sobre todo de varones combatientes, ya que las mujeres y los niños, como vimos, nada más realizado el levantamiento, fueron enviados a la Alpujarra. En todo caso, las capturas serían muy limitadas ya que como vimos los castellanos se limitaron a defenderse y evitaron perseguir a los moriscos en su huida. Sería posteriormente, una vez asegurada la fortaleza, cuando la milicia asentada en ella comience a efectuar un mayor número de capturas, fruto de expediciones de saqueo por la zona, como nos informa Mármol Carvajal al referir como el capitán al cargo de la fortaleza salió algunas veces de ella, haciendo “buenos efectos por aquella comarca”.
Refugiados en Guadix
En cualquier caso, durante la guerra la villa de Fiñana no se convirtió en uno de los centros del mercado esclavista, como fue el caso de localidades como Guadix, Almería o la misma capital del Reino. Ello se debió a que su cercanía con la zona rebelada y la inseguridad que crearon en la población los dos intentos de ocupación de la villa, hizo que ésta se transformara en una simple guarnición militar, refugiándose sus vecinos en otras localidades más seguras, sobre todo en Guadix.
Así, sus dos escribanos del número pasarán a residir en esa ciudad, en el caso de Francisco de Ortega nos consta su avecindamiento en la misma hasta que en 1571 retorna a ejercer su oficio en Fiñana, y en el de Alonso de León, éste conseguirá mantener su oficio aunque ejerciéndolo como de Guadix en los años 1570-1572, encontrándolo de nuevo ejerciendo la escribanía de Fiñana en 1575. A ello hemos de unir la presencia de vecinos de Fiñana en la capital diocesana como padrinos en bautismos de moriscos de la Parroquia de Santa Ana y la pérdida de la organización eclesiástica de la zona provocó que incluso a un niño morisco capturado tan sólo se le pudiera echar en Fiñana el agua bautismal, mientras que ya en Guadix “se le hizieron las solemnidades y se le puso el Sancto Olio y Chrysma”, bien fuera por la ausencia de sacerdote o porque el saqueo de la Iglesia por los moriscos había provocado la ausencia de los medios materiales necesarios para realizar la ceremonia completa.
Los vecinos de Fiñana en el mercado esclavista de Guadix
La ausencia de escribanos e incluso de población hizo que las capturas realizadas durante la guerra en Fiñana fueran trasladadas a poblaciones cercanas para su venta, como pudo ser el caso de Almería y, sobre todo, el más cercano y de ruta más segura de Guadix. A través del análisis de los protocolos notariales accitanos hemos constatado la presencia de vecinos de Fiñana, la mayoría de ellos estantes en Guadix, en su mercado esclavista entre los años 1569 y 1571, habiendo encontrado un total de 17 escrituras de compraventa y 2 de horro.
Por lo que se refiere a las escrituras de compraventa, en ellas predominan los casos en los que vecinos de Fiñana se desplazan a Guadix para vender sus capturas o que habiéndose refugiado aquí con ellas proceden a venderlas. Así, del total de compraventas en 8 ocasiones (47.1 %) el esclavo o esclava lo vende un vecino de Fiñana y lo compra otro de Guadix, y en 2 casos (11.8 %) el comprador es forastero. Sin embargo, su actividad no se limitará a la venta, sino también a la compra a forasteros/milicianos (2 casos, 11.8 %) o a accitanos (1 caso, 5.9 %), e incluso encontramos 4 casos (23.5 %) en los que tanto comprador como vendedor son vecinos de Fiñana, índice claro de la abundancia de vecinos de la misma en la ciudad, bien fueran refugiados o milicianos.
En cuanto a la evolución cronológica de las compraventas, 3 se producen en 1569, 8 en 1570 y 6 en 1571. El bajo número de 1569 se puede deber a que la mayor inseguridad de la zona en ese año evitara buena parte de los desplazamientos a la capital diocesana para la venta de las capturas. En 1570, un aumento de la seguridad y de las mismas capturas ayudaría al crecimiento del número de desplazamientos, mientras que en 1571 el número vuelve a descender, hecho explicable por la reapertura del mercado local en Fiñana, con la vuelta de uno de los escribanos (que pasa a registrar escrituras de compraventa, como veremos en el siguiente epígrafe) y de la mayoría de los refugiados.
Objeto de esas 17 escrituras de compraventa serán un total de 19 esclavos y esclavas moriscos, de los que 10 (52.6 %) son varones y 9 (47.4 %) mujeres, porcentaje por tanto favorable a los primeros a diferencia de lo que es común en el Reino. La explicación a este hecho se debe a que, como ya apuntamos, los esclavos capturados por la milicia de la villa no eran producto, como en otras zonas, del saqueo de poblaciones cercanas o de núcleos de concentración de los sublevados en las Alpujarras y la Sierra sino sobre todo de correrías por una zona despoblada de moriscos en las que eran más susceptibles de capturar varones, errantes por la zona o miembros de partidas, mientras que sus mujeres y niños estaban refugiados en las zonas ya citadas.
Esto que afirmamos queda patente si analizamos la naturaleza-vecindad-lugar de captura de los esclavos y esclavas, según lo que se cite en la fuente. Así, de Fiñana y su tierra tenemos a dos vecinos de dicha villa (uno capturado en Gérgal y otro en la Sierra), un vecino de Abla y otros 2 capturados en dicha población, y una madre y una hija naturales de Abrucena (un total por tanto de 7 esclavos y esclavas, el 36´8 % del total); del Marquesado del Cenete tenemos uno natural de Alquife y un vecino y un natural de Huéneja (3 en total, 15.8 %). El resto procederán de zonas relativamente cercanas, como uno capturado en la Sierra de Baza, otro natural de Olula (capturado en Bacares), otros tres capturados en Alboloduy (entre ellos una madre y su hijo vecinos de Andarax), otro vecino de Judeiz (Río de Almería) y, por último, uno natural de Gérgal, además de 2 casos en que su procedencia no aparece especificada.
En cuanto a la edad de los esclavos capturados, la mayoría son adultos (si nos atenemos a los márgenes de edad del decreto real sobre esclavitud), habiendo sólo dos casos de niños vendidos junto con sus progenitores y con declaración de su condición de personas libres. La edad media para los varones es de 25 años, oscilando el intervalo entre los 60 años del más anciano y los 6 del más joven, concentrándose la mayoría de los valores en los 20 años, que suman la mitad de los valores (5). Por lo que respecta a las mujeres, la edad media es de 22 años, oscilando los valores entre los 50 de la mayor y los 11 de la menor, concentrándose los mismos en sus mayoría (5) entre los 10 y 19 años.
En cuanto a la cotización de las personas esclavizadas, según la profesora Martín Casares, la enorme oferta que supuso la esclavización de buena parte de los moriscos, produjo una reducción del precio, que de cotizarse en 1566 en torno a los 100 ducados, bajará en el periodo 1569-1571 a unos 50-40 ducados de media, para luego ir ascendiendo la cotización en el periodo 1572-1580, aunque sin sobrepasar los 90 ducados. Por lo general las mujeres se cotizaban más que los hombres, estando las edades más cotizadas situadas en torno a los 20 años, coincidente con el periodo más productivo de su vida.
En el caso que nos ocupa, entre 1569 y 1571, el precio de los varones de edad entre 20 y 28 años oscila entre los 31 y 20 ducados, siendo esta edad la más cotizada. Los ancianos se valoran menos, pagándose por un esclavo de 60 años 12 ducados y por uno de 46 años 19. En cuanto a los menores, un preadolescente de 12-13 años se pagaba en 1569 por la nada despreciable suma de 25 ducados, mientras que por un niño de 10 años se pagaban 15 ducados. En cuanto a las mujeres, el intervalo de edad más cotizado es el comprendido entre los 12 y los 16 años, que alcanzan en 1570 un precio en torno a 60-70 ducados, aunque un año antes sólo alcanzaban los 15 ducados. Las de edades superiores se cotizaban menos, alcanzando en 1570 una mujer de 50 años un precio de 32 ducados, y en 1571 otra de 24 años alcanza 30 ducados.
Por lo que respecta a la actuación concreta de los vecinos de la zona, si exceptuamos los casos en que comprador y vendedor son vecinos de la misma, vemos como compran 3 esclavos, de los que 2 son varones y 1 mujer, y venden un total de 12 esclavos, de los que 6 son varones y otras tantas mujeres, incluyendo en ellas una niña libre vendida junto con su madre.
Por lo que respecta al análisis nominal de compradores-vendedores, de un total de 14 identificados, la mayoría (10, 71.4 %) actúan sólo como compradores (casos de Gabriel Gómez, vecino de Fiñana estante en Guadix, y de Juan Crespo, beneficiado de Abrucena) o sólo como vendedores (casos de Lope de Nanclares, Juan de Calvache, Juan de Zamudio, Lucas de la Torre, Luis Álvarez, el capitán Juan Pérez de Bargas -gobernador de la villa de Fiñana-, Antonio Pérez y Francisco Pérez, todos ellos vecinos de Fiñana, la mayoría estantes en Guadix -y por tanto refugiados- y que tan sólo en el caso de Luis Álvarez actúan en más de una escritura). En cuanto a los que actúan en escrituras como compradores y como vendedores, tenemos a los siguientes:
– Baltasar Sánchez compra una esclava y vende un esclavo en 1569, actuando en ambas escrituras con Pedro de Morales, teniendo ambas la misma fecha y el mismo precio, por lo que en realidad se puede hablar de un trueque. Por otra parte, este segundo vende en 1570, en compañía de Juan de Santander, una esclava.
– Juan de Santander, que como hemos apuntado arriba vende una esclava en compañía de Pedro de Morales en 1570, en ese mismo año compra dos esclavos.
– Por último, Francisco de Ortega, escribano público de Fiñana avecindado en Guadix durante la guerra, compra en 1570 un esclavo (aunque lo hace para entregarlo a Baltasar de Baeza, vecino de Úbeda, actuando por tanto como intermediario) y en ese mismo año vende una esclava.
Como vemos, la actuación de los vecinos de Fiñana y su tierra en el mercado accitano fue bastante puntual, vendiendo sus capturas o comprando algunos esclavos en el mercado con el casi seguro ánimo de revenderlos. En todo caso, una actuación más profunda en el lucrativo negocio de las compraventas por su parte no ha sido constatada en las fuentes.
Fin de la guerra: el mercado esclavista en Fiñana
Reocupación castellana de Fiñana
Aunque aún con algunos coletazos en el año 1571, la expulsión de los moriscos en noviembre de 1570 supuso el final práctico de la guerra y, con ello, el retorno a la “normalidad” de la mayor parte del Reino. Así, en el caso de Fiñana, sus vecinos empezarán a retornar de su obligado exilio accitano y las milicias locales que permanecieron en la fortaleza se reencontrarán con sus familias. Este renacer de la vida civil en la villa, unida a la puesta en marcha de la repoblación en las despobladas localidades de Abla y Abrucena exigirían también el retorno de los escribanos. De este modo, Francisco de Ortega retornará a la villa de Fiñana a ejercer su oficio en 1571, mientras que Alonso de León prefirió permanecer en Guadix al menos hasta 1572, año en el que sigue actuando como escribano público de la capital diocesana.
El mercado esclavista de Fiñana en 1571
Este renacer de la actividad económico-administrativa en Fiñana trajo aparejado también el nacimiento del mercado de personas esclavizadas de origen morisco en la misma, antes imposible por la ausencia de población y de escribanos ante quienes registrar los contratos. En 1571, y ante el escribano Francisco de Ortega, se registran un total de 12 escrituras de compraventa de moriscos, número sin duda muy limitado en comparación con otros núcleos, síntoma de un mercado sin duda raquítico por las circunstancias que llevamos expuestas.
De esas 12 escrituras, en 8 casos (66’6 %) el vendedor es vecino de Fiñana y el comprador forastero, en 2 casos (16’6 %) ocurre el caso contrario y, por último, en otros 2 casos (16’6 %) tanto comprador como vendedor son vecinos de Fiñana. Como vemos, la tendencia general es a la venta por parte de los vecinos de la villa a forasteros de sus capturas, siendo el mercado interno bastante limitado, como la adquisición de esclavos a forasteros, con la casi segura intención de revenderlos.
Fruto de estos contratos será el cambio de propiedad de un total de 16 personas esclavizadas, de las que la mayoría (10, 62’5 %) eran varones, confirmándose así la tendencia ya apuntada para el periodo bélico. En cuanto a su origen, éste seguirá ligado a zonas próximas. Así, tenemos una persona esclavizada procedente de Fiñana, dos de Alboloduy, otra de Huéneja, cuatro capturadas en Gérgal, otra en Beyres, otra en Instinción y otra en Andarax, mientras que en los 5 casos restantes desconocemos su procedencia.
En cuanto a su edad media, para los varones es de 13’5 años, oscilando los valores entre los 30 y 1 años, concentrándose la mayoría de los mismos (5) en los 12-13 años. En cuanto a la presencia de niños tenemos 2 casos, uno de tan sólo un año y otro de 5. En el caso de las mujeres, dejando aparte un caso de edad no especificada, tenemos una edad media de 21´6 años, oscilando los valores entre los 50 y los 4 años, aunque la mayoría de los valores (2) se sitúa en los 20-22 años. Tenemos tan sólo un caso de una niña, de 4 años de edad. En cuanto a los infantes de ambos sexos, se venden junto a sus madres, excepto en un caso en el que un niño de 5 años se vende en solitario, aunque con especificación de que se vendía tan sólo el derecho a su administración.
Por lo que respecta a la cotización de las personas esclavizadas, en los contratos de compraventa registrados en 1571 en Fiñana, los varones entre 12 y 16 años alcanzan precios entre 24 y 29 ducados, aunque en una ocasión alcanza los 55 ducados.
A otras edades los precios son más variados, alcanzando un esclavo de 22 años un precio de 30 ducados, mientras que uno de 30 sólo llega a 10. En cuanto a los niños, el derecho a la administración de uno de 5 años sólo llega a los 13 ducados. En cuanto a las mujeres, la edad más valorada está en torno a los 20 años, alcanzando un precio en torno a los 40 ducados. En cuanto a las mayores, su precio desciende, valorándose una esclava de 50 años en 22 ducados.
Compradores y vendedores
En cuanto al análisis de compradores y vendedores, hemos de destacar que no tenemos un sólo caso en que una misma persona actúe en más de una escritura o que aparezca en las fuentes como comprador y como vendedor de personas esclavizadas, síntoma claro de la poca importancia del mercado en la zona.
En cuanto a los vendedores, como ya citamos, la mayoría son vecinos de Fiñana que se deshacen de sus capturas, teniendo sólo dos casos de forasteros que venderán sus esclavos en la villa a vecinos de la misma: Alonso Díaz, cuadrillero de Andarax, y Francisco Rodríguez, vecino de Huelma. Por lo que respecta a los vecinos de Fiñana, hemos de destacar un caso en el que los propietarios eran marido y mujer.
En cuanto a los compradores, tan sólo tenemos a 4 vecinos de Fiñana, uno de ellos de sexo femenino, mientras que en el resto de los casos serán forasteros, que acudirán a la villa para la compra de esclavos con el ánimo de llevarlos a su tierra, para su servicio o para revenderlos allí a mayor precio. La mayoría proceden de la provincia de Jaén, constándonos la presencia de dos vecinos de esa ciudad, otros dos de Baeza y uno de Huelma. Aparte, tenemos un vecino de Guadix, otro de Granada y, por último, otro del Burgo, tierra de Ronda.
Así pues, la mayoría de los esclavos presentes en Fiñana al final de la guerra fueron “exportados” al exterior, fruto por un lado de los decretos de prohibición reales y por otro de la necesidad de numerario de una población enormemente castigada por la guerra y cuya mayoritaria emigración a Guadix y su limitada participación en las acciones de saqueo les hicieron participar poco en las capturas y, cuando lo hicieron, capturaron sobre todo a varones, sobre los cuales los decretos de expulsión gozaron de especial rigor desde 1570.
Trueques y ahorrías
Los condicionantes adversos que hemos ido citando para el mercado esclavista en Fiñana determinaron que tanta o más importancia que las compraventas tuvieran las escrituras de trueque y las ahorrías, sobre todo estas últimas dadas las facilidades que para la extorsión a los familiares de las personas esclavizadas existían. En cuanto a las primeras, hemos encontrado una enormemente sintomática de la poca cotización de las personas esclavizadas de origen morisco, debida a la saturación del mercado y a las prohibiciones reales. Así, en agosto de 1571 el capitán Francisco de Palomares, vecino de Granada, trocará a su esclavo negro de 20 años por 2 esclavos moriscos, un varón de 11 años y una mujer de 12-13 años, propiedad de Francisco de Olmos, vecino de Fiñana.
En cuanto a las ahorrías, hemos localizado en 1571 cinco casos, incluyendo en los mismos varias promesas de libertad ya que, dado el alto monto de los rescates, éstos eran abonados a plazos, remitiéndose el dueño para otorgar la carta de libertad a la finalización de los pagos. Así, en el caso de Fiñana, las ahorrías gozaron de especial importancia, frente a estudios recientes, como el de la profesora Martín Casares, en los que se afirma que las mismas eran mínimas. En el caso que nos ocupa, si sumamos ahorrías (5) y compraventas (12), las primeras suponen el 29’4 % del total, porcentaje muy alto fruto de las especiales condiciones de la zona en estudio. Así, en otras localidades como Granada las ahorrías suponen sólo el 12 % y en Guadix el porcentaje era de alrededor de un 10 %. De cualquier modo, estos últimos datos no nos deben llevar a engaño, ya que hemos de tener en cuenta que un esclavo o esclava podía ser objeto de varias compraventas, pero tan sólo de una ahorría. Por tanto, creemos que su importancia ha sido minusvalorada, siendo un medio muy utilizado como alternativa a la venta en un mercado marginal y muy saturado, ya que las posibilidades de extorsión a los familiares en los rescates podían dar un mayor beneficio.
Como pago al contado de una sola vez tenemos un sólo caso, en el que Juan de Santander, vecino de Fiñana, otorga libertad a su esclava María Haquen y a su hijo Diego de 15 años, ambos naturales de Huéneja, cuyo rescate, cifrado en 40 ducados, pagó su marido y padre García de Xativa. Sin embargo, lo normal era el pago fraccionado, como nos consta en los 4 casos restantes, en los que el alto monto de los rescates llevaba a situaciones complicadas. En el primer caso, Lázaro de la Torre, vecino de Fiñana, promete libertad a su esclava Quiteria, vecina de Abla antes de la guerra, cuando terminara de pagar los 41 ducados de su rescate, de los cuales debía 20 a pagar en agosto de 1571, actuando como fiadora la madre de la esclava, Mencía Horçoça. Sin embargo, a la madre le fue imposible pagar el rescate en la fecha determinada, retrasándose el mismo, y por tanto la concesión efectiva de la libertad, hasta abril del año siguiente.
En el tercer caso, Sebastián de Linares, vecino de Fiñana, había otorgado carta de libertad a Alonso Valençí, vecino de Alboloduy antes de la guerra y de 12 años de edad, por rescate de 55 ducados. De cualquier modo, hubo de haber problemas a la hora de su cobro efectivo, ya que tres meses después encontramos como nuevo propietario del esclavo a Diego de San Pedro, vecino de Fiñana, que le otorgará libertad después de cobrar los 26 ducados que restaban de su rescate.
El último caso de pago fraccionado corresponde a otro hijo de García de Xátiva, a quien ya vimos rescatando a su mujer y a otro hijo suyo. Si entonces pagó por ambos 40 ducados, para su hijo Jerónimo de 12 años su propietario, también Juan de Santander, exigirá 90 ducados, de los que recibió 20 de contado y los 70 restantes se deberían pagar para octubre de 1572.
Si como hemos visto la extorsión fue moneda de cambio corriente en el tema de las ahorrías, también hubo casos en que éstas se concedieron sin pedir rescate a cambio. Este es el caso de Francisco de Biedma, repoblador de Huéneja procedente de Montejícar, quien otorgará libertad a Luis, de 6 años y natural de Galera, sin pedir rescate alguno. En todo caso, tampoco podemos atribuir esta concesión exclusivamente a la bondad del propietario. Por su edad, Luis no podía haber sido legalmente esclavizado, por lo que ante el temor a perderlo el propietario seguramente optó por otorgarle la libertad con la pretensión de conservar al menos su administración.
El descenso de la población esclavizada
Fruto de las escrituras de libertad, de la venta a forasteros y del más que posible desplazamiento de vecinos de Fiñana a otros mercados para su venta (ya vimos en el epígrafe anterior como en 1571 se registran aún escrituras de compraventa con participación de vecinos de Fiñana en Guadix), todo ello fomentado por las prohibiciones reales y por el deseo de obtener un mejor precio por sus capturas y así solventar su crítica situación económica, fue el descenso acusado de los esclavos presentes en la villa, que se irán limitando cada vez más a esclavos ancianos y menores de 14 años (edad límite de la expulsión) y también a mujeres vinculadas con la industria sedera, que pudieron disfrutar para su permanencia de especiales permisos reales.
Así, en 1572 sólo contamos en las fuentes con una confirmación de ahorría ya citada anteriormente. Para los años posteriores tenemos un vacío de documentación hasta 1578, año en el que no nos constan ni ventas ni horros de personas esclavizadas.
El mercado esclavista de Fiñana en 1579-1582
En los años posteriores, 1579-1582, últimos del periodo en estudio, la limitación de la población esclava a infantes que pleitearán constantemente contra su ilegal esclavitud y con ventas de adultas dedicadas al hilado de la seda se confirma, coincidiendo este repunte de las referencias a esclavos con la nueva ofensiva de la corona para limpiar de moriscos el Reino. Precisamente, poco antes de que esta ofensiva se recrudeciera con los nuevos decretos de expulsión de 1581 y 1584, según un censo de moriscos presentes en el Reino de Granada realizado en 1580 en Fiñana y su tierra había tan sólo 59 moriscos, de los cuales, sólo había 3 esclavos menores de 21 años y 28 moriscos y moriscas en administración de la misma edad.
Compraventas
En 1579 sólo nos consta la existencia de una compraventa, en la cual Álvaro López y Luisa de Arévalo, su mujer, vecinos de Fiñana, venden por 100 ducados a don Francisco de Puerta, vecino y regidor de la misma villa, una esclava morisca de 20 años llamada Isabel de Beyres, a la cual se califica como “hiladora de seda” y que los vendedores habían comprado en 1571 a Gaspar de la Piña, tesorero de la cabalgada que Lope de Figueroa hizo en Alboloduy y Marchena, cuando contaba con 11 años, es decir, con la edad límite para ser esclavizada.
Ahorrías
Para el año 1580 tenemos una promesa de libertad que doña María de Urbina, viuda vecina de Fiñana, le hace a su esclava Isabel, natural de Cabrera (tierra de Vera) por rescate de 80 ducados, de los que había recibido hasta entonces 42. Aparte de esta escritura, tenemos ya el primer ejemplo en el que se pleitea por la libertad de una persona esclavizada porque en el momento de su captura tenía una edad inferior a la fijada por la Corona como mínima para su esclavización. Así, en ese año se concertarán
Diego Salido, vecino de Jaén, en nombre del morisco Lorenzo Aldarí, natural del Río de Almería y residente tras la expulsión en la Parroquia de Santa María la Blanca de Sevilla, y Lope de Nanclares, vecino de Fiñana, en el pleito que mantenían sobre la esclavitud de Rodrigo, hijo del litigante morisco y de 13-14 años de edad (capturado por tanto a los 3 o 4 años), e incluso sobre su administración, ya que cuando lo compró su actual dueño era menor de la edad fijada y en todo caso su administración tampoco se podía haber vendido, lo cual era ilegal. En todo caso, y como decíamos, para evitar los gastos del pleito, se concertaron en que su padre pagaría al dueño 26 ducados por su entera libertad, tanto de la esclavitud como de la administración, entregando 10 ducados y medio al contado y los demás a diversos plazos, actuando como fiadores del morisco Juan Díaz y Alonso de Cuevas, beneficiados de Fiñana.
Al año siguiente, 1581, encontramos una nueva declaración sobre libertad de un menor. Así, Cristóbal de Puerta, vecino de Fiñana, previendo seguramente problemas, comparecerá ante don Lucas Hernández Becerra, alcalde mayor de Fiñana y su tierra, para declarar que Jerónimo Aborrida, morisco natural de Abrucena de 12 años no lo tenía como esclavo sino en administración, declarando que cuando cumpliera los 20 años quedaría disuelto el vínculo. Aparte de esta declaración, en el mismo año nos consta una compraventa en la que Juan de Salazar, en nombre de doña María de Molina, viuda de Diego de San Pedro y vecina que era de Fiñana y “al presente” de Guadix, vende a Juan de la Torre e Isabel de la Cruz, su mujer, vecinos de Fiñana, una esclava llamada María, de 18 años de color blanca ladina “naçida en casa e hiladora de seda…, lysiada de vn ojo que tiene vna nube y que dize estar preñada”. Pese a todas sus tachas (tuerta, preñada) alcanza el nada despreciable precio de 95 ducados, muestra de lo apreciados que eran los conocimientos en la industria sedera. En todo caso, no se cita que sea morisca y la aplicación del término ladina puede aludir a que fuera de origen berberisco.
Finalmente, en 1582 nos consta un nuevo concierto en un pleito por la esclavitud de un morisco. En ese año los herederos de Cristóbal de Puerta Roldán, difunto vecino de Fiñana, afirman que éste les legó un esclavo morisco llamado Jerónimo de Bolaños, de 22 años, “el qual a pretendido ponerles demanda por su livertad diciendo que al tiempo que fue captivo no tenía la edad que su magestad manda”. Ante ello, se concertaron con el morisco para que les pagara 30 ducados, de los cuales ya habían recibido 10 y los otros 20 se pagarían a plazos en 1583 y 1584, prometiendo que le otorgarían carta de libertad cuando todos los pagos estuvieran hechos. Además, para conseguir el dinero le daban “lizenzia para que en esta villa o en el Marquesado del Çenete pueda andar libremente y trabajar y granjear y ganar e adquerir para ayuda a su sustento, bestuario, alimento y rescate sin que sea obligado a les acudir con ninguna cosa dello mas de con los dichos veynte ducados que les resta a dever”.
Conclusiones
En este último apartado vamos a detenernos a modo de conclusión en tres aspectos en los que las conclusiones de nuestro trabajo creemos que son novedosas para el tema de la esclavitud morisca en general.
Como hemos visto, se confirma que los decretos de expulsión y la tendencia a exportar los esclavos a zonas de mayor demanda, y por tanto donde el beneficio podía ser mayor, unido al desplazamiento de forasteros al Reino para adquirir personas esclavizadas para su servicio o con el ánimo de revenderlos, hicieron que el número de esclavos y esclavas moriscos presentes en el Reino se fuera reduciendo cada vez más, hasta quedar prácticamente limitado a menores de edad, bien fueran administrados o esclavos que pleitearán constantemente por su libertad, y a ancianos, además de algunos casos de mujeres adultas, que por diversas causas (entre ellas su dedicación a las labores de la seda) consiguieron permanecer en el Reino. Así pues, la explosión que para la esclavitud en el reino de Granada supuso la rebelión de los moriscos no tuvo continuidad, como ya apuntamos en un trabajo anterior frente a la tendencia a valorar en exceso la continuidad de la presencia de población esclava de origen morisco que se viene observando en recientes estudios, como los de los profesores Asenjo Sedano para Guadix y Martín Casares para Granada.
Por otra parte, frente a la fuerte feminización que se ha atribuido de manera general a la población esclava de origen morisco, ya hemos visto como en el caso de Fiñana la mayor parte de la misma era de sexo masculino, fruto de unos condicionantes especiales que concurrían en este caso, pero que en todo caso nos debe hacer huir de las generalizaciones.
En tercer y último lugar, frente a la minimización de la importancia de las ahorrías frente a las compraventas, en Fiñana su importancia es muy destacada, suponiendo el 29’4 % del total, porcentaje muy superior al registrado en Granada y Guadix. En todo caso, y como ya hemos apuntado, comparar el número de ahorrías y compraventas sin más no es correcto, ya que un mismo esclavo podía ser varias veces vendido, pero sólo una vez liberado. Por tanto, las ahorrías fueron muy utilizadas como alternativa a la compraventa en un mercado muy saturado como el granadino a raíz de la expulsión, dadas las amplias posibilidades que existían de extorsionar a los familiares de las personas esclavizadas a la hora de fijar los rescates.
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La esclavitud morisca, por Carlos Javier Garrido García
En enero de 2012 defendía mi tesis doctoral en la Universidad de Granada, titulada «La esclavitud en el reino de Granada en el último tercio del siglo XVI. El caso de Guadix y su Tierra» y dirigida por Manuel Barrios Aguilera, obteniedo la calificación de sobresaliente cum laude. Expongo aquí un pequeño resumen de la misma y proporciono los enlaces para consultarla completa.
La esclavitud en la España moderna
La esclavitud, que vivió su época dorada en el Imperio Romano hasta configurar una sociedad en la que la economía descansaba en buena parte en sus manos, sufrió un retroceso generalizado en la Edad Media, manteniendo su importancia tan sólo en las penínsulas Italiana e Ibérica gracias, principalmente, a que los enfrentamientos en su seno y en el norte de África con el Islam supusieron una fuente constante de personas esclavizadas en razón de su diferencia religiosa.
En el caso de la Península Ibérica, a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna, la esclavitud se vio reforzada, por una parte, por los descubrimientos portugueses en el litoral africano, que reportaron una nueva fuente de personas esclavizadas, la trata negroafricana, y, por otra, por el final de la Reconquista con la conquista del reino de Granada y la inmediata expansión castellana al norte de África.
Aunque sin llegar a configurar una sociedad esclavista como en la Antigüedad, la esclavitud alcanzó una importancia bastante destacada tanto en Portugal como en las zonas sur y mediterránea de las coronas de Castilla y Aragón. En el caso castellano, el fenómeno alcanzaría su paroxismo en el último tercio del siglo XVI gracias, por una parte, a la incorporación a la Monarquía Hispánica del reino de Portugal, que favoreció el suministro de personas esclavizadas de origen negroafricano, y, por otra, a los enfrentamientos con el Islam en el Mediterráneo, tanto desde los presidios norteafricanos, principalmente Melilla y Orán, como en la misma Península como consecuencia de la rebelión de los moriscos granadinos en 1568-1571.
La rebelión de los moriscos granadinos: la esclavitud
En la navidad de 1568 se inicia la rebelión de los moriscos del reino de Granada que, originada en las Alpujarras, se extenderá a lo largo de dos años a la mayor parte del mismo. La rebelión, producto tanto de la explotación económica cada vez más intensa de la minoría por los cristianos viejos como de la agudización de su presión aculturadora, fue la constatación palmaria del fracaso pleno de la política asimiladora puesta en marcha por la Corona desde las conversiones forzadas de 1500. Su consecuencia más inmediata fue, por el bando morisco, el asesinato de cristianos viejos, sobre todo eclesiásticos, y la profanación de las iglesias, y, por el bando cristiano viejo, la esclavización de los moriscos, sobre todo su sector no beligerante, mujeres y niños.
Estas esclavizaciones y su inserción casi inmediata en el mercado produjeron un fuerte debate en las altas instancias políticas y eclesiásticas de la Corona. De hecho, la esclavitud por guerra era una medida reservada a los infieles y, de iure, los moriscos eran desde 1500 cristianos. Sin embargo, ya en marzo de 1569 el monarca decidió, tras consultar a teólogos, que la población morisca podía ser esclavizada al haber cometido un delito de lesa majestad divina y humana, es decir, haberse sublevado contra la Corona y contra Dios, en este último sentido habiendo apostatado de un cristianismo que siempre había sido fingido. La única limitación fue la de establecer que los niños menores de 10 años y medio y las niñas menores de 9 años y medio no serían considerados esclavos sino que pasarían a la administración de cristianos viejos para que los educaran en la fe y cultura castellanas y quedarían libres de todo vínculo al cumplir los 20 años.
Los esclavos moriscos: cuantificación y evolución
Se han cifrado en unas 25.000 las personas de origen morisco esclavizadas en la guerra. Sin embargo, estudios recientes han ido demostrando que la mayor parte de ellas fueron exportadas al exterior del reino. Este hecho, junto a las numerosas liberaciones y a una elevada tasa de mortalidad, explicarían que a finales del siglo XVI quedaran, tanto en el reino de Granada como en el resto de los reinos de la Corona, pocas personas esclavizadas de origen morisco. Ya libertos, estos individuos antes sometidos a la esclavitud, sufrirán las consecuencias de las expulsiones del reino de Granada entre 1570 y 1584 y de la general de 1609-1614. De hecho, si algunos moriscos permanecieron en el reino fueron objeto de lo que el profesor Phillips consideraba como objetivo principal de la esclavitud: la asimilación de una población en principio extraña y que entraba en ella a través de una acción violenta. En el caso morisco, siguiendo esta tesis, se podría considerar la esclavización durante la rebelión como el último intento de asimilación en suelo granadino de una población que se había resistido durante casi 70 años a ella, de modo que cuando estalla la guerra se asimila en la mentalidad castellana la idea de que el reino de Granada y su población morisca pertenecía aún al Islam y era, por ende, un terreno a conquistar.
La esclavitud morisca como fuente de capitalización de la Granada de la repoblación
Sin embargo, como producto de las esclavizaciones de la guerra el reino de Granada se convirtió en sede de un importante mercado de personas esclavizadas, que generó unos grandes beneficios. Esta fuente de capitales fue básica para la reconstrucción posterior a la guerra y, sobre todo, para la consolidación de las élites de la nueva sociedad repobladora ya que los beneficios del mercado afectaron a sólo un sector de la población del reino, el asentado como consecuencia de la primera repoblación de fines del siglo XV, y no a la inmensa mayoría de los nuevos pobladores asentados tras la derrota morisca en 1571.
El mercado esclavista de Guadix
Uno de los principales centros de ese mercado fue Guadix, ya que era una de las principales ciudades del reino de Granada, sede de un corregimiento cuya jurisdicción se extendía por toda la parte oriental del reino y una de las cuatro sedes episcopales fundadas en el mismo tras su conquista por los castellanos. Además, durante la guerra ocupó un lugar central en la retaguardia de las operaciones militares castellanas, lo que unido a su cercanía al teatro de los enfrentamientos, provocó que en la ciudad la incidencia de la esclavitud morisca fuera muy destacada.
Capítulos de la tesis
Metodología y fuentes
En el primero de ellos abordo la metodología adoptada y las fuentes utilizadas, marcadas por una amplia variedad que incluye fuentes notariales, parroquiales, judiciales, inquisitoriales, de la administración civil y expedientes matrimoniales.
Marco histórico
En el segundo capítulo analizo el marco histórico en que se va a desarrollar la esclavitud en Guadix y su Tierra en el último tercio del siglo XVI. Así, abordo su evolución histórica entre 1489, cuando se conquista la zona por los Reyes Católicos, y 1630, cuando la historiografía da por concluida repoblación del reino tras la expulsión de los moriscos. Además, para situar mejor la esclavitud morisca en su contexto, estudio en primer lugar la esclavitud en la zona antes de 1568, teniendo como puntos fundamentales la actitud de la comunidad morisca frente a la esclavitud y la constatación de la presencia esclava en la ciudad a través de las fuentes parroquiales.
En segundo lugar, el desarrollo de la rebelión morisca de 1568-1571 en Guadix y su tierra como un punto muy necesario para entender las esclavizaciones masivas a que dio lugar y cómo la sociedad cristiano vieja, muy afectada por el conflicto y la posterior expulsión de la población morisca, ampliamente mayoritaria en la zona, afrontó el fenómeno.
El debate sobre la esclavización de los moriscos y el control de la población esclavizada
En el capítulo tercero analizo el debate y el control de que fue objeto el botín de guerra conseguido en la rebelión morisca. Empiezo estudiando el debate sobre la esclavitud de los moriscos capturados en la guerra hasta llegar a la decisión real de marzo de 1569 que sancionó la esclavización de los mayores de edad y cómo el incumplimiento de los bandos reales de expulsión fue otra de las causas de entrada en la esclavitud, aunque menos extendida que la más general de haberse sublevado contra la Corona y haber apostatado de la religión cristiana.
Tras ello, intento aproximarme al volumen de personas esclavizadas en Guadix durante la rebelión morisca, utilizando para ello tanto la crónica de Mármol Carvajal como los registros que el corregimiento accitano lleva a cabo para su control y reparto. De hecho, la captura de población morisca en el conflicto era el inicio de un proceso controlado por las autoridades civiles y militares que pasaba por el registro de las capturas, su depósito en terceras personas y, por último, su reparto.
Evolución y distribución de la población esclava en Guadix y su Tierra
En el capítulo cuarto analizo la evolución y distribución de la población esclavizada en Guadix y su Tierra en el último tercio del siglo XVI. Las capturas durante la rebelión morisca fueron muy numerosas en la zona, a lo que habría que unir el carácter redistribuidor de Guadix durante la guerra al funcionar la ciudad como centro de la retaguardia de las tropas cristianas. Sin embargo, como en el resto de España, el volumen de personas esclavizadas de origen morisco fue descendiendo de manera constante.
En el caso de Guadix y su tierra constato cómo este descenso se debió al proceso de exportación al exterior, a los decretos de expulsión de esclavos moriscos de sexo masculino, a los problemas que las autoridades eclesiásticas pusieron a la posesión de esclavas moriscas en edad fértil a eclesiásticos y legos solteros, a las numerosas liberaciones y a una dinámica natural claramente regresiva. Así, los datos del censo de 1580 son muy esclarecedores de este descenso, que continúa hasta el final de la centuria.
Además, en este capítulo estudio la evolución y distribución de la población esclavizada en Guadix y su tierra entre 1569 y 1599 a través del análisis de las fuentes parroquiales, constatando cómo el fenómeno se concentra predominantemente en la parroquia del Sagrario, en la que se asentaba la élite civil y religiosa de la ciudad, mientras que en las parroquias en las que predominaban las clases medias (Santiago y San Miguel), las clases bajas asentadas en el naciente barrio de las cuevas (Santa María Magdalena) y los repobladores que sustituyen a la población morisca (Santa Ana) los valores son mucho más bajos, lo mismo que en el medio rural, analizado gracias a los casos de las localidades de Gor, Huéneja y Alquife, las únicas de la zona que conservan registros parroquiales del periodo.
El funcionamiento del mercado esclavista de Guadix
El capítulo quinto se dedica al análisis del funcionamiento del mercado esclavista accitano entre 1569 y 1578 a través del estudio de las compraventas. Tras analizar su evolución, estudio tanto los objetos del mercado, las personas esclavizadas, en función de su volumen, etnia, sexo, edad, procedencia, nombres y apellidos, como los actores del mercado, vendedores, compradores y propietarios. A ello uno el análisis de los precios, tanto de su volumen y evolución como de su variación en función del sexo, la edad y la etnia de las personas esclavizadas, y de la fiscalidad.
La vida en esclavitud
En el capítulo sexto abordo la vida en esclavitud, estudiando las condiciones de vida de las personas esclavizadas, que venían determinadas por su situación de colectivo social marginado y por el tratamiento de los amos; su vida afectiva y capacidad reproductiva, determinada por la explotación sexual que sufrían las esclavas y por el predominio del amancebamiento frente al matrimonio; su religiosidad, muy relacionada con los fenómenos de sincretismo, hechicería, magia y, en el caso de los moriscos, criptoislamismo; y, por último, su explotación laboral, entendiendo en este último aspecto la esclavitud como un medio de ostentación, un factor productivo con rentabilidad económica y un instrumento de cambio.
El acceso a la libertad y la población liberta
El capítulo séptimo se dedica al análisis del acceso a la libertad y la población liberta. Empiezo analizando las vías de acceso a la libertad de las personas esclavizadas para pasar al estudio de las cartas de ahorría otorgadas en Guadix entre 1569 y 1578 y el acceso judicial a la libertad de la población morisca ilegalmente esclavizada por ser menores de edad o moriscos que no se habían sublevado. Por último analizo el destino de la población liberta, muy marcado por su pasado esclavo y por los prejuicios raciales y religiosos de la limpieza de sangre predominantes en la época.
Consecuencias de la esclavitud morisca
En el octavo y último capítulo, a modo de conclusión, planteo algunas hipótesis acerca de las consecuencias de la esclavitud morisca en Guadix y su tierra, tanto demográficas como económicas y sociales, incidiendo en el hecho de destacar la importancia del fenómeno para entender el reforzamiento de la élites urbanas del reino de Granada y el surgimiento de la élites rurales de las zonas de repoblación.