Tema de Historia del Mundo Contemporáneo de 1º de Bachillerato referente al proceso de Descolonización y al Tercer Mundo, por Carlos Javier Garrido García.
INTRODUCCIÓN
Tras la II Guerra Mundial (1939-1945) se lleva a cabo el proceso de descolonización, es decir, el proceso por el cual las colonias de los países industrializados fueron accediendo a la independencia política en un largo periodo que, a grandes rasgos, abarca desde 1945 a 1975. Sin embargo, la intensa explotación y aculturación sufrida desde su conquista, el mantenimiento de la dependencia económica con respecto a los países desarrollados (neocolonialismo) y el contexto de Guerra Fría (que provocó que los intereses de las superpotencias mediatizaran el proceso) hicieron que los nuevos países quedaran sumidos en el subdesarrollo, dando origen al Tercer Mundo.
CAUSAS DE LA DESCOLONIZACIÓN
Las causas del proceso de Descolonización son varias y están interrelacionadas entre sí. Una primera causa fue el impacto de la II Guerra Mundial, ya que, por un lado, la expansión japonesa en Asia y el Pacífico supuso el fin del mito de la invencibilidad europea y puso en duda las tesis racistas; por otro lado, la dureza de la guerra puso en cuestión otra de las justificaciones del Imperialismo, la misión civilizadora; en tercer lugar, el discurso de los Aliados de defensa de las ideas de libertad y democracia frente al fascismo chocaba con el sometimiento de las colonias, provocando en los países colonizados la sensación de que en Europa se rechazaba lo que esta imponía a sus colonias; y, por último, la dureza de la guerra provocó una fuerte crisis en las metrópolis, lo que dificultó la recuperación efectiva de su antiguo dominio sobre las colonias.
Una segunda causa, muy relacionada con la anterior, es el cambio en la opinión pública de las metrópolis, que empieza a cuestionar el imperialismo y a defender, como reacción al racismo y expansionismo fascistas, el derecho de autodeterminación de los pueblos. En este cambio de conciencia tuvieron un papel esencial las iglesias cristianas, tanto católica como protestantes, y los partidos socialistas.
Una tercera causa es el surgimiento de instituciones supranacionales que impulsaron el proceso descolonizador. Este fue el caso de la Organización de Naciones Unidas, que se caracterizó por la defensa del derecho de autodeterminación desde sus orígenes en 1945, y del Movimiento de Países No Alineados que, nacido en la Conferencia de Bandung de 1955, fue integrando a los países que iban accediendo a la independencia y defendiendo el acceso a ella de las colonias que seguían dependientes.
Una causa fundamental de la Descolonización fue la influencia de la Guerra Fría. Las dos superpotencias, EEUU y la URSS, se mostraron favorables al proceso de descolonización, tanto por razones ideológicas (EEUU fue una antigua colonia y la URSS defendía teorías marxistas anti-imperialistas) como por el interés de aprovechar el surgimiento de países nuevos para ir ampliando sus respectivos bloques y tener acceso a la explotación de sus recursos, antes sometidos al monopolio de las metrópolis.
Todas las causas anteriores permitieron la última de las causas principales del proceso de Descolonización: la aparición de movimientos anticolonialistas en las propias colonias. Sus bases ideológicas fueron fundamentalmente tres: el marxismo-leninismo, ya que los países comunistas mundiales (incluidos los que se iban formando en las colonias) siguieron las indicaciones de la URSS, favorable a la descolonización; el indigenismo, que defendía frente a la aculturación imperialista, los valores culturales autóctonos, dando lugar a conceptos como el panarabismo (unidad de todos los pueblos árabo-musulmanes) y la negritud (defensa de los valores negroafricanos frente a la imposición blanca); y la religión, factor importante en el caso de religiones con una organización y unas elaboraciones teológicas equiparables al cristianismo, como fue el caso del mundo islámico e hindú. Los movimientos independentistas estuvieron dirigidos por las élites indígenas, conformadas por la burguesía comercial y administrativa nativa. Constituían una minoría social educada en los principios occidentales, con un nivel educativo que les hacía se conscientes de su sometimiento pero también con unos intereses socioeconómicos muy vinculados a la administración colonial, lo que explica en buena medida el surgimiento posterior del neocolonialismo.
DESARROLLO DE LA DESCOLONIZACIÓN
Etapas del proceso de descolonización
El acceso a la independencia de las colonias fue más o menos temprano dependiendo de la fuerza de sus movimientos independentistas, fuerza que dependía a su vez del grado de desarrollo socioeconómico, político, cultural y religioso de las colonias. Así, los movimientos independentistas fueron mucho más fuertes en el sur de Asia y norte de África que en el África Negra, lo que explica el acceso más tardío de esta última a la independencia.
En general, podemos distinguir dos grandes etapas: entre 1945 y 1955 accedieron a la independencia la mayor parte de las colonias del Sur de Asia, Oriente Próximo, Libia y Egipto en el norte de Arica y Sudáfrica. Entre 1955 y 1975 lo hicieron las colonias asiáticas aún dependientes, como países del Golfo Pérsico y Malaysia, y los países africanos, empezando por el Magreb y continuando con el África Negra. A partir de 1976 ya son pocos los territorios coloniales, pudiendo destacar en todo caso las independencias de Zimbawe (1980) y Namibia (1990) en África y la de Brunei (1984) y la entrega a China de Hong Kong (1997) y Macao (1999) en Asia. Los territorios coloniales, en la actualidad, se limitan a pequeñas islas y enclaves, aunque con conflictos aún latentes como es el caso del Sáhara Occidental.
Las vías de acceso a la independencia variaron en función de las distintas actitudes de las metrópolis ante el proceso. Así, cuando la actitud de las metrópolis fue de rechazo a la independencia, la lucha independentista derivó en guerras, como fue el caso de Francia con respecto a Argelia e Indochina y el de Holanda con respecto a Indonesia. Además, muchos procesos de independencia fueron mediatizados por los intereses de las superpotencias, lo que llevó a guerras civiles entre comunistas y capitalistas, como fue el caso de Corea y Vietnam. Sin embargo, cuando la actitud de las metrópolis fue negociadora, los procesos independentistas fueron esencialmente pacíficos. Este fue el caso de la mayoría de las colonias británicas, ya que Gran Bretaña, ante lo inevitable del proceso prefirió negociar la independencia de las colonias a cambio de mantener cierto vínculo político (Commonwealth) y de mantener los intereses económicos del país. Es lo que se conoce como la fórmula “Give and Keep”. Otros factores a tener en cuenta para entender el grado de conflictividad de cada proceso independentistas es la existencia dentro de una misma colonia de grupos religiosos o étnicos diferenciados, como fue le caso de la India, y la actitud de los colonos, muchas veces reacios a la independencia, como fue el caso de Argelia y Zimbaue, generando ambos factores fuertes conflictos.
La descolonización del sur y sureste de Asia
Como ya hemos indicado antes, el Imperio Británico optó por la vía negociadora para la descolonización, por lo que esta adoptó por lo general características pacíficas, aunque con el efecto distorsionador de las diferencias étnico-religiosas internas, que generó conflictos. Este fue el caso de la principal colonia británica en Asia, la India. Allí surgiron dos partidos independentistas, el Partido del Congreso, dirigido por Gandhi y Nehru, y que agrupaba a la población hindú, y la Liga Musulmana, dirigida por Ali Jinnah, que agrupaba a los musulmanes. La falta de acuerdo entre ambos, llevó al Plan Mountbatten que supuso la división de la antigua colonia en 1947 en dos nuevos países: India, de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana. Sin embargo, los conflictos entre ambos países fueron continuos, sobre todo por la región de Cachemira (incluida en la India pero de población musulmana: guerras de 1947, 1965 y 1971), y la parte oriental de Pakistán se independizó dando lugar a Bangladesh en 1971. En el caso de Ceilán (1948), Birmania (1948) y Malaysia (1957) el proceso descolonizador no fue problemático, aunque en el último caso fue más tardía debido a los intereses comerciales y petrolíferos en el territorio.
En el caso francés y holandés, la descolonización fue muy conflictiva. La Indochina francesa fue ocupada por Japón durante la II Guerra Mundial y en 1945 declararon la independencia de manera unilateral Vietnam, Laos y Camboya, lo que supuso el inicio de la guerra en 1946, al no aceptarla la metrópoli. En Vietnam, los independentistas estaban divididos en comunistas (Vietmihn) y capitalistas. Por ello, la independencia del país reconocida por Francia en la Conferencia de Ginebra (1954) supuso la división del país en un Norte comunista dirigido por Ho Chi Minh y un Sur capitalista apoyado por EEUU. Ambos regímenes se enfrentaron militarmente hasta la victoria comunista en 1975, que reunificó el país.
En el caso de la Indonesia holandesa, igualmente ocupada por Japón durante la II Guerra Mundial, la declaración unilateral de independencia fue seguida de una guerra entre 1947-1948 que se saldó con la independencia del país en 1949, dirigido por Sukarno.
Oriente Próximo y el Magreb
La descolonización en Oriente Próximo fue muy problemática por su importancia geoestratégica al ser la zona con mayores reservas petrolíferas a nivel mundial; por el artificial trazado de fronteras tras el reparto del Imperio Turco en mandatos británicos y franceses tras la I Guerra Mundial, por el acceso al poder de oligarquías corruptas y por los conflictos derivados de la creación del Estado de Israel.
Los distintos países árabes fueron accediendo a la independencia a través de acuerdos: independencia de Egipto en 1922, establecimiento de la Arabia Saudí unificada e independencia de Irak en 1932, de Líbano en 1943, y de Siria y Jordania en 1946.
En el caso de Palestina, mandato británico tras la I Guerra Mundial, estaba registrando desde entonces una fuerte inmigración de población judía (impulsada por el movimiento sionista) que se intensificó tras la II Guerra Mundial, generando conflictos entre ella y los musulmanes autóctonos. Gran Bretaña decidió la partición del país en un estado judío y otro musulmán, no siendo aceptada por estos. Así, cuando en 1948 Gran Bretaña se retiró del territorio y se proclamó el Estado de Israel estalló la Primera Guerra Árabe-Israelí (1948-1949) que se saldó con la victoria y ampliación de Israel. En los años posteriores se sucedieron las guerras (Segunda en 1956, Tercera o de los Seis Días en 1967 y Cuarta o del Yom Kippur en 1973), saldadas todas ellas con victoria y ampliación de Israel, generando el problema de los refugiados palestinos en otros países y el descontento creciente de los palestinos que permanecían en los territorios ocupados. Este descontento se materializó en la creación de la OLP en 1964, grupo dirigido por Yasser Arafat y que pasó de defender el terrorismo a la sublevación popular desarmada (intifada). Los acuerdos de Camp David de 1978 supusieron el reconocimiento del Estado de Israel por los países árabes pero dejó sin solucionar el problema de los palestinos. En los Acuerdos de Oslo de 1993 se decidió la creación de una entidad palestina autónoma (Autoridad Nacional Palestina) pero con un dominio territorial inconexo y muy limitado. Esto provocó la segunda intifada en 2000, el ascenso de formaciones palestinas más radicales como Hamas (victoria electoral en 2006) y los ataques fronterizos en Gaza en 2009, 2012 y 2019.
Los países del Golfo Pérsico fueron accediendo de manera más tardía a la independencia (Kuwait en 1961, Bahrein, Qatar y Emiratos Árabes Unidos en 1971). En general, en Oriente Próximo fracasaron los intentos de unidad del panarabismo y se establecieron regímenes muy oligárquicos, e incluso monarquías teocráticas como las del Golfo.
En el Magreb el proceso se inició con la independencia de Marruecos y Túnez en 1956 y de Mauritania en 1960, siendo muy conflictivos los casos de Argelia y del Sáhara Occidental. Argelia fue una colonia de poblamiento francesa, a la que se concedió un estatuto de autonomía en 1947. Sin embargo, los musulmanes agrupados en el FLN demandaban la independencia, generándose una guerra entre estos y las tropas y colonos franceses entre 1954 y 1962, año este último de la independencia del país. En cuando al Sáhara Occidental, colonia española, el régimen de Franco hubo de hacer frente a las demandas marroquíes, que supusieron la cesión del Territorio del Draa en 1958 y del Ifni en 1969 tras sendas guerras. Los deseos de anexión marroquí chocaban con los deseos independentistas de los saharauis, que habían formado el Frente Polisario en 1973. Aprovechando la enfermedad terminal de Franco, Marruecos llevó a cabo en 1975 la Marcha Verde, invasión de la zona por población civil desarmada. Ante ello, España decidió ceder el territorio a Marruecos con la oposición del Frente Polisario, por lo que la tensión en la zona aún se mantiene.
El África Subsahariana
El África negra, por su subdesarrollo y consiguiente debilidad de los movimientos independentistas, fue la última en acceder a la independencia. Antes de la II Guerra Mundial ya eran independientes Liberia y Etiopia, países no colonizados, y Sudáfrica, autónoma desde 1910, aunque no fue legalmente independiente hasta 1961. El grueso del proceso descolonizador se produjo entre 1955 y 1975, especialmente en 1960. Como impulsor del proceso destacó el panafricanismo, con líderes defensores de la negritud como Kwame Nkrumah (Ghana), Jomo Kenyatta (Kenia), Sekou Touré (Guinea) y Leopold S. Senghor (Senegal), que fracasó en sus intentos de unidad, plasmados solo en la creación de la Organización de la Unidad Africana (OUA) en 1963. Especialmente conflictivos fueron los casos de Angola y Mozambique, ya que la oposición de la dictadura portuguesa dio origen a guerras y a que la independencia no se produjera hasta 1975, un año después de la caída del régimen dictatorial.
CONSECUENCIAS: EL NACIMIENTO DEL TERCER MUNDO
Los problemas de los nuevos países
Los nuevos países independientes sufrieron desde el principio y de forma generalizada graves problemas como consecuencia de la herencia de la explotación colonial, muy intensa y alargada en el tiempo; del mismo desarrollo del proceso descolonizador, marcado en algunos casos por conflictos y en todos por la salida rápida de la administración colonial sin estar organizada la independiente; y del sistema económico internacional, en el que las colonias actuaban como economías subordinadas y dependientes con respecto a las metrópolis y, en general, a los países desarrollados. Como consecuencia de todo ello, nacería el Tercer Mundo.
Tercer Mundo: subdesarrollo y neocolonialismo
El Tercer Mundo es un término que fue acuñado por el economista francés Alfred Sauvy haciendo un símil entre los nuevos países independientes sumidos en el subdesarrollo y la dependencia y la situación de subordinación y falta de privilegios del Tercer Estado en el Antiguo Régimen. Junto con este término se han utilizado otros términos para designar a los nuevos países independientes como países subdesarrollados o en vías de desarrollo (queriendo indicar que su situación es sólo temporal) y la dicotomía Norte-Sur (que implícitamente parece dar unas causas físicas deterministas en su situación). Por otra parte, también se ha extendido el término Cuarto Mundo para designar a los países más subdesarrollados del Tercer Mundo.
Los países del Tercer Mundo se caracterizan por su inestabilidad política interna (debida a las tensiones sociales debidas al subdesarrollo, a los conflictos étnicos y religiosos internos debidos al mantenimiento de las fronteras artificiales de la época colonial, y a las prácticas de gobierno oligárquicas y a la corrupción generalizada causadas por los intereses de las élites coloniales y de los países desarrollados que las apoyan); por los grandes contrastes sociales con una élite dirigente y la masa de clase baja, sin apenas clase media; por el fuerte crecimiento demográfico, manteniéndose en una constante fase de transición demográfica sin alcanzar, por su subdesarrollo, el modelo demográfico moderno; por una economía basada en los sectores primarios, predominando una agricultura de exportación que no logra satisfacer las demandas alimenticias propias y una minería y una industria en manos extranjeras, por lo que sus beneficios no revierten al país; por el grave déficit en los servicios públicos, especialmente sanidad y educación, lo que limita las posibilidades de desarrollo futuro; y por un fuerte endeudamiento exterior, debido a la falta de recursos y a la corrupción, que los aboca a su dependencia con respecto a los países desarrollados.
Por tanto, se puede decir que el colonialismo dio lugar a un neocolonialismo, ya que la relativa independencia política de las antiguas colonias se produjo manteniendo su dependencia económica. Esta dependencia se daba en los aspectos financiero (dependencia de los préstamos y ayudas al desarrollo condicionadas de los países ricos y de las instituciones financieras internacionales por ellos controladas, como el Banco mundial y el FMI), tecnológico (los países subdesarrollados dependen de la tecnología de los desarrollados, con los condicionamientos y gastos en el pago de importaciones y royalties que comporta) y comercial (los países subdesarrollados exportan básicamente materias primas a bajo coste mientras que importan productos industriales caros o materias primas subvencionadas; en los casos de deslocalización industrial, las exportaciones industriales apenas benefician a los países productores, debido a los bajos impuestos y a que los beneficios de estas empresas multinacionales revierten a los países donde se encuentra su sede, es decir, los países ricos).
CONCLUSIONES
La explotación colonial, las características del proceso de independencia, las interferencias de las grandes potencias en el contexto de Guerra Fría y la imposición del neocolonialismo supusieron el nacimiento del Tercer Mundo. La división del Mundo en países desarrollados y subdesarrollados es, sin duda, una de las principales características del mundo actual y uno de sus grandes desafíos. El fuerte crecimiento demográfico de los países del Tercer Mundo y los casos de crecimiento económico que se han producido en su seno suponen que, de cara al futuro, la agudización del cambio climático y la lucha por los recursos sean los principales desafíos futuros de la Humanidad.
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