LA GUERRA FRÍA (1945-1991)

Tema de Historia del Mundo Contemporáneo de 1º de Bachillerato referente a la Guerra Fría, por Carlos Javier Garrido García.

Europa dividida durante la Guerra Fría. Fuente: wikipedia.

INTRODUCCIÓN

La II Guerra Mundial (1939-1945) dejó dos grandes superpotencias vencedoras con sistemas políticos y socioeconómicos divergentes: EEUU, con democracia liberal y capitalismo, y la URSS, con una dictadura comunista. Ambas, que habían colaborado frente al enemigo común fascista, con la victoria empezaron a enfrentarse por sus divergencias ideológicas y su interés por extender sus respectivos bloques con países que reprodujeran sus sistemas y, sobre todo, fueran zonas bajo su control político y económico. Este enfrentamiento no derivó en un conflicto directo entre ambas, por el temor a una Tercera Guerra Mundial y por la posibilidad de que esta fuera una guerra nuclear. Por tanto, se trató de un enfrentamiento indirecto entre ambas, de ahí el término de “Guerra Fría”.

CARACTERÍSTICAS Y CAUSAS DE LA GUERRA FRÍA

Características

La Guerra Fría es el sistema de relaciones internacionales existente entre 1945 (fin de la II Guerra Mundial) y 1991 (desaparición de la URSS), consistente en la división del mundo en dos bloques antagónicos encabezados por EEUU (bloque occidental, democrático o capitalista) y la URSS (bloque oriental o comunista), que se enfrentan a través de la carrera de armamentos, la propaganda ideológica, los servicios secretos de espionaje (CIA y KGB), y las presiones políticas y económicas y las guerras localizadas para delimitar las respectivas áreas de influencia. En este periodo fracasa la ONU en su papel mediador, principalmente por el ejercicio del derecho de veto por las superpotencias, lo que evitaba aprobar cualquier resolución en los conflictos entre ambas.

Inicio

Tras la victoria sobre el enemigo común fascista, EEUU y la URSS empiezan a mostrar sus diferencias. El primer conflicto anunciador de la Guerra Fría se produjo en Irán (1946), país ocupado en el norte por la URSS y en el sur por EEUU. Aunque había un acuerdo para la retirada de ambos, la URSS se negó, generando una crisis diplomática que se saldó con la retirada soviética.

El segundo punto de fricción fue la situación de Europa Oriental. Esta zona había sido liberada por el ejército soviético, que permaneció allí tras el fin de la guerra. Aunque Stalin se había comprometido a permitir elecciones libres, finalmente se fueron estableciendo regímenes dictatoriales comunistas, lo que provocó la reacción de EEUU. Ante las posibilidades de extensión del comunismo a Europa Occidental por la situación de crisis socioeconómica de postguerra, el presidente Truman exigió a estos países la expulsión de los partidos comunistas que participaban en gobiernos de coalición y puso en marcha la denominada “Doctrina Truman” de contención del expansionismo soviético. Frente a esta doctrina, la URSS puso en marcha la “Doctrina Jdanov” y la formación de una nueva internacional comunista, la Kominform, con la intención ambas de reforzar su control sobre su área de influencia.

La primera guerra localizada de la Guerra Fría fue la Guerra Civil en Grecia (1945-1947), en la que se enfrentaron los monárquicos apoyados por EEUU y Gran Bretaña, y los comunistas. Estos últimos no consiguieron el apoyo de la URSS, ya que Grecia quedaba fuera de su área de influencia, lo que les llevó a la derrota. Así, Grecia se convirtió en el único país del bloque capitalista en Europa Oriental.

DESARROLLO DE LA GUERRA FRÍA

La máxima tensión (1948-1956)

La división entre los dos bloques de Europa quedó consolidada en el terreno económico en 1948-1949. Así, en 1948 EEUU puso en marcha el Plan Marshall, programa de ayudas económicas estadounidenses para la reconstrucción de Europa. El objetivo era tanto económico (recuperar el mercado europeo para los productos e inversiones estadounidenses) como político (mejorar el nivel de vida para frenar la conflictividad social y así evitar posibles revoluciones comunistas).

Aunque en principio el Plan estaba abierto a todos los países europeos (con la excepción de la España franquista), Stalin obligó a los países de su órbita a rechazarlo. Como alternativa, en 1949 se creó el Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON), un órgano de coordinación de las políticas económicas de Europa Oriental, pero sometiéndolas a los intereses de la URSS.

De manera paralela a la configuración de los bloques económicos, se produjo la consolidación de la división de Alemania y la crisis de Berlín. En la Conferencia de Postdam (1945) las potencias aliadas habían decidido la división de Alemania y de la ciudad de Berlín en cuatro zonas de ocupación a cargo de EEUU, Gran Bretaña, Francia y la URSS. En 1948, contra lo estipulado, las tres primeras potencias decidieron unificar sus zonas de ocupación, ante lo cual la URSS decidió intentar obligarlas a abandonar sus zonas de ocupación en la ciudad de Berlín (que estaba dentro de su zona) mediante un bloqueo que dejó desabastecida a la ciudad. Frente a ello, EEUU estableció un puente aéreo para abastecer a la ciudad de productos básicos, levantando la URSS el bloqueo en mayo de 1949 por el temor a un conflicto directo con EEUU. Como consecuencia de todo ello, ese mismo mes se formó la República Federal de Alemania (RFA) con un régimen democrático capitalista y la República Democrática Alemana (RDA) con una dictadura comunista.

Otro de los efectos de la crisis de Berlín y del aumento de la tensión fue la configuración de las alianzas militares. Así, en 1949 se creó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que agrupaba a los países capitalistas de Europa Occidental y Norteamérica, y en 1955 el Pacto de Varsovia, que agrupaba a la URSS y a los regímenes comunistas de Europa Oriental.

Aunque la situación en Europa se había estabilizado, en Asia se produjo una fuerte ampliación de la zona de dominio comunista. Así, en 1949 la victoria de los comunistas de Mao Zedong en la guerra civil supuso la creación de la República Popular China, quedando la isla de Formosa como un reducto de la China capitalista (Taiwán). Por otra parte, entre 1950 y 1953 se produjo la Guerra de Corea. El país había sido dividido en un norte comunista y un sur capitalista tras el final de la II Guerra Mundial. En 1950, el líder norcoreano Kim Il Sung invadió el sur capitalista, lo que llevó a EEUU a intervenir en el conflicto. El apoyo chino a Corea del Norte supuso un equilibrio de fuerzas que llevó a la paz en 1953, que consolidó la división del país en una Corea del Norte comunista y una Corea del Sur capitalista, que aún se mantiene.

La incapacidad estadounidense para alcanzar la victoria en Corea y la expansión comunista en Asia provocaron una fuerte inseguridad en EEUU. Esto la llevó a establecer nuevas alianzas militares, cuyo objetivo era rodear al bloque comunista para evitar su expansión. Así, en 1954 se creó la Organización del Tratado del Sudeste Asiático (SEATO), que agrupaba a EEUU, Australia, Nueva Zelanda, Filipinas y Tailandia, además de a Francia y Gran Bretaña por sus colonias; y en 1955 el Pacto de Bagdad, que agrupaba a EEUU y a países de Oriente Próximo como Turquía, Irak, Irán y Pakistán. Del mismo modo se firmaron tratados bilaterales con Taiwán, Corea del Sur y Japón. Además de estos tratados regionales de defensa, en política interior se desarrolló la denominada “Caza de Brujas”, es decir, la persecución de los comunistas estadounidenses llevada a cabo por el Comité de Actividades Antiamericanas dirigido por el senador McCarthy.

La coexistencia pacífica (1956-1975)

Esta etapa de la Guerra Fría se caracteriza por la distensión de las relaciones entre las superpotencias, disminuyendo las posibilidades de conflicto directo y estableciéndose canales formales de diálogo entre ambas, lo que no quiere decir que no siguieran existiendo tensiones y conflictos localizados.

Las causas para este cambio son varias: el cambio de líderes, ya que en la URSS la muerte de Stalin en 1953 supuso el acceso al poder de Kruschev y en EEUU el presidente Truman fue sucedido por Eisenhower en 1953 y en 1961 por Kennedy; por el fin del monopolio nuclear de EEUU, ya que la URSS consiguió su bomba atómica en 1949, lo que hacía temer el estallido de una guerra nuclear; por el desarrollo del Movimiento de Países No Alineados en el naciente Tercer Mundo como una alternativa al mundo bipolar; y por las disensiones internas producidas en ambos bloques.

La primera demostración de que la situación había cambiado fue la Crisis del Canal de Suez de 1956. Ese año, el presidente egipcio Nasser decidió nacionalizar el canal, hasta entonces controlado por una compañía franco-británica. Esto provocó que Francia y Gran Bretaña, además de Israel, declararan la guerra a Egipto. Tanto EEUU como la URSS impusieron la retirada de los atacantes al entender el conflicto como un intento de supervivencia del colonialismo, que ambas estaban interesadas en eliminar.

Relacionado precisamente con la descolonización, impulsada por las superpotencias, nació el Movimiento de Países No Alineados. Nacido en la Conferencia de Bandung de 1955, agrupó a buena parte de los nuevos países independientes, defendiendo la neutralidad frente a los dos bloques, el rechazo al colonialismo y la defensa de su desarrollo socioeconómico frente a la explotación neocolonial. Este movimiento hizo comprender a las superpotencias que, para seguir ampliando sus bloques con los nuevos países independientes, debían atenuar la tensión entre ambas.

El mismo efecto tuvo el surgimiento de movimientos de protesta en el interior de sus bloques. En cuanto al bloque comunista, surgieron tanto posturas disidentes como disensiones. En cuanto a las posturas disidentes, estas buscaban la eliminación de la dictadura comunista y su salida por tanto del bloque soviético, como fue le caso de las revueltas de Hungría en 1956 y de la “Primavera de Praga” en Checoslovaquia en 1968, sofocadas con una fuerte represión. Porla que se refiere a las disensiones, estas buscaban la independencia de los dictados soviéticos pero sin eliminar el régimen comunista, como fue el caso de Yugoslavia y China, que adoptaron políticas independientes a partir de 1948 y 1960 respectivamente. Por lo que se refiere al bloque capitalista, se produjeron disensiones como la política equidistante del presidente De Gaulle en Francia y el establecimiento de regímenes de izquierdas en Latinoamérica, respondidos estos últimos con la promoción por EEUU de golpes de Estado y guerrillas para establecer dictaduras de signo conservador.

Como ya se ha indicado, la coexistencia pacífica no supuso la inexistencia de conflictos, siendo los principales la segunda crisis de Berlín, la crisis de los misiles de Cuba y la Guerra de Vietnam.

En cuanto a la segunda crisis de Berlín, las diferencias de desarrollo y de libertades entre la RFA y la RDA provocaron un fuerte movimiento migratorio de la segunda hacia la primera, especialmente intenso en Berlín. Como reacción, en 1961 el régimen comunista construyó el muro de Berlín, que desde entonces se convirtió en el símbolo del mundo bipolar de la Guerra Fría.

Por lo que se refiere a Cuba, en 1959 una revolución dirigida por Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara acabó con la dictadura de Fulgencio Batista, apoyada por EEUU. En 1961 la CIA estadounidense intentó derrocar al régimen revolucionario apoyando una invasión de la isla por parte de exiliados cubanos, que fracasó en Bahía Cochinos. La hostilidad estadounidense provocó la alianza entre Cuba y la URSS y el establecimiento de un régimen comunista en la isla. Para asegurar su protección, la URSS decidió implantar bases de misiles nucleares en 1962, lo que llevó a EEUU a bloquear la isla. Finalmente, en un ambiente de fuerte tensión, Kennedy y Kruschev llegaron al acuerdo de desmantelar las bases de misiles a cambio de no volver a intentar una invasión de Cuba.

Por último, en cuanto a la Guerra de Vietnam, tras la II Guerra Mundial la colonia francesa de Indochina fue declarando su independencia, surgiendo los estados de Vietnam, Laos y Camboya. Francia intentó recuperar el control de la zona, pero fue derrotada en una larga y dura guerra desarrollada entre 1945 y 1954. En el caso de Vietnam, la independencia supuso la división en un Norte comunista y un Sur capitalista. Como en Corea, el intento de invasión del sur por los comunistas dirigidos por Ho Chi Mihn supuso la intervención directa en la guerra de EEUU a partir de 1964. Sin embargo, la victoria se decantó del lado comunista en 1975, extendiéndose los regímenes de este signo también a Laos y Camboya. Esta derrota fue un golpe muy duro para EEUU.

Rebrote y final de la Guerra Fría (1975-1991)

El debilitamiento de EEUU por su derrota en Vietnam y por la crisis económica del petróleo de 1973, intentó ser aprovechado por la URSS retomando su política expansionista. Así, estableció misiles nucleares en Europa Oriental, apoyó movimientos revolucionarios en países del Tercer Mundo como Angola y Nicaragua e inició en 1979 la invasión de Afganistán. Este mismo año, en Irán triunfó la revolución islamista del Ayatollah Homeini, perdiendo así EEUU un aliado clave en la región de Oriente Próximo.

El fin la crisis económica gracias al aumento de la productividad debido a la informatización y robotización de la producción, en la que la URSS quedó relegada, le permitió a EEUU retomar la iniciativa. A ello contribuyó también el acceso al poder del republicano Ronald Reagan en 1981, que puso en marcha una agresiva política: establecimiento de los Euromisiles, proyecto de la Iniciativa de Defensa Estratégica o “Guerra de las Galaxias” (escudo antimisiles) e intervenciones en la isla de Granada, Nicaragua (formación de la guerrilla de la “Contra”) y Afganistán (apoyo a los grupos terroristas islamistas que se enfrentaban a la invasión soviética).

El debilitamiento de la URSS, debido a la crisis económica, a su subdesarrollo tecnológico y al peso ahogante de los gastos militares, supuso que su último presidente, Mijail Gorbachov (1985-1991) se viera obligado a poner en marcha reformas internas y a buscar una nueva distensión en sus relaciones con EEUU. En cuanto a esto último, en 1987 ambas superpotencias firmaron el Tratado de Washington, que establecía el desmantelamiento de los misiles de alcance medio, y en 1989 la URSS decidió retirar sus tropas de Afganistán (donde se hicieron con el poder los talibanes, islamistas radicales) y de los países de Europa del Este. Esto último permitió el estallido de revoluciones democráticas en todos ellos entre 1989 y 1991, la más simbólica de las cuales fue la Caída del Muro de Berlín en 1989, que permitió la desaparición de la RDA, absorbida por la RFA en 1990.

EVOLUCIÓN INTERNA DE CADA BLOQUE

Vista la evolución general de la Guerra Fría, en este apartado analizaremos la evolución interna de cada bloque, con especial interés en la de las superpotencias.

El bloque capitalista durante la Guerra Fría

Tras la II Guerra Mundial, el bloque capitalista registra un fuerte periodo de expansión económica entre 1950 y 1973. Las bases de este crecimiento fueron el programa de reconstrucción económica de Europa (Plan Marshall) y los acuerdos de Bretton Woods de 1944, que establecieron: la estabilidad monetaria (establecimiento del dólar como base del sistema monetario, estableciendo una paridad fija entre esta moneda y el oro), el establecimiento de organismos encargados de garantizar y controlar la estabilidad económica mundial (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial) y la generalización de prácticas librecambistas gracias al Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio (GATT, 1947). Gracias a todo ello se registró un período de expansión económica caracterizado por la aplicación de numerosos avances tecnológicos que aumentaron la productividad y un aumento de la demanda basado en el aumento del empleo y la mejora de las condiciones salariales y sociales, dando lugar a una sociedad de consumo de masas y al Estado de Bienestar. Este cambio se produjo sobre todo en Estados Unidos, Europa Occidental y Japón, mientras que en el resto del mundo capitalista predominaron las dificultades y los desequilibrios.

El periodo de expansión económica se ralentizó a partir de 1970 y entró en crisis en Estados Unidos debido al aumento del déficit por la balanza comercial negativa y los gastos militares. Esto disminuyó las reservas de oro y provocó una fuerte inflación al perder valor el dólar. Como consecuencia de ello, el presidente Nixon decretó la no convertibilidad del dólar en oro en agosto de 1971.

En este contexto sobrevino la crisis del petróleo de 1973, debido al aumento de su precio por los países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo, mayoritariamente musulmanes) debido a la Guerra Árabe-Israelí de ese año. El aumento del precio de la principal fuente de energía supuso un déficit de las balanzas comerciales, un incremento de la inflación y el crecimiento del paro al disminuir la demanda y la producción.

Esta crisis, agravada por la segunda crisis del petróleo de 1979 (debida a la Revolución islámica en Irán) produjo importantes cambios en el mundo capitalista: implantación de políticas económicas neoliberales (reducción de la intervención y control del Estado, cuestionamiento del Estado de Bienestar), reconversión de los sectores económicos tradicionales, terciarización de la economía (al producirse la deslocalización industrial) y aumento de la productividad gracias a la informatización y robotización de las tareas productivas. En cualquier caso, todo ello supuso la existencia de paro estructural y un aumento de las diferencias sociales.

En cuanto a las principales potencias o regiones emergentes en el bloque capitalista, estas fueron Estados Unidos, Europa Occidental, Japón y los Dragones Asiáticos.

En cuanto a Estados Unidos, se consolidó como primera potencia económica mundial y líder indiscutible del bloque capitalista, gracias a los siguientes factores: potencial económico, papel central de su moneda, alto nivel de inversión en investigación, formación de grandes multinacionales y potencia militar. En cuanto a la evolución política, tras la II Guerra Mundial la política del presidente Truman (1945-1953) se basó en la contención del comunismo, manteniendo una política socioeconómica similar al New Deal (Fair Deal) y desarrollando la política de “Caza de Brujas” a cargo del senador McCarthy. Con el presidente Eisenhower (1953-1961) se acentuó el desarrollo socioeconómico, lo que supuso un renacimiento de la vida religiosa y los valores conservadores. Sin embargo, había graves problemas de desigualdad económica y racial, lo que dio lugar a movimientos de protesta como el de la lucha por la igualdad civil de la población negra. Este contexto explica la victoria del demócrata Kennedy (1961-1963), que estableció una política de derechos civiles para la población negra y de atenuación de las diferencias sociales. Tras su asesinato, Johnson (1963-1969) continuó su política, empañada por la Guerra de Vietnam. El acceso al poder del republicano Nixon (1969-1974) estuvo marcado por el estancamiento económico, la Guerra de Vietnam y el escándalo del Watergate, lo que le llevó a la dimisión, sustituyéndole Ford (1974-1977), durante cuyo mandato la crisis económica se ahondó. Tras un corto periodo de gobierno demócrata (Carter, 1977-1981), el republicano Reagan (1981-1989) estableció una política conservadora centrada en el neoliberalismo económico y la acentuación de la Guerra Fría. Finalmente, el mandato de Bush (1989-1993) coincidió con la recuperación económica, el hundimiento de la URSS y el establecimiento de EEUU como única superpotencia mundial (Nuevo Orden Internacional).

En cuanto a Europa Occidental, su evolución estuvo marcada por la recuperación económica y el proceso de unidad europea, elementos ambos muy relacionados. La recuperación fue impulsada por el programa de ayudas estadounidenses del Plan Marshall, para cuya gestión se estableció la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE), entrando en un periodo de expansión económica y en un modelo de desarrollo basado en la consolidación del Estado de Bienestar. Para evitar un nuevo conflicto y poder equipararse al nivel de las superpotencias, la reconstrucción vino acompañada del proceso de unidad, cuyos primeros pasos fueron el establecimiento del Consejo de Europa (1949) y de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA, 1951). Esta última era un mercado común de la producción carbonífera y siderúrgica formado por Francia, RFA, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Con el Tratado de Roma de 1957, el mercado común de la CECA se amplió al resto de sectoress económicos (Comunidad Económica Europea, CEE) y a la energía atómica (EURATOM), iniciándose un periodo de ampliación que supuso el ingreso en 1973 de Irlanda, Gran Bretaña y Dinamarca; en 1981 de Grecia y en 1986 de España y Portugal. Este último año se aprobó el Acta Única Europea que supuso el nacimiento de la Comunidad Europea como espacio económico y social común, fusionándose CEE, CECA y EURATOM. El Tratado de Maastricht de 1992 dio origen a la Unión Europea, con el objetivo de completar la unidad económica y potenciar la unidad política. La ausencia de una política exterior y de seguridad común fue el elemento que imposibilió que Europa se pusiera al nivel de EEUU dentro del bloque capitalista, convirtiéndose en un gigante económico pero supeditado a EEUU en lo político y militar.

En cuanto a Japón, la ocupación militar estadounidense entre 1945 y 1951 supuso el establecimiento de una monarquía parlamentaria y, gracias a las ayudas estadounidenses y a la liberalización económica, un fuerte crecimiento económico entre 1955 y 1973 (“Milagro Japonés”). Los factores de ese crecimiento fueron la elevada productividad, el establecimiento de multinacionales, la fuerte inversión en I+D y la cooperación entre Estado y sector privado. La economía se basó en productos industriales de exportación, a partir de la crisis de 1973 sobre todo bienes de consumo de alta tecnología, lo que le permitió tener una balanza comercial muy favorable que permitió fuertes inversiones exteriores y el desarrollo del mercado interno. Gracias a todo ello, se convirtió en la tercera potencia económica del bloque capitalista, aunque como en el caso europeo, supeditada a EEUU en lo político y militar.

Por último, en cuanto a los “Dragones Asiáticos”, bajo este término se agrupan un conjunto de países del sudeste de Asia (Corea del Sur, Taiwan, Singapur, Hong Kong, a los que se fueron incorporando posteriormente Tailandia, Filipinas, Indonesia y Malaysia) que implantaron un modelo de crecimiento basado en la exportación de bienes manufacturados (bienes de consumo de tecnología media o alta y sectores básicos como textil, calzado, naval) hacia los países capitalistas desarrollados, especialmente a partir de la crisis de 1973. Su desarrollo se vio favorecido por los bajos costes de producción (bajos salarios y fiscalidad), la liberalización de sus economías, la ausencia de fuertes tensiones sociales y el proceso de deslocalización industrial de los países ricos.

El bloque comunista durante la Guerra Fría

Como consecuencia de la II Guerra Mundial la URSS se convirtió en una superpotencia militar y en dirigente de un bloque que, como hemos visto, se extendió por Europa Oriental y Asia, principalmente. La muerte de Stalin en 1953 desató una lucha por el poder entre estalinistas y revisionistas, de la que salieron vencedores estos últimos, accediendo al poder Kruschev (1956-1964). Esto supuso una revisión del modelo soviético basado en la represión, la rígida planificación económica y la tensión constante con el bloque capitalista. Frente a ello, se impusieron medidas de liberalización política limitada, de planificación menos rígida y la política de coexistencia pacífica con EEUU. Sin embargo, estas medidas provocaron el rechazo de la nomenklatura del PCUS, llevando a la destitución de Kruschev en 1964 y al acceso al poder del inmovilista Breznev (1964-1982). Durante su mandato el sistema volvió a endurecerse y se generó una fuerte crisis económica, cada vez más profunda, debido a la rigidez de la planificación y a la incapacidad del sistema para adoptar la informatización y robotización de la producción tras la crisis del petróleo de 1973, lo que hizo descender los niveles de productividad. Tras los gobiernos de transición de Andropov (1982-1984) y Chernenko (1984-1985), el acceso al poder de Gorbachov (1985-1991) supuso el establecimiento de una política de reformas cuyo fracaso, como ya vimos, supuso el hundimiento de la URSS y del bloque comunista en 1989-1991.

En los países de Europa del Este se estableció un fuerte control por parte de la URSS, tanto militar (Pacto de Varsovia) como económico (COMECON), con las excepciones de Yugoslavia (que aplicó una política de autogestión económica y de independencia política frente a la URSS) y de Albania (que optó por vincularse a China a partir de 1961). Tras registrar unas fuertes tasas de crecimiento socioeconómico, a partir de la década de 1970 se entró en el estancamiento, lo que unido al debilitamiento de la URSS explica el hundimiento de sus regímenes comunistas entre 1989 y 1991, proceso especialmente conflictivo en el caso de Yugoslavia.

En cuanto a la República Popular China, fue establecida en 1949 tras la victoria comunista en la guerra civil. En un principio, su líder Mao Zedong (1949-1976) estableció un régimen vinculado y similar a la URSS, lo que supuso desabastecimiento y atraso agrícola. Sin embargo, en 1958 estableció una política autónoma e independiente (Gran Salto Adelante) estableciendo el sistema de comunas populares autosuficientes en el medio agrario. Sin embargo, el sistema fracasó (grandes hambrunas de 1959 y 1961), lo que llevó a un crecimiento de la oposición interna. Frente a ello, Mao estableció la Revolución Cultural (1965-1976), gigantesca campaña de movilización y represión contra los opositores. Tras su muerte, accedió al poder Deng Xiaoping (1976-1989) que estableció fuertes medidas de reforma económica (apertura comercial al exterior, disminución de la planificación centralizada, establecimiento de zonas económicas especiales en los que se implantó un modelo económico capitalista) que supusieron el establecimiento del modelo de “Un país, dos sistemas”. Sin embargo, en al ámbito político se mantuvo el inmovilismo y el régimen pudo sobrevivir al hundimiento del bloque comunista (fracaso de las manifestaciones de la Plaza de Tiananmen, 1989). La presidencia de Jiang Zemin (1989-2003) supuso una profundización de la política anterior, estableciendo de hecho un modelo de desarrollo similar al de los “Dragones Asíaticos” pero manteniendo las comunas rurales y la dictadura comunista.

Por último, durante la Guerra Fría se fueron estableciendo otros regímenes comunistas en el Tercer Mundo, como los de Cuba en América, los de Vietnam, Laos, Camboya y Corea del Norte en Asia y los de Angola, Etiopía, Libia y Congo en África, ya fuera imitando el modelo soviético o el chino. La crisis del bloque comunista de 1989-1991 supuso su desaparición, con las excepciones de China, Vietnam, Cuba y Corea del Norte, aunque los tres primeros manteniendo la dictadura comunista pero con una economía cada vez más capitalista.

CONCLUSIONES

La Guerra Fría fue un proceso que mediatizó en gran medida el proceso de descolonización que acabaría dando lugar al Tercer Mundo. Por otro lado, los desequilibrios de la URSS y del bloque comunista provocaron su hundimiento en 1989-1991, dando lugar a un mundo unipolar dominado por EEUU. Sin embargo, el denominado “Nuevo Orden Mundial” fue pronto desequilibrado por la inestabilidad derivada del subdesarrollo, del surgimiento de potencias emergentes y de la entrada en escena del fundamentalismo islámico.

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