LA SIERRA DE SEGURA: SITUACIÓN SOCIODEMOGRÁFICA ACTUAL

Análisis de la situación sociodemográfica de la Sierra de Segura a comienzos del siglo XXI, por Carlos Javier Garrido García.

Municipios de la Comarca de la Sierra de Segura. Fuente: Andaltura.

INTRODUCCIÓN

La intención de esta entrada es realizar un estudio de la situación demográfica y socioeconómica de la Sierra de Segura en los últimos años, un acercamiento que pretende ser una reflexión sobre un problema que se cierne como espada de damocles sobre la mayor parte de las zonas rurales: la denominada «España Vaciada», a la que pertenece la Sierra de Segura.

Para ello, vamos a utilizar los datos que suministra el Atlas Digital de Áreas Urbanas, que publica el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Gobierno de España, utilizando los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En esta fuente se pueden consultar informes sobre población, estructura productiva, paro y mercado inmobiliario de los distintos municipios del país y también datos comarcales, en este último caso tomando las comarcas agrarias como base. En el caso de la Sierra de Segura, la comarca agraria incluye los municipios de  Arroyo del Ojanco, Beas de Segura, Benatae, Génave, Hornos, La Puerta de Segura, Orcera, Puente de Génave, Santiago-Pontones, Segura de la Sierra, Siles, Torres de Albanchez y Villarrodrigo.

Nos centraremos en los datos de población, estructura productiva y paro y en los datos comarcales agrupados. En el apartado de fuentes y bibliografía incluyo un enlace directo al informe que nos sirve de base.

 

MARCO HISTÓRICO, DEMOGRÁFICO Y SOCIOECONÓMICO

La evolución socioeconómica española contemporánea viene marcada por el fracaso del proceso de industrialización a lo largo del siglo XIX, el limitado desarrollo del primer tercio del siglo XX, la fuerte crisis de 1930-1950, el Desarrollismo de la década de 1960 (que convirtió e España en un país desarrollado) y la consolidación de ese desarrollo, sobre todo a partir del ingreso en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986.

Esta evolución socioeconómica condicionó enormemente su evolución demográfica. Esta se analiza a través del modelo Transición demográfica, consistente en el paso del ciclo demográfico antiguo (caracterizado por unas elevadas tasas de natalidad y mortalidad, con el consiguiente crecimiento vegetativo bajo y anulado periódicamente por crisis de mortalidad catastrófica, asociadas a hambrunas y epidemias, característico de las sociedades agrarias tradicionales) al ciclo demográfico moderno (caracterizado por bajas tasas de natalidad y mortalidad, con un crecimiento vegetativo igualmente bajo y con tendencia a ser negativo por el envejecimiento de la población, característico de las sociedades desarrolladas actuales). Entre ambos ciclos se sitúa la Transición, en la cual en una primera fase descienden las tasas de mortalidad, gracias a los adelantos higiénico-sanitarios y al aumento del nivel de vida debido a las revoluciones agraria e industrial, pero se mantiene una alta natalidad, lo que da lugar a crecimientos exponenciales de la población; y en una segunda fase siguen descendiendo las tasas de mortalidad y hacen lo propio las de natalidad, gracias al desarrollo socioeconómico, a la difusión de métodos anticonceptivos, a la incorporación de la mujer a los ámbitos académico y laboral y al establecimiento de derechos laborales y de la seguridad social, lo que hizo que los hijos pasaran a ser considerados como una carga económica.

En España, el fracaso de los procesos de revolución agraria e industrial en el siglo XIX provocó un retraso en el inicio de la Transición, no empezando a descender, de manera muy tenue y progresiva, la tasa de mortalidad hasta mediados del siglo XIX. Coincidiendo con el limitado desarrollo socioeconómico del primer tercio del siglo XX se inicia el descenso progresivo de la natalidad, aunque este proceso fue coartado por la crisis de 1930-1950 y el establecimiento de la Dictadura Franquista, que supuso un mantenimiento de las mentalidades tradicionales, la marginación de la mujer y la prohibición de métodos anticonceptivos. El Desarrollismo de la década de 1960 supuso un descenso de la mortalidad, pero las características ya citadas de la Dictadura hicieron que la natalidad siguiera siendo alta, produciéndose un fuerte crecimiento vegetativo. Finalmente, el proceso de Transición política a la democracia, iniciado en 1976, y la consolidación del desarrollo socioeconómico a partir de 1986, hicieron que España entrara definitivamente en el ciclo demográfico moderno.

La evolución socioeconómica y demográfica que acabamos de exponer afectó también a la distribución de la población dentro del país. La ausencia de revolución agraria en España, la industrialización limitada sólo a algunas regiones (Cataluña, País Vasco, Asturias, Madrid) y las mejores condiciones climáticas y de comunicación de las zonas costeras con respecto al interior provocaron fuertes movimiento migratorios internos. Así, desde el siglo XVIII se registra un proceso de centrifugación de la población española, que tiende a concentrarse en las zonas costeras, y las diferencias de desarrollo socioeconómico regional y la falta de perspectivas de crecimiento agrario en un contexto de crecimiento demográfico provocaron un fuerte éxodo rural, especialmente intenso durante el Desarrollismo de la década de 1960. Estos desequilibrios en la distribución de la población se perpetúan a partir de la consolidación del desarrollo socioeconómico, concentrándose este y la población en los Ejes del Mediterráneo y del Ebro y en Madrid, frente al estancamiento de la Cornisa Cantábrica y el drama de la «España Vaciada».

A esta última pertenece sin duda la Sierra de Segura. Tras registrar destacados crecimientos demográficos hasta la década de 1940, gracias al aumento de la superficie cultivada y a la expansión del olivar, la comarca registró un fuerte éxodo rural que, atenuado a partir de 1986, provocó una auténtica sangría demográfica, un fuerte estancamiento económico y un destacado envejecimiento de la población, como vamos a tener ocasión de comprobar.  

POBLACIÓN

Para analizar la evolución de la población en la Sierra de Segura contamos con los datos de los censos, que son un recuento periódico de la población puerta por puerta que se elaboraba cada diez años. El último se efectuó en 2011 y el correspondiente a 2021 no se llevó a efecto por la pandemia del COVID-19. Para el periodo 2011-2021 contamos con los padrones municipales, recuento de la población residente en cada municipio, que se actualiza ahora a tiempo real con altas (nacimientos e inmigración) y bajas (fallecimientos y emigraciones) gracias a los medios informáticos, en el llamado Padrón Continuo.

En cuanto a la evolución de la población censal, podemos verla en las siguientes gráfica y tabla estadística.

Evolución de la población censal en la Sierra de Segura entre 1960 y 2011. Fuente: Atlas Digital de Áreas Urbanas.

 

Evolución de la población censal en la Sierra de Segura (1960-2011)

Indicadores Sierra de Segura (Jaén)
1960 57 823
1970 42 950
1981 33 899
1991 30 035
2001 27 256
2011 26 350

Fuente : Atlas Digital de las Áreas Urbanas. Instituto Nacional de Estadística

En la década de 1960 se produjo un fuerte éxodo rural, bajando la población de 57.823 habitantes a 42.950, un descenso de 14.873 habitantes que supuso la pérdida del 25’7 % de la población, provocando además un fuerte envejecimiento de la misma. 

En la década de 1970 la población vuelve a descender a 33.899 habitantes en 1981, 9.051 menos que en 1970, un descenso del 26’7 %. Por tanto, aunque el volumen global de descenso se atenúa, a nivel porcentual la pérdida de población incluso se agrava. 

La situación de crisis socioeconómica de la Transición y la posterior consolidación del desarrollo con el ingreso en la CEE, sus ayudas de fondos estructurales y subvenciones agrarias, el desarrollo de alternativas económicas como el turismo rural y el establecimiento de las comunidades autónomas supusieron un freno al proceso de éxodo rural. Así, este se atenúa, pero en realidad sigue con menor intensidad, debido a la imposición del modo de vida urbano, la falta de alternativas laborales en el medio rural para una población joven con cada vez mejores niveles de formación y el progresivo envejecimiento de la población, debido a la emigración y al establecimiento del ciclo demográfico moderno. Así, entre 1981 y 1991 la población serrana desciende en 3.864 personas (11’4 %); entre 1991 y 2001 en 2.779 (9’3 %); y entre 2001 y 2011 en 906 (3’3 %). Es decir, la población serrana va tendiendo progresivamente al estancamiento.

La evolución entre 2011 y 2021, basada en datos de los padrones, la podemos ver en la siguiente gráfica y tabla estadística.

Evolución de la población padronal en la Sierra de Segura (2001-2021). Fuente: Atlas Digital de Áreas Urbanas.

 

Evolución de la población padronal en la Sierra de Segura (2001-2021)

Indicadores Sierra de Segura (Jaén)
2001 26 349
2002 27 232
2003 26 895
2004 26 628
2005 26 515
2006 26 574
2007 26 549
2008 26 690
2009 26 587
2010 26 649
2011 26 594
2012 26 556
2013 26 008
2014 25 560
2015 25 131
2016 24 710
2017 24 285
2018 23 882
2019 23 495
2020 23 295
2021 23 136

Fuente : Atlas Digital de las Áreas Urbanas. Instituto Nacional de Estadística

Como podemos ver, la población, que entre 2001 y 2011 había permanecido estancada en torno a los 26.500 habitantes, inicia a partir de 2012 un ligero pero continuo descenso, debido a la crisis provocada por los recortes de 2012 y la posterior pandemia del COVID, que empieza a afectar a España de manera intensa a partir de marzo de 2020. Como consecuencia de todo ello, la población pasa de los 26.594 habitantes en 2011 a los 23.136 en 2021, un descenso de 3.458 habitantes (13 %). Este nuevo descenso de la población y la vuelta a la senda del fuerte descenso demográfico se debería, aparte de al contexto general de crisis, a la agudización de la dinámica natural negativa debido a la continua emigración, que acentúa el envejecimiento de la población, y podría ser indicativo del fracaso, al menos parcial, de las políticas de desarrollo rural.

En cuanto a la estructura por sexo y edad, esta se representa gráficamente en la pirámide de edad, doble gráfica de barras en la que se representa el volumen de población por cada sexo en grupos de edad de 5 años. En las sociedades inmersas en el ciclo demográfico antiguo y en las primeras fases de la transición demográfica, la forma de la pirámide era triangular, con una ancha base por la alta natalidad y una cúspide estrecha por la alta mortalidad. Con el avance de la fase de transición, la pirámide iba tomando forma acampanada, debido al descenso progresivo de la mortalidad y al descenso de la natalidad. Por último, en las poblaciones inmersas en el ciclo demográfico moderno, la pirámide toma una forma bulbosa debido al fuerte recorte de la base por la caída constante de la natalidad y al ensanchamiento de la cúspide por el aumento de la esperanza de vida.

En las zonas rurales, esta forma bulbosa se ve acentuada por la emigración, el descenso más acusado de la natalidad y, como consecuencia de los dos procesos anteriores, el envejecimiento de la población. En el caso de la Sierra de Segura, incluyo aquí la pirámide de su población en el año 2021. 

 

Pirámide de Población de la Sierra de Segura en 2021. Fuente: Atlas digital de Áreas Urbanas.

Como podemos ver, los principales contingentes de población se concentran en la población adulta, de 40 a 65 años, con un porcentaje elevado de población mayor de 65 años, especialmente en las mujeres, dada su mayor esperanza de vida. Frente a ello, la población infantil es muy escasa y está en retroceso, con contingentes cada vez menores conforme descendemos de edad. Esta pirámide plantea graves problemas para el futuro si no se consigue variar la actual tendencia demográfica. Así, en un periodo medio de 25 años, el grupo mayoritario de la población de la población serrana estará entre 65 y 90 años, mientras que la escasa población infantil ocupará los grupos de edad adultos, es decir, los grupos de edad económicamente más productivos y demográficamente reproductivos.

Los datos ofrecidos por la pirámide pueden ser complementados con la siguiente tabla, en la que expongo diferentes índices y su comparación con los valores medios de España en 2021.

Indicadores de estructura por edades de la Sierra de Segura en 2021.

Indicadores Sierra de Segura (Jaén)   España
11,3 14,1
23,1 19,6
22,3 16,8
45,3 43,1

Fuente : Atlas Digital de las Áreas Urbanas. Instituto Nacional de Estadística.

Como podemos ver, el Índice de Infancia, que representa la relación entre los menores de 15 años y la población total, es del 11’3 % en la Sierra de Segura, 2´8 puntos por debajo de la media española, mostrando por tanto una drástica caída de la natalidad debido a la emigración de la población joven en edad de procrear y al envejecimiento de la población. Así, el Índice de Envejecimiento, que expresa la relación entre la cantidad de personas adultas (mayores de 65 años) y la población total, es del 23’1 %, 3’5 puntos por encima de la media española. La intensidad del envejecimiento la podemos valorar a través del Índice de Senectud, que representa la proporción de la población anciana (de 85 y más años) sobre el total de población de 65 y más años, siendo en la Sierra de Segura del 22´3 % frente al 16’8 % de la media española. Como consecuencia de todos los indicadores anteriores, la edad media de la población serrana supera en 2’2 años a la media española. 

La estructura por edad que acabamos de exponer es uno de los factores explicativos de la situación de regresión demográfica de la población de las zonas rurales, ya que genera una dinámica natural regresiva. La dinámica natural de una población se analiza a través del Crecimiento Vegetativo, que es la diferencia entre el número de nacimientos y el número de fallecimientos. En la siguiente gráfica expongo el Crecimiento Vegetativo de la población de la Sierra de Segura entre los años 2001 y 2020.   

Crecimiento vegetativo en la Sierra de Segura (2001-2020). Fuente: Atlas Digital de Áreas Urbanas.

Como se puede apreciar, en todos los años se registra un Crecimiento Vegetativo negativo, con una tendencia al empeoramiento de los datos, ya que el envejecimiento de la población cada vez más acusado aumenta la mortalidad y restringe la natalidad.

Junto con el Crecimiento Vegetativo, el otro factor explicativo de la regresión demográfica es el Saldo Migratorio, es decir, la diferencia entre el número de inmigrantes y el de emigrantes. En las áreas rurales este saldo es claramente negativo, lo que reduce la población y favorece su envejecimiento, ya que la emigración afecta especialmente a la población joven en edad laboral y de procrear. Aunque el Atlas Digital de Áreas Urbanas no ofrece datos sobre el Saldo Migratorio, sí lo hace sobre la relación entre el lugar de nacimiento y el de residencia, ofreciendo unos datos bastante ilustrativos del lo que acabamos de indicar, como se puede ver en la siguiente tabla.

Relación entre lugar de nacimiento y residencia en la Sierra de Segura en 2021.

Indicadores Sierra de Segura (Jaén)   España
57,8 43,4
42,2 56,6
85,9 70,6
14,1 29,4

Fuente : Atlas Digital de las Áreas Urbanas. Instituto Nacional de Estadística.

La autoctonía se refiere al porcentaje de población en la que coincide el lugar de nacimiento y de residencia, mientras que la aloctonía se refiere al porcentaje de población en la que ambos lugares no coinciden. Los datos que ofrece la tabla y su comparación con la media española nos ofrece el cuadro de una población en la que los movimientos de inmigración son muy limitados y de corto alcance, de ahí que el porcentaje de autoctonía municipal (vecinos de los municipios nacidos en ellos) sea del 57’8 % frente a la media española del 43’4 y que la autoctonía provincial (vecinos de la comarca nacidos en la provincia de Jaén) sea del 85’9 % frente a una media española del 70’6.

Muestra de la limitación de la inmigración es la importancia de la población extranjera en la Sierra de Segura, que muestro en la siguiente tabla con datos de 2021.  

Población Extranjera en la Sierra de Segura en 2021.

Procedencia España
Europa 156  
África 666  
América 162  
Asia 9  
Total 993  

Fuente : Atlas Digital de las Áreas Urbanas. Instituto Nacional de Estadística.

Como se puede ver, hay empadronados en la Sierra de segura un total de 993 personas extranjeras, lo que representaría el 4’3 % de su población total, un porcentaje bastante bajo que muestra una limitada inmigración. De hecho, la mayor parte de la población inmigrante que viene a la Sierra de Segura por razones laborales, lo hace con destino a las tareas de recolección de la aceituna, por lo que su residencia es sólo temporal y esta no se traduce en un empadronamiento en los municipios serranos. 

ESTRUCTURA PRODUCTIVA

Para el análisis de la estructura productiva en la Sierra de Segura, un primer elemento a analizar es su distribución sectorial. Normalmente las actividades productivas se clasifican en tres sectores: el primario, que se encarga de la producción de materias primas e incluye actividades como la agricultura, la ganadería y la explotación forestal; el secundario, que se encarga de la fabricación de productos elaborados destinados al consumo e incluye la industria, la generación de energía y la construcción, y tradicionalmente también la minería; y el sector terciario, que incluye un elevado número de actividades, muy variadas, que se caracterizan porque no producen bienes tangibles, sino que prestan un servicio, incluyendo actividades como el transporte, el comercio, el turismo, los servicios educativos y sanitarios, la banca, etc.

En España, como consecuencia del fracaso de revolución agraria e industrial en el siglo XIX se mantuvo a lo largo de ese siglo el predominio del sector primario, característico de las sociedades subdesarrolladas. Pese al limitado crecimiento registrado en el primer tercio del siglo XX, esta situación se mantiene hasta la década de 1960, en la que con el Desarrollismo la industria se convierte en el sector predominante, acompañada de un acusado crecimiento de los servicios. La consolidación posterior del desarrollo económico, unido a la crisis de reconversión industrial y a los procesos de deslocalización industrial hacia los países subdesarrollados, provocaron un descenso del sector secundario y que la economía española se fuera terciarizando cada vez más. Dentro de la industria española fue tomando cada vez más peso la construcción a partir de la década de 1990, aunque generando una dinámica especulativa que acabaría estallando en la crisis de 2008. A lo largo de toda esta evolución el sector primario ha ido perdiendo peso en la economía española, hasta suponer ya menos del 4 % del Producto Interior Bruto y de la población activa del país.

Para analizar la estructura sectorial de la Sierra de Segura contamos con los datos referentes a distribución sectorial y número, tanto de trabajadores como de establecimientos.

En la siguiente gráfica se representa la distribución sectorial de la población activa en la Sierra de Segura y en España en 2021.

Distribución de trabajadores por rama de actividad en la Sierra de Segura en 2021. Fuente: Atlas Digital de Áreas Urbanas.

Como podemos ver, en la Sierra de Segura predomina de manera clara el sector primario dentro de la distribución sectorial de la población activa, como es característico de la mayor parte de la España rural. Le sigue en importancia el sector terciario, centrado en la Sierra en los servicios públicos (asistencia sanitaria, servicios educativos, residencias, funcionarios municipales), la hostelería, el turismo rural y el comercio. Frente a estos dos sectores, la importancia del sector secundario, construcción incluida, es bastante pequeña. Por el contrario, en España se constata claramente el proceso de terciarización de la economía, la reducción del peso del sector primario y la escasa importancia del sector industrial, incluida una construcción que sufrió el hundimiento de la crisis iniciada en 2008.

En la siguiente gráfica se representa la evolución del número de trabajadores en la Sierra de Segura entre 2007 y 2021.

Evolución del número de trabajadores en la Sierra de Segura (2007-2021). Fuente: Atlas Digital de Áreas Urbanas.

La gráfica muestra el estancamiento del mercado de trabajo en la Sierra de Segura, ya que el número de trabajadores se mantiene en líneas generales a lo largo del periodo. En cualquier caso, hay que destacar el descenso registrado en 2012, como consecuencia de la nueva crisis debida a los recortes establecidos como consecuencia de la recesión iniciada en 2008, y la tendencia ligeramente descendente que se registra a partir de 2019 y que se agudizó con la pandemia del COVID-19.

En cuanto a la distribución sectorial de los establecimientos, es decir, de las empresas con actividad económica, los datos de 2021 se representan en la siguiente gráfica.

Establecimientos por rama de actividad en la Sierra de Segura en 2021. Fuente: Atlas Digital de Áreas Urbanas.

Como se puede ver, el peso del sector primario en el número de establecimientos es aún mayor que en el número de trabajadores, lo que es indicativo de que en el sector primario predomina el trabajo por cuenta propia, ya que la mayor parte de la población asalariada en este sector son temporeros procedentes de fuera de la Sierra (no contabilizados por tanto en los datos de trabajadores), mientras que en los sectores secundario y terciario, siendo también importante el trabajo por cuenta propia, es más elevado el porcentaje de trabajadores asalariados residentes todo el año en la comarca.

En la siguiente gráfica se representa la evolución del número de establecimientos en la Sierra de Segura entre 2007 y 2021.

Evolución del número de establecimientos en la Sierra de Segura (2007-2021). Fuente: Atlas Digital de Áreas Urbanas.

Como podemos ver, en el número de establecimientos se constata aún más el impacto de la crisis de recortes iniciada en 2012 y años sucesivos. Esta diferencia con la evolución del número de trabajadores, mucho más estable , se puede explicar por el hecho de que en las situaciones críticas son las empresas más pequeñas las primeras en sucumbir, lo que explica que sean muchas empresas las que se pierden pero poco el número de trabajadores.

PARO

La población activa incluye a la población situada entre 16 y 65 años que está trabajando (activos) o desea hacerlo (parados), excluyendo por tanto a la población jubilada, estudiantes y la población que, no estando trabajando, tampoco busca activamente empleo.

El paro es un problema estructural de la economía española, debido a la pérdida de peso de su sector industrial y al peso dentro de este sector de la construcción; y al predominio de un sector terciario en el que el peso del turismo y de servicios como el de hostelería, comercio y transportes poco especializados es muy destacado. Esto provoca que en situaciones de recesión económica, las tasas de paro crezcan de manera exponencial. Así, tras llegar a menos del 8 % de paro en 2007, gracias en gran parte a la burbuja inmobiliaria, la crisis iniciada en 2008 y agudizada por los recortes a partir de 2012 supuso un crecimiento exponencial del paro, hasta llegar el 23’7 % en 2014. A partir de ahí se inició una lenta recuperación, con el paréntesis de la pandemia, aunque sin llegar por ahora a los niveles pre-crisis.

En la siguiente gráfica se expone  la evolución del número de parados en la Sierra de Segura entre 2006 y 2021. 

Evolución del número de parados en la Sierra de Segura (2006-2021). Fuente: Atlas Digital de Áreas Urbanas.

Como se puede ver, se parte de un nivel de paro bajo, coincidente con la época de crecimiento previo a la crisis de 2008. A partir de ese año el número de parados crece de manera paulatina, hasta hacerlo de manera destacada en 2012. A partir de ese año se inicia una recuperación que, en todo caso, no logra alcanzar los niveles de empleo previo a 2008. En esa situación, la pandemia del COVID-19 supone un nuevo crecimiento del desempleo, atenuado un poco en 2021.

En la siguiente gráfica se representa la distribución sectorial de la población parada de la Sierra de Segura y España en 2021.

Parados por grupo de actividad en la Sierra de Segura en 2021. Fuente: Atlas Digital de Áreas Urbanas.

La gráfica muestra el predominio dentro de la población parada de la comarca del sector servicios, pese a que este sector no es el predominante en su economía. Esto se debe al hecho de que la población joven con formación busca empleo básicamente en este sector, pero su escaso desarrollo en la zona no le permite encontrar empleo, a lo que se suma el hecho de que los servicios se centran sobre todo en el turismo rural y en la hostelería, sectores que se caracterizan por una demanda de trabajadores muy estacional (fines de semana, puentes, periodos vacacionales). El sector primario representa un porcentaje de parados muy por debajo de su peso en la estructura sectorial de la economía, ya que la población asalariada de este sector, como ya se ha indicado, es predominantemente temporera residente fuera de la comarca.

Por último, en la siguiente gráfica se expone la distribución de parados por grupo de edad en la Sierra de Segura y en España en 2021.

Distribución de parados por grupo de edad en la Sierra de Segura en 2021. Fuente: Atlas Digital de Áreas Urbanas.

La principal diferencia en los datos comarcales y nacionales es el mayor peso de los menores de 25 años en la Sierra de Segura como consecuencia de la falta de expectativas laborales para los jóvenes serranos que han abandonado sus estudios de manera temprana o acaban de terminar su formación superior.

CONCLUSIONES

Como hemos visto, la población y la estructura productiva de la Sierra de Segura comparte los rasgos característicos de la «España Vaciada»: descenso demográfico como consecuencia de un crecimiento vegetativo y saldo migratorio negativos; envejecimiento de la población como consecuencia del descenso de la natalidad y de una emigración que afecta a la población joven en edad laboral y de procrear debido a la falta de expectativas laborales aparejadas a su nivel formativo y al atractivo del modo de vida urbano; predominio de un sector primario que, basado en el monocultivo del olivar en este caso, es incapaz de generar economías de escala, entre otras causas por los problemas de rentabilidad de la pequeña y mediana propiedad en la situación actual de descenso de precios de los productos agrarios y aumento de los costes de producción y por el predominio dentro de su población activa de mano de obra temporera que no reside en la comarca; y del fracaso de las alternativas de desarrollo, centradas especialmente en el fomento del turismo rural que, habiendo atenuado el problema, no han logrado revertir la tendencia demográfica y socioeconómica negativa de las zonas rurales, especialmente debido a la temporalidad de los empleos generados por el sector turístico, poco atractivos para conseguir la permanencia de la población joven en la comarca. Sin duda el problema es complejo, por lo que la búsqueda de alternativas o soluciones también lo es, pero sin duda la situación actual de la «España Vaciada» en general y de la Sierra de Segura en particular requiere de una profunda reflexión y actuación por parte de todos los implicados en revertir la situación, desde las instituciones públicas a los agentes económicos y la propia sociedad locales. 

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

DINÁMICA Y ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA

Resumen del Tema 8 de Geografía para selectividad, referente a la dinámica y estructura de la población española, por Carlos Javier Garrido García.

Pirámides de población de España en 1960 y 2011. Fuente: Distrito Único Andaluz.

INTRODUCCIÓN

En este tema vamos a abordar tres de los principales elementos de estudio demográfico: la dinámica natural, los movimientos migratorios y la estructura de la población española. Sin duda, los tres son elementos complejos y que están en el centro de los debates político-económicos de actualidad relacionados con el control de los movimientos migratorios dentro de un mundo globalizado y con la sostenibilidad del Estado de Bienestar.

Por tanto, estos elementos son muy importantes para la planificación de las administraciones de distinto ámbito y las empresas, lo que explica su estudio sistemático a partir de los registros oficiales: registro civil para el movimiento natural y censos y padrones para la estructura de la población y los movimientos migratorios.

LA DINÁMICA NATURAL

La Transición Demográfica española

La Transición Demográfica consiste en el paso de un modelo demográfico de corte antiguo (caracterizado por unas altas tasas de natalidad y mortalidad y un crecimiento vegetativo bajo, que además era neutralizado periódicamente por crisis de sobremortalidad debidas a malas cosechas, guerras y epidemias) a un modelo demográfico de corte moderno (caracterizado por unas tasas de natalidad y mortalidad bajas, con un crecimiento vegetativo bajo y tendente a convertirse en negativo por el progresivo envejecimiento de la población), situándose entre ambos modelos una fase de transición. El cambio de un modelo a otro se inició con el proceso de industrialización, iniciado en Gran Bretaña en el siglo XVIII.

En España, el fracaso del proceso de industrialización hizo que el proceso fuera más tardío que en los países desarrollados de Europa Occidental. Así, la transición entre un modelo y otro no se inicia en España hasta mediados del siglo XIX, cuando se inicia el descenso de las tasas de mortalidad, gracias al desarrollo de los transportes y de las medidas higiénico-sanitarias. Como consecuencia de ello, el crecimiento vegetativo aumenta considerablemente. Desde principios del siglo XX se inicia un progresivo descenso de la natalidad, pero de manera muy progresiva, por lo que se mantienen altas tasas de crecimiento vegetativo hasta que ya en la década de 1970 podemos decir que España entra definitivamente en el modelo demográfico moderno. En cualquier caso, la inmigración desde 1996 supuso un cierto rejuvenecimiento de la población, aumentando la natalidad, proceso que ha sido cortado por la crisis iniciada en 2008, que ha supuesto que en la actualidad España se encuentre en tasas de crecimiento vegetativo negativas.

La Natalidad

Como ya se ha indicado, España ha ido registrando a lo largo del siglo XX tasas progresivamente más bajas de natalidad, llegando la Tasa Bruta de Natalidad al 8’41 ‰ en 2017, debido a los cambios que ha ido experimentando el país, tanto sociales-culturales (percepción de los hijos como una carga económica, incorporación de la mujer a los ámbitos educativo y laboral, legalización de métodos anticonceptivos tras el final de la dictadura en 1975 y pérdida de la asociación matrimonio-maternidad) y económicos (inestabilidad laboral y altas tasas de paro juvenil que retrasan, y limitan, el acceso a la maternidad).

Como consecuencia de ello, el Índice Sintético de Fecundidad (ISF: número de hijos por mujer) ha ido descendiendo hasta llegar a 1’32 en 2014, muy lejos de la tasa de reposición de la población situada en 2’1. Pese a que a partir de 1996 el ISF se recuperó gracias a la llegada de población inmigrante, la crisis económica iniciada en 2008 ha frenado y revertido esa recuperación como consecuencia del deterioro de las condiciones socio-laborales y del freno de las inmigración.

Estas características generales esconden fuertes diferencias entre las distintas comunidades autónomas, pese a que en todas ellas se ha producido el citado descenso. Así, el descenso ha sido más fuerte en las comunidades autónomas del norte peninsular debido a dos factores: un desarrollo socioeconómico mayor que en el resto de España, lo que ha hecho que hayan accedido antes al modelo demográfico moderno y hayan sufrido un fuerte proceso de envejecimiento de la población; y en el caso de Galicia, Cornisa Cantábrica y Submeseta Norte haber sufrido a partir de 1973 un fuerte crisis de reconversión que provocó la pérdida de población joven, que emigró a zonas más dinámicas, lo que ha acentuado el envejecimiento.

La Mortalidad

Como ya se ha indicado, la mortalidad registra en España un descenso continuado desde mediados del siglo XIX debido a las mejoras alimentarias, sanitarias e higiénicas. Sin embargo, ha repuntado ligeramente a finales del siglo XX por el envejecimiento de la población, con un paréntesis entre 1996 y 2008 por el rejuvenecimiento ligado a la inmigración. Las principales causas de muerte son las características de los países desarrollados, destacando las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. La tasa de mortalidad infantil está por debajo del 4 ‰ y la esperanza de vida ha pasado del entorno de los 40 años a principios del siglo XX a los 83 años en 2014 (85’7 para las mujeres y 80’2 para los hombres). La Tasa Bruta de Mortalidad en 2017 fue del 9’07 ‰, aunque hay grandes diferencias regionales en función de la estructura por edad de la población: es mejor en las comunidades más jóvenes del Sur y Madrid y más alta en las envejecidas del Noroeste.

La Nupcialidad

La nupcialidad en España ha sufrido cambios importantes en los últimos años, debido a una reducción progresiva de la Tasa de Nupcialidad, el acceso más tardío al matrimonio y a un aumento en su diversidad (civil, múltiples confesiones religiosas, uniones de hecho, matrimonio homosexual).

LOS MOVIMIENTOS MIGRATORIOS

Los movimientos internos de la población española

Las diferencias de desarrollo entre las distintas regiones españolas han generado fuertes movimientos migratorios internos. Así, a partir del siglo XVIII se detecta un proceso de emigración desde el centro peninsular a la periferia y en el siglo XIX se inicia un intenso éxodo rural hacia las zonas urbanas e industriales de Cataluña, País Vasco, Madrid y Asturias. Con el desarrollismo de la década de 1960 el éxodo rural se intensifica, ampliándose las zonas de llegada a las áreas turísticas del litoral mediterráneo y los archipiélagos. La crisis de 1973 atenuó el proceso y a partir de la década de 1980 hay una mayor complejidad de movimientos migratorios: movimientos de retorno, interurbanos, traslados por trabajo, estudios o jubilación, etcétera.

Las consecuencias de estos movimientos migratorios han sido: una desigual distribución espacial de la población española (analizada en el tema anterior) , el despoblamiento y envejecimiento de las zonas de salida y el rejuvenecimiento, desarrollo socioeconómico y surgimiento de problemas urbanísticos y dotacionales en las zonas de llegada.

Los movimientos internacionales

Los movimientos de población a escala internacional surgen de manera masiva en el siglo XIX gracias al desarrollo de los transportes y el aumento del nivel de vida favorecidos por la industrialización. El fracaso de este proceso en España determinó que tradicionalmente fuera un país de emigrantes, que se dirigieron hasta la década de 1950 a Iberoamérica y el Magreb y entre 1950 y 1973 a los países industrializados de Europa Occidental. A partir de 1973, con la crisis del petróleo y, posteriormente, con la Transición a la Democracia, que permitió volver a los exiliados republicanos, predominan los movimientos de retorno.

A partir de 1996, gracias al desarrollo económico del país consolidado tras el ingreso en la CEE en 1986, se produce una fuerte inmigración procedentes de países subdesarrollados, especialmente africanos e iberoamericanos, que encuentran trabajos no cualificados en la hostelería, construcción y agricultura y se asientan preferentemente en el litoral mediterráneo y Madrid. A partir de 2004, con las sucesivas ampliaciones de la Unión Europea, se añaden inmigrantes de Europa del Este. Otro importante contingente de inmigrantes es el de jubilados procedentes de países desarrollados de Europa Occidental, atraídos por las condiciones climáticas y un menor novel precios que en sus países de origen.

La crisis iniciada en 2008 ha frenado el proceso de inmigración extranjera en España y ha provocado una salida creciente de españoles hacia Europa Occidental, especialmente jóvenes con alta cualificación, que huyen del elevado paro juvenil y la inestabilidad laboral de nuestro país. Ambos procesos han provocado saldos migratorios en nuestro país desde 2010 a la actualidad.

ESTRUCTURA Y COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN

Estructura por sexo y edad

La estructura por sexo es analizada a través de la Sex Ratio, que muestra el número de hombres por cada 100 mujeres. En España la Sex Ratio es de 98, predominio que se explica porque, a pesar de nacer más hombres que mujeres, los primeros sufren una mayor mortalidad y tienen menor esperanza de vida. Los valores de Sex Ratio se invierten en las zonas de fuerte inmigración, al ser esta mayoritariamente masculina.

En cuanto a la estructura por edad, España sufre un fuerte proceso de envejecimiento. Así, la población joven (menor de 16 años), suponía en 2008 el 14’35 % de la población total en 2008 y la población vieja o anciana (mayor de 64 años) el 16’57 %. Este envejecimiento se debe al descenso acusado de la natalidad y presenta diferencias regionales ya que las comunidades más jóvenes son las comunidades mediterráneas, los archipiélagos y Madrid, zonas favorecidas por la inmigración, mientras que el interior y noroeste peninsular son las más envejecidas.

La estructura por sexo y edad se representa gráficamente en las pirámides de población, doble gráfica de barras en la que se representan los contingentes por cada sexo en grupos de edad de 5 años. En cuanto a su evolución en España, en 1900 tiene forma triangular, característica de una población joven, con una alta natalidad y mortalidad; en 1950 tiene forma de campana, ya que se ensancha la cúspide por el descenso de la mortalidad y se estrecha la base por el descenso de la natalidad; en 2008 presenta una forma bulbosa debido al fuerte recorte de la base por la caída continuada de la natalidad, aunque atenuada por la inmigración y a que sigue aumentando la esperanza de vida; y la previsión para 2025 en la que habría un nuevo retroceso de la natalidad y un mayor envejecimiento.

Estructura socioeconómica: niveles de instrucción y mercado de trabajo.

En la estructura socioeconómica de la población se pueden tener en cuenta múltiples variables. Vamos a centrarnos en dos de ellas.

En cuanto a los niveles de instrucción, el analfabetismo está en niveles muy bajos, teniendo la mayor parte de la población el título de ESO o titulación superior (universitaria o ciclos formativos de grado superior), como es característico en los países desarrollados. Hay diferencias regionales, que se explican precisamente por sus diferentes grados de desarrollo.

En cuanto al mercado de trabajo, la población activa es la que, situada entre 16 y 65 años de edad, está trabajando (activos) o desea hacerlo (parados). La Tasa de Paro, que había llegado a ser del 7’95 % en 2007, creció de manera exponencial a partir de ese año por la crisis económica, de la que aún no ha salido el país. Así, en 2014 la tasa de paro se elevaba al 23’7 %. En cuanto a la distribución sectorial de la población activa, el proceso de terciarización económica es cada vez más intenso, gracias a la pérdida de peso del sector agrario y al descenso de sector secundario por los procesos de reconversión y deslocalización industrial. Así, en 2014 el sector primario acogía el 4’2 % de la población activa, el secundario el 19’4 % y el terciario el 76’3 %.

CONCLUSIONES

Como hemos visto, la dinámica natural, movimientos migratorios y estructura de la población española han sufrido una evolución intensa en los últimos 60 años, marcados por el paso de una situación de subdesarrollo a otra de desarrollo y de una dictadura a una democracia. Esto ha permitido que España haya entrado en el modelo demográfico moderno, con el consiguiente envejecimiento de la población, que haya pasado a ser foco de atracción de inmigrantes y que su economía se haya terciarizado. En cualquier caso, la crisis económica iniciada en 2008, y de la España aún no ha salido, ha condicionado la evolución reciente de los indicadores demográficos.

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EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA

Resumen del Tema 7 de Geografía para Selectividad, referente a la evolución y distribución de la población española, por Carlos Javier Garrido García.

Mapa de densidad de población en España por provincias en 2008. Fuente: Distrito Único Andaluz.

INTRODUCCIÓN

La Geografía de la Población se dedica al estudio de la población en sus aspectos demográficos y sociales, utilizando fuentes como los censos estatales, los padrones municipales y los datos del registro civil.
En este tema vamos a estudiar la evolución de la población española y su distribución espacial. En cuanto a la primera, la vamos a relacionar con la teoría de la Transición Demográfica, que explica la evolución del crecimiento real de la población, dependiente del crecimiento natural o vegetativo, resultado de la diferencia entre nacimientos y defunciones, y del saldo migratorio, dependiente de la diferencia entre inmigrantes y emigrantes.
En cuanto a la distribución espacial, se analizan sus factores condicionantes y sus características, estas últimas a través del concepto de densidad de población (h/km2).

LOS EFECTIVOS DEMOGRÁFICOS Y SU EVOLUCIÓN

La evolución de la población española

La población española, tras permanecer prácticamente estancada hasta entonces, empieza a registrar un destacado crecimiento en el siglo XVIII, en el cual pasa de 7’5 a 9’4 millones de habitantes.
A lo largo del siglo XIX el crecimiento se acelera, pasando a finales de dicha centuria a 18’6 millones de habitantes. En cualquier caso, el crecimiento registrado es inferior al de los países industrializados de Europa Occidental.
A lo largo del siglo XX podemos distinguir dos grandes etapas: hasta 1960 se registra un fuerte crecimiento, llegando a los 30 millones de habitantes, y hasta el año 2000 el crecimiento se frena, llegando ese último año a los 41 millones de habitantes.
En el siglo XXI el crecimiento se vuelve a acelerar hasta 2008, llegando a los 46’1 millones. A partir de ese año de nuevo de frena: en 2018 la población era de 46’7 millones.
Esta evolución está condicionada por la evolución sociodemográfica, que ha determinado la transición demográfica española.

La Transición Demográfica en España

La Transición Demográfica consiste en el paso de un modelo demográfico de corte antiguo (caracterizado por unas altas tasas de natalidad y mortalidad y un crecimiento vegetativo bajo, que además era neutralizado periódicamente por crisis de sobremortalidad debidas a malas cosechas, guerras y epidemias) a un modelo demográfico de corte moderno (caracterizado por unas tasas de natalidad y mortalidad bajas, con un crecimiento vegetativo bajo y tendente a convertirse en negativo por el progresivo envejecimiento de la población), situándose entre ambos modelos una fase de transición. El cambio de un modelo a otro se inició con el proceso de industrialización, iniciado en Gran Bretaña en el siglo XVIII.
En España, el fracaso del proceso de industrialización hizo que el proceso fuera más tardío que en los países desarrollados de Europa Occidental.
Así, la transición entre un modelo y otro no se inicia en España hasta mediados del siglo XIX, cuando se inicia el descenso de las tasas de mortalidad, gracias al desarrollo de los transportes y de las medidas higiénico-sanitarias. Como consecuencia de ello, el crecimiento vegetativo aumenta considerablemente.
Desde principios del siglo XX se inicia un progresivo descenso de la natalidad, pero de manera muy progresiva, por lo que se mantienen altas tasas de crecimiento vegetativo hasta que ya en la década de 1970 podemos decir que España entra definitivamente en el modelo demográfico moderno.
En cualquier caso, la inmigración desde 1996 supuso un cierto rejuvenecimiento de la población, aumentando la natalidad, proceso que ha sido cortado por la crisis iniciada en 2008, que ha supuesto que en la actualidad España se encuentre en tasas de crecimiento vegetativo negativas.

CARACTERÍSTICAS Y FACTORES DE LA DENSIDAD Y LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL

Orígenes y factores de la actual distribución de la población española

Hasta el siglo XVII las zonas más pobladas de España habían sido el Norte y Levante, coincidiendo con las zonas que fueron recuperadas en los primeros procesos de Reconquista.
Sin embargo, a partir del siglo XVIII la población española sufre un proceso de “centrifugación”, asentándose en las zonas costeras, favorecidas por climas adecuados para la agricultura (baja amplitud térmica, temperaturas suaves) y por una situación costera que favorecía las comunicaciones y, con ello, el desarrollo de las actividades secundarias y terciarias.
Estas condiciones son las que favorecen que, a lo largo de los siglos XIX y XX, sean las regiones costeras las que registren un proceso de industrialización (caso de Cataluña, Asturias y País Vasco), acentuándose el proceso de vaciamiento del interior, sobre todo con el éxodo rural masivo de los años del “Desarrollismo” franquista. A este éxodo rural masivo contribuyó también el desarrollo del turismo, que se concentró en el litoral mediterráneo y los archipiélagos balear y canario.
A partir de los años 1970, la costa noroeste entra en una crisis de reconversión, concentrándose el desarrollo económico en el litoral mediterráneo y el Eje del Ebro, concentrándose allí la mayor parte de la población.
Madrid ha constituido la principal excepción del vaciamiento del interior peninsular, favorecida por su capitalidad y por constituir el centro de la red radial de transportes.

La actual distribución de la población española

La distribución de la población española está marcada por la desigualdad. La densidad media es de 91 h/km2, oscilando los valores provinciales entre los cerca de 800 de Madrid y los 10 de Soria. A nivel general, las regiones metropolitanas superan los 500 h/km2, las zonas costeras superan los 100 y en las provincias interiores están por debajo de 20.
Estas fuertes desigualdades provocan problemas de masificación en las zonas más pobladas y de despoblación en el interior.

CONCLUSIONES

La evolución de la población española ha estado muy condicionada, como no podía ser de otra manera, por las variantes condiciones socioeconómicas que ha sufrido nuestro país: fracaso del proceso de industrialización y subdesarrollo, desarrollismo franquista y consolidación del desarrollo en la época democrática. En cualquier caso, estas condiciones socioeconómicas han presentado fuertes contrastes regionales, lo que explica las diferencias de densidad de población entre las distintas regiones españolas.

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